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martes, 29 de diciembre de 2020

Santo Tomás Becket de Canterbury

(Infovaticana) Cada 29 de diciembre se celebra a este santo y mártir que se opuso a las intenciones del rey de Inglaterra de controlar a la Iglesia local. Santo Tomás Becket nació en Ruan, Normandía. Debido a que sus padres no pudieron ofrecerle una educación, fue un amigo rico de la familia quien se encargó de él desde su niñez. Realizó sus primeros estudios de leyes cívicas y canónicas y posteriormente estudió teología en París y Bolonia.

Cuando regresó a Inglaterra entró al servicio del arzobispo de Canterbury y fue destinado a Roma en varias ocasiones. Enrique II de Inglaterra, como todos los reyes normandos, quería ser el soberano absoluto, tanto de su reino como de la Iglesia, basándose en las costumbres ancestrales de sus antepasados; quería eliminar los privilegios adquiridos por el clero inglés que consideraba disminuían su autoridad.

Becket le pareció la persona idónea para defender sus intereses; el joven canciller se convirtió no sólo en un fiel servidor de Enrique II, sino también en un excelente compañero de caza y diversiones, manteniendo, no obstante, con mucha diplomacia, su renuncia a las pretensiones del rey. Como Arzobispo se entregó por completo al servicio de Dios, desarrollando un profundo amor por la Eucaristía.

Al negarse a los intereses de Enrique II, que deseaba que la Iglesia en Inglaterra estuviera sujeta al poder del rey, optó por el exilio en Francia. Mientras moría, Santo Tomás repetía los nombres de sus predecesores asesinados antes que él: “San Denis, San Elphege de Canterbury”. Según un testigo, sus últimas palabras fueron: “Muero voluntariamente por el nombre de Jesús y en defensa de la Iglesia”. El crimen causó indignación y el rey Enrique fue forzado a hacer penitencia pública y construir el monasterio en Witham, Somerset.

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