Estamos trabajando en toda la Iglesia universal en la preparación del próximo sínodo de obispos, que por deseo del papa Francisco se celebrará en Roma en 2023, y que tendrá como tema el de la “sinodalidad”. El término “sínodo” significa en su etimología griega “hacer un camino juntos”. No nos resulta extraña a nosotros en Asturias esa cuestión, pues todavía tenemos reciente la celebración de nuestro sínodo diocesano que pudimos clausurar felizmente en 2012. Todos recordamos lo que supuso aquel “caminar juntos”: auscultamos la realidad en la que vivimos para descubrir los retos sociales, culturales y también eclesiales, que nos plantea este tramo de la historia en la que vivimos nuestra fe como comunidad cristiana siendo testigos del Evangelio de Jesús. Pero acertar con el nombre de los desafíos que de toda índole encuadran y condicionan nuestro momento también a los cristianos, supuso ponernos en oración para pedir luz al Señor para no extraviarnos y la gracia de la fortaleza para no desanimarnos. Junto a la plegaria, también la comunión fraterna entre nosotros fue una ayuda determinante al comprender que la Iglesia de Cristo la formamos las tres grandes vocaciones: los pastores con nuestro ministerio, los consagrados con sus carismas y los laicos con su compromiso en el mundo del trabajo, la familia y la sociedad.
Todos reconocimos que nos hizo bien. Y todavía seguimos recibiendo inspiración y empuje de sus frutos para escribir la página que se nos asigna en una Iglesia de comunión, mientras trabajamos a todos los efectos las unidades pastorales. Éstas no sustituyen a las parroquias, pero sí nos permiten coordinar los tiempos y los espacios de otra manera, intentando hacer más y mejor la evangelización, con los recursos humanos y apostólicos con los que contamos en este momento para acompañar a nuestro pueblo y testimoniar a Cristo en el mundo.
El Santo Padre ha querido extender esta mis a metodología sinodal a toda la Iglesia, caminando juntos como Iglesia del Señor. Siempre ha sido el horizonte último de la presencia y del quehacer de la comunidad cristiana, pero a veces hemos podido descuidar u olvidar algunos de los aspectos que nos constituyen como Pueblo de Dios, y por eso el papa ha visto necesario volver sobre ellos. Por eso, antes de llegar al sínodo de obispos del año 2023, tendremos en las diócesis un trabajo que nos servirá a todos nosotros en primer lugar, y luego podremos desde ahí aportar algo significativo a la reunión del papa y los padres sinodales que se reunirán en Roma. En la misa de apertura de la preparación a ese sínodo, recordaba el papa Francisco tres verbos para comprender nuestro momento pre-sinodal. Vale la pena indicarlos, porque ahí se nos dan tres claves para entender nuestra participación. Cito sus palabras: encontrar – escuchar – discernir. Encontrarnos con el Señor y con aquellos que Él ha puesto a nuestro lado. Escuchar con el oído del corazón descubriendo lo que el Espíritu hoy nos está diciendo. Y, discernir, es decir, descubrir lo que en medio de nuestro tiempo y en la sociedad puede estar indicando Dios a su Iglesia.
También nosotros haremos el camino juntos, fraternamente, como Iglesia diocesana en comunión con el Santo Padre y toda la Iglesia universal. De este modo aprovecharemos el momento que vive toda la comunidad cristiana recorriendo al unísono nuestro propio sendero en unidad con ella. Con esta intención celebraremos la santa Misa en la Catedral de Oviedo el próximo domingo 24 de octubre a las 18’30 de la tarde. Allí nos veremos todos los que podáis participar, para dar comienzo como Iglesia diocesana lo que en todas las demás diócesis también se realizará.
+ Jesús Sanz Montes,
Arzobispo de Oviedo
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