(Iglesia de Asturias) El pasado 31 de diciembre en la Catedral de Santiago se abría la puerta santa, inaugurando así el Año Jubilar Compostelano, que en esta ocasión, con motivo de la pandemia, se prolongará hasta el año 2022, tal y como ha decretado la Santa Sede. Al acto acudía el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, acompañado por el Vicario General de la diócesis, Jorge Juan Fernández Sangrador, en representación de toda la comunidad diocesana de Asturias. Y es que no se puede olvidar, tal y como señalaba Mons. Jesús Sanz al día siguiente, solemnidad de Santa María Madre de Dios y primer día del año 2021, en su homilía, que “la puerta está allí, como una ocasión para la reconciliación y la perdonanza hacia la cual han peregrinado tantos cristianos a través de los siglos. Sin embargo –destacaba el Arzobispo de Oviedo– este gesto cristiano de la peregrinación a la tumba del Apóstol Santiago al inicio, tuvo su punto de partida precisamente en nuestra Catedral, San Salvador de Oviedo. Aquí tenía comienzo el Camino Primitivo, llamado así por ser el primero de todos”.
Con este motivo, al finalizar la eucaristía en la Catedral ese día, se hizo una oración ante la imagen románica del Salvador, “como han hecho tantos peregrinos a través de los siglos”, recordaba Mons. Sanz.
Junto a este Año Jubilar Compostelano, demás, este 2021 se celebrará también el 1.200 aniversario de la dedicación del primer altar de la Catedral, que la tradición litúrgica sitúa el 13 de octubre del año 821. Una fecha de la que hay tan sólo “referencias indirectas”, tal y como explica el canónigo José María Hevia, “de tal forma que la fecha como tal no la conocemos por un escrito, sino que la deducimos por tener que ser el 13, ya que la tradición siempre mantiene el día, y por tener que ser domingo. Al hacer los calendarios en la época de Alfonso II, esa fecha coincide en el año 821”.
La conocida como Inventio, término que describe históricamente el hallazgo del sepulcro del Apóstol Santiago, se sitúa en torno a los años 820-830, por lo que la Catedral de Oviedo fue consagrada y edificada previamente. Y la peregrinación de Alfonso II a Compostela fue, tal y como recordaba el Arzobispo en su homilía, la primera que marcó lo que hoy se conoce como el Camino de Santiago, aunque ya existiera previamente una peregrinación que tenía como destino las primeras reliquias de la Cámara Santa.
La Catedral de San Salvador de Oviedo está compuesta por tres unidades que en sus orígenes estaban separadas: “La Capilla del Rey Casto, como capilla funeraria; la románica central, dedicada al Salvador y los Apóstoles –aunque las denominaciones de los Apóstoles fueron desapareciendo a lo largo de los siglos– y la Cámara Santa”, explica el canónigo José María Hevia. “Estas tres unidades están ahora cosidas, pero eso es fruto de una labor arquitectónica enorme a través de los siglos”. El hecho de que fuera dedicada a San Salvador es, tal y como explica este sacerdote, “la advocación que surge tras la época iconoclasta”, siguiendo la estela de “la iglesia madre, que es la Catedral de San Juan de Letrán, en Roma, que en realidad es la Catedral del Santísimo Salvador de San Juan de Letrán y San Juan Evangelista”. También al Salvador están dedicadas las catedrales de Zamora, Zaragoza o Ávila, por ejemplo y sucede lo mismo en numerosas catedrales de Europa.
Y por si hay quien tiene curiosidad acerca de la imagen románica del Salvador que se encuentra en la nave central del templo, lo cierto es que es bastante posterior a la dedicación del mismo, y se data alrededor del siglo XIII. “Hay más imágenes en Asturias del Salvador –recuerda José María Hevia–, como en Tineo, en Carcedo de Valdés, en Grandas de Salime, y otras recogidas también en el Museo diocesano”. Representa al “gran pantocrátor bendiciendo el globo terrestre”, que en este caso, refleja tan sólo tres partes del mundo, en una “T invertida: arriba a la izquierda Europa, a la derecha Asia y debajo África”. “Se da la circunstancia –explica el canónigo– de que el retablo mayor, que se fabrica en torno a 1512, cuenta con otro globo terráqueo justo en la escena de la Epifanía, y ya está dividido en cuatro partes, añadiendo América como una más”.
En la diócesis hay 61 templos dedicados al Salvador, y la presencia de la advocación de Santiago es muy numerosa. “El primer altar dedicado a Santiago está en Valdediós, precisamente en San Salvador de Valdediós, el Conventín, explica José María Hevia. El segundo altar del que tenemos mención histórica estaría en Priesca, San Salvador también”. Y es que es frecuente la alusión al apóstol Santiago en determinados altares. De la misma manera que la advocación de San Martín está especialmente presente: “entrando por Pajares, San Martín de Pola de Lena. Entrando por San Isidro, San Martín de Moreda. Entrando por Tarna, San Martín del Rey Aurelio, y si venimos del Este, San Martín de la Carrera. La explicación está en el conocido como “Camino de los Franceses”, que trajeron la devoción a San Martín de Tours”.
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