(Ecclesia) El Nuncio Apostólico de Su Santidad, S.E. Mons. Bernardito Auza, ha inaugurado la novena a la Santina, como se conoce a la Virgen de Covadonga. Lo ha hecho en su santuario, esta tarde. Y ha hablado de la situación actual. «A ejemplo de María, Nuestra Madre, nos toca, como insiste Francisco, acompañar asumiento el dolor, el sufrimiento que este mundo intenta ocultar sin conseguirlo», ha afirmado Auza». Ha advertido de que ese comportamiento, a los cristianos, puede provocar «sufrir una reacción insolidaria y egoísta». Pero ha incidido, al mismo tiempo, que «el sufrimiento no es excusa para nuestra compasión efectiva».
Auza ha reconocido que «la circunstancia presente, que repercute seriamente en nuestra sociedad con la pandemia por ejemplo, nos declara esta realidad de debilidad, esta necesidad de sufrirla con las formas que improvisa el amor de Dios en los corazones que quieren correpsonderle». Ha señalado que «todo amor verdadero exige renuncia», a imagen de la Cruz.
En este sentido, ha reconido la dificultad que, como seres humanos, tenemos para entregarnos «Particularmente cuando experimentamos debilidad e impotencia y nos venimos abajo con facilidad». Ante ello, la llamada de no dejar de «confiar en Dios, que nos ha puesto una madre que nos levanta con mano segura».
Al principio de su homilía, Bernardito Auza ha desvelado que ya hace muchos años él mismo peregrinó a Covadonga. Fue en 1986, dos años y medio antes de que san Juan Pablo II visitara este lugar, entre el 20 y 21 de agosto de 1989. Auza ha explicado que volver a Covadonga «es un doble placer y un doble honor volver a Covadonga y ver este privilegiado lugar de España», por lo que ha agradecido la invitación del arzobispo de Oviedo, Mons. D. Jesús Sanz Montes.
Recordando la visita de Juan Pablo II en Covadonga, Auza ha mencionado sus palabras de entonces: «Si queréis construir una Asturias mas unida y solidaria, no podéis prescindir de esa nueva vida, fuente de espiritual energía, que hace más de doce siglos brotó en estas montañas a impulsos de la Cruz de Cristo y de la presencia materna de María, Nuestra Madre».
Así, la novena a la Virgen de Covadonga ha sido inaugurada, y todos los días se celebrará a las seis de la tarde, hasta el día 8 de septiembre, cuando será Mons. D. Jesús Sanz Montes quien presida y predique la Eucaristía a las 12 del mediodía.
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