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jueves, 9 de julio de 2020

Casa Sandalio, el hogar de todos en Perlora. Por Rodrigo Huerta Migoya

Publicado en lne. 
Cartas al director el 04/07/2020

El latigazo del confinamiento era evidente que supondría un golpe y revés para todos los oficios de nuestra nación, pero si hay un sector que se ha visto tocado y herido más profundamente ha sido la hostelería. En Asturias, en esta llamada "desescalada" no dejamos de presenciar establecimientos con mucha historia y fama a sus espaldas que van cerrando. La gente tiene miedo a comer fuera de casa, las medidas gubernativas imperadas limitan la rentabilidad de los negocios y todo juega en contra. Carreño pierde ahora uno de los referentes del concejo, el mesón Casa Sandalio de Perlora.

Más de tres décadas de un servicio excelente, una cocina casera y de la tierra de total confianza en un ambiente siempre cercano y alegre. Nadie se sentía forastero en este rincón de Perlora. Cómo se oyó en el funeral del fundador, Sandalio, "no sólo levantó un negocio, creó un hogar cuyas puertas se abrieron a todos los que llegaban y que ahí encontraron no la frialdad de un negocio, sino el calor que invade un ambiente hogareño y familiar".

Gracias, Inés y Fermín; gracias, Inés y Sandalio -que estará orgulloso de su familia-; gracias, Goretti, Diego y Matías, los primeros que conocí y me abrieron su corazón en un día difícil que me tocó vivir en Perlora. Gracias a toda la familia que desde el minuto cero demostrasteis ser de lo mejor que alguien se puede encontrar en el camino, sobre todo como personas.

Gracias por la acogida, la ayuda y el trato con la que recibisteis al nuevo párroco; es normal que él diga que vuestra Casa ha sido su Betania en Perlora, como para Jesús de Nazaret era la casa de Marta, Lázaro y María, lugar donde se retiraba a descansar y a despejar de "la misión" sintiéndose como en su propia casa.

Cierra el Restaurante, pero Casa Sandalio no cierra; queda en el recuerdo de tantas infancias, juventudes y eternas primaveras. Casa Sandalio no cierra, pues queda abierto en el corazón de los que aquí descubrimos no sólo un gran lugar para tomar algo o disfrutar de su carta, sino para saborear algo que no está en ésta ni en ningún menú, como lo es la amistad y el buen trato. Y es que aquí no había simples clientes, sino amigos.

Vuestra Casa y vuestra historia se ha fusionado con las vidas y las historias de tantos que por ahí han pasado a lo largo de más de tres décadas. Nunca nadie podrá decir nada malo, pues hasta con los que fueron malos clientes o no buenos, acabasteis ganándolos con vuestra respuesta siempre de bien.

Un restaurante donde no había jefes y empleados, sino que todos eran uno: la familia de Casa Sandalio. Todos con sonrisa siempre abierta y acogedora para propios y extraños, vecinos o forasteros; perlorinos, candasinos o tegucigalpecos... Siempre supisteis ir y ver más allá, incluso de lo que otros no veían o no quisieron ver.

Ahora toca poner la mirada en el futuro. Es momento de disfrutar merecidamente de la vida, de la salud, del regalo de la familia, de descansar de tantos años de trabajo constante y eficiente.

El premio que recibís no sale en las guías de alta gastronomía ni se compra con dinero, pues es un reconocimiento difícil de obtener, tal como es el respeto y admiración de clientes y ajenos por vuestra forma de llevar el Mesón. Dejáis el mejor sabor de boca -ya que estamos hablando de hostelería- en Carreño, Asturias y en tantos rincones de España y fuera de ella de las gentes que en sus vacaciones tenían cita obligada en vuestra mesa.

Como dijo José García Nieto: ''Perlora, en la distancia, recordarte / es dar al sueño una verdad lejana; / es como oír de nuevo la campana''.

Gracias por tantos momentos; gracias por tanto y tan bueno.

Siempre abierto en el corazón: Casa Sandalio...

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