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viernes, 22 de noviembre de 2019

«Cuando Antonio Viñayo se fue, dejó una biblioteca con 20.000 ejemplares»

(El Comercio) La figura del eclesiástico y estudioso Antonio Viñayo, abad de San Isidoro de León, puede parecer, y así lo reconoce el autor, una elección extraña para desgranar en un diccionario biográfico. Pero su historia dejó una importante impronta en Asturias, que atrajo al catedrático de la Universidad de Oviedo, José María Fernández Cardo, quien ayer presentó en el seminario de Oviedo de la mano dde la Fundación BBVA un libro «en formato diccionario, con 90 entradas -tantas como años vivió Viñayo- y un sistema de remisiones que permiten que el lector viaje de una a otra, en un intento de innovar narrativamente».

A lo largo del volumen (editorial Rimpego) profundiza en la vida del «brillante» sacerdote, incluyendo sus experiencias en el Principado, donde pasó media vida. Viñayo, a pesar de ser leonés, estudió en el Seminario de Oviedo -como había sido destruido en el 34 le enviaron, primero, a Lugo y, después, cerca de Valdediós-, se doctoró en la Universidad Pontificia de Salamanca y volvió a Asturias como secretario particular del obispo de Oviedo Benjamín de Arriba y Castro. «Fue profesor del seminario y profundizó con sus estudios en la época de Alfonso II el Castro y Alfonso III el Magno», explicó Fernández Cardo. Estudios que sirvieron de base para que la de Oviedo fuese reconocida como archidiócesis. No fue su única aportación.

«Se le encomendó recuperar la biblioteca del seminario, que había sido destruida. Dedicó 7 u 8 años a esto y, cuando se fue de Asturias en 1957, dejó una biblioteca con 20.000 ejemplares», elogió el autor, quien también da cuenta de los viajes y anécdotas varias de la vida de un hombre que, «no hay que olvidar, publicó una de las primeras guías de Asturias, que lleva once ediciones».

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