(Iglesia de Asturias) La emergencia sanitaria ha provocado que comunidades religiosas que ya atendían a personas en situación de pobreza y vulnerabilidad se hayan adaptado a los nuevos requisitos de seguridad para seguir con su servicio. Es el caso de las Siervas de Jesús en Oviedo: “En 2014, cuando las hermanas mayores no podían salir a cuidar enfermos se pensó en qué podíamos ayudar y comenzamos con el comedor social que en tiempo normal atiende entre noventa y cien personas”, explica la madre superiora. El espacio para este comedor es reducido y al no poder cumplir con la distancia mínima requerida entre personas el sistema ha cambiado y ahora a cada persona se les entrega una bolsa con todo lo necesario para que puedan desayunar: leche, dulces y bocadillo, que los sábados aumentan en su cantidad para que puedan desayunar el fin de semana al completo ya que el domingo no se realizan entregas. Estas semanas están repartiendo una media de sesenta o setenta desayunos y ya se prevé que estos números vayan en aumento.
La dificultad en la que se encuentran es que por la situación que se está viviendo las empresas que habitualmente colaboraban con el comedor social no pueden hacerlo, ante esto sus voluntarios comenzaron a explicar la labor de la comunidad por las redes sociales y a solicitar ayuda para estas personas que de otro modo no podrían alimentarse. “La gente está respondiendo y nos está trayendo alimentos, donativos y nos vamos valiendo”, comenta la madre superiora, “están viendo la necesidad, no solo del momento, sino más a largo plazo”.
Para todas aquellas personas que deseen colaborar con esta obra caritativa, las Siervas del Corazón de Jesús están situadas en el número 23 de la calle Uría de Oviedo.
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