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viernes, 29 de noviembre de 2019

El Papa medita sobre la muerte en la homilía en Santa Marta

En la homilía de la misa en Santa Marta, el Papa reflexiona sobre el final que le espera a cada hombre, la muerte, presentándolo como un momento en el que el Señor viene a recogernos y para el cual nos pide que estemos preparados. En esta vulnerabilidad que nos une, está la invitación de Francisco, oremos los unos por los otros para responder bien a este llamado, con la confianza de encontrarnos con el Señor.

(Gabriella Ceraso/Vatican News)- En la última semana del año litúrgico, la Iglesia nos invita a reflexionar sobre el fin, el fin del mundo, el fin de cada uno de nosotros, y el Evangelio de hoy lo hace por medio de Lucas que repite las palabras de Jesús: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».

Es así, reitera el Papa en su homilía, «todo terminará» pero «Él permanecerá» y de esto se inspira el Santo Padre para invitar a todos a reflexionar sobre el momento del final, es decir, de la muerte. Ninguno de nosotros sabe exactamente cuándo sucederá, de hecho, señala, a menudo tendemos a posponer el pensamiento, creyendo que somos eternos, pero no es así:

«Todos tenemos esta debilidad de vida, esta vulnerabilidad. Ayer estaba meditando sobre esto, en un hermoso artículo que ha salido en la Civiltà Cattolica que nos dice que lo que todos tenemos en común es la vulnerabilidad: somos iguales en la vulnerabilidad. Todos somos vulnerables y en algún momento esta vulnerabilidad nos conduce a la muerte. Por esto, vamos al médico para ver cómo va mi vulnerabilidad física, otros van donde el psicólogo para curar alguna vulnerabilidad psíquica».

Por lo tanto, la vulnerabilidad nos une y ninguna ilusión nos protege. En mi tierra, recordó el Papa, había la moda de pagar el funeral por adelantado con la ilusión de ahorrar dinero para la familia. Salió a la luz el fraude provocado por algunas empresas funerarias, la moda pasó. «Cuántas veces nos engaña la ilusión», es el comentario del Papa, como el de «ser eterno». En cambio, la certeza de la muerte está escrita en la Biblia y en el Evangelio, pero el Señor siempre nos la presenta como un «encuentro con Él» y la acompaña con la palabra «esperanza»:

«El Señor nos dice que estemos preparados para el encuentro, la muerte es un encuentro: es Él quien viene a encontrarnos, es Él quien viene a tomarnos de la mano y llevarnos con él. ¡No quisiera que este simple sermón sea un aviso de funeral! Es simplemente el Evangelio, es simplemente la vida, simplemente decirse el uno al otro: todos somos vulnerables y todos tenemos una puerta a la que el Señor llamará algún día».

Por lo tanto, es necesario prepararse bien para el momento en que tocará el timbre, el momento en que el Señor llamará a nuestra puerta: recemos los unos por los otros, es la invitación del Papa también a los fieles presentes en la Misa, para estar listos, para abrir la puerta con confianza al Señor que viene:

«De todas las cosas que hemos reunido, que hemos ahorrado, legalmente buenas, no nos llevaremos nada … Pero sí, llevaremos el abrazo del Señor. Piensa en tu propia muerte: ¿cuándo moriré? En el calendario no está arreglado, pero el Señor lo sabe. Y orar al Señor: «Señor, prepara mi corazón para morir bien, morir en paz, morir con esperanza». Esta es la palabra que siempre debe acompañar nuestra vida, la esperanza de vivir con el Señor aquí y luego vivir con el Señor en otra parte. Oremos los unos por los otros, por esto».

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