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martes, 17 de noviembre de 2020

Reseña de la Hermana Carmen Pérez Suárez

''Como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu Señor'' (Mt 25,21)                                             

Hermana Carmen Pérez Suárez

Religiosa de la Congregación de Hermanas del Ángel de la Guarda

La mayor parte de la vida de la Hermana Carmen ha sido respuesta a la invitación del Señor ''te he elegido para que lleves mi evangelio al mundo entero''.

Cuarenta años has pasado en África en los diferentes puestos de misión que las hermanas atendían con esmerada dedicación, en tareas de alfabetización, educación y asistencia sanitaria, ''en las periferias del mundo''. Con especial entrega y dedicación has ejercido el servicio comunitario de Delegada de las Misiones en el Continente africano, acompañando a las hermanas en las distintas comunidades de Mali: Bandiagara, Segué, Kayes, Nioró du Sahel y Bamako.

''He tenido que aprender muchas lenguas y dialectos pero la que no olvidé jamás era la del amor, la caridad y la sencillez''. Hacerse con todos para ganarlos para Cristo. Esto ha sido tu vida. 

Las hermanas con las que has compartido tantos años en Mali manifiestan su acción de gracias por tu vida: 

Carmen, tu vida nos estimula a decirte gracias. Gracias por tu vivir entre nosotras cada día y también por tu vivir en medio de la gente, festejar tu vida al ritmo del tantán repitiendo tus dichos, tu manera de hacer, de reír, tu manera de descubrir esa cultura que te acogió y acogiste.

Te vas a tus 89 años dejando a muchas generaciones que conocieron a Jesús gracias a tu saber trasmitir lo que sabias de Él y vivías, porque tu aliento y tu fuerza siempre la encontrabas en Jesús y en la Palabra. 

Durante todos estos años de vida misionera en Mali fuiste un ángel visible, mujer de dialogo, de cercanía. Consideraste fundamental el aprender las lenguas para poder relacionarte y comunicarte. 

Tu enseñanza, Carmen, era muy valorada por el entorno. ¡Con cuanto empeño y cariño te entregabas en el centro social de las mujeres de la ciudad!. Con tacto tratabas a todas. Para ti no había distinción entre las mujeres cristianas y las musulmanas. En Segué pasaste muchos años y tuviste la satisfacción de ver ordenar al primer sacerdote de la diócesis. 

Vuelves a España y continuas tu misión atendiendo a ''los últimos'' en Premiá de Mar (Barcelona), en trabajos de acompañamiento y servicio parroquial a los emigrantes. 

En Asturias, tu tierra, vives unos años en la Comunidad de Lugones. En la Pastoral parroquial desempeñas trabajos de Cáritas, catequesis y pastoral del pueblo. Con todos hablabas, atendías y escuchabas animando a la esperanza y confianza en Dios. En Becerril de Campos, tu otro destino, atendías a la pastoral de enfermos en la residencia del pueblo. 

Destinada a la Comunidad de Madre Serafina en Oviedo, colaboras allí donde te llamaban, colegios, escuelas, grupos etc. con las Misiones a través de charlas y conferencias, con motivo de las campañas del Domund y Manos Unidas.

Carmen encarnabas la verdadera sencillez de una Hermana del Ángel de la Guarda confiada en la Providencia  y verdadera hija del P. Ormieres. Repetías sin cesar ''ser y hacer discípulos de Cristo'' es el sentido de mi vocación.

Con gran pena viviste la muerte de tus hermanas en Oviedo, donde te visitaban con frecuencia. Tu hermana Brígida e hijos estuvieron siempre cercanos a tu vida. Tu hermano Manuel, ya muy impedido acudía a la comunidad de Otero para mantener largas conversaciones de vuestra historia familiar. Cuando ya había fallecido, te parabas ante la puerta del recibidor para buscar el sillón donde tu hermano se sentaba. Hoy te acompañan tu sobrinos en tu último adiós. 

En un corto tiempo te fuiste deteriorando aunque te mantenías activa y participativa en la vida comunitaria. Los rezos de laudes y vísperas los vivias con fervor y especialmente la celebración de la Eucaristía diaria. 

Hermana Carmen, hoy, en el amanecer de este domingo, para ti son las palabras de este evangelio ''siervo bueno y cumplidor entra en el gozo de tu Señor''. Desde el cielo sigue velando por tu congregación y por tus Hermanas de Comunidad Madre Serafina.

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