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jueves, 5 de marzo de 2020

El párroco de Teatinos pide mantener usos religiosos en la capilla de La Cadellada

(El Comercio) Un espacio «multiusos» en el que se combinen las actividades «culturales» con las «religiosas». Esta es la idea que José Ramón Castañón, 'Pochi', párroco de Teatinos, tiene para la capilla de La Cadellada. Algunos vecinos quieren que este espacio se dedique solo a los primeros, pero el cura reivindica la historia de este templo, cuya cubierta está siendo remodelada estos días por la empresa Peralte contratada por el Principado. En una intervención posterior, la administración regional actuará para consolidar y recuperar el mural de Paulino Vicente titulado 'La última cena'.

Esta iglesia, es para 'Pochi', un bien «público al servicio de todos» y recuerda que en ella muchos vecinos de Teatinos contrajeron matrimonio, después bautizaron a sus hijos y estos hicieron la comunión. «No queremos usurparlo, pero se podría usar para alguna celebración especial y que esté al servicio de quien quiera», añadió para a renglón seguido decir que su objetivo no es que la parroquia se traslade allí.

La razón es obvia. La capilla de La Cadellada es «más pequeña» que las instalaciones de la calle Bermúdez de Castro y cada domingo este templo se llena. Hay parroquianos que se tienen que sentar en el suelo durante las misas, en especial, durante la que dedica a los niños que es la que más fieles congrega.

De forma paralela, continúan las obras en el exterior de la capilla. Gispasa anunció hace un año su intención de reparar todas las lesiones físicas, mecánicas y químicas detectadas en la cubierta. También quería subsanar los daños detectados en la torre del campanario con el fin de garantizar la seguridad estructural del edificio.

Los trabajos, cuyo coste ascienden a 153.000 euros, fueron sacados a un concurso público que ganó la empresa constructora Peralta. Las obras comenzaron a finales del año pasado y el edificio está ahora andamiado por sus dos laterales. Los trabajos, en un principio, iban a durar diez semanas, pero ha habido retrasos por culpa de las precipitaciones que se han registrado durante la primera mitad de este invierno anormalmente seco por lo demás hasta ahora.

Los trabajos son complejos. Parte de la estructura de la cubierta son cerchas metálicas que habrá que limpiar y proteger frente a la corrosión producida por las filtraciones desde el tejado. El objeto final de los trabajos es recuperar la envolvente del edificio de cara a posteriores actuaciones en su interior bien sea para espacio cultural o multiusos.

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