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viernes, 5 de julio de 2019

Pésame a la Familia de Amalia Cortina

Me toca estar lejos de Lugones al conocer el fallecimiento de Amalia o “Manolita”, como todos la conocíamos.

Cómo Párroco y vecino me entristece un hecho al que por otra parte debería estar acostumbrado, pero que pone de manifiesto lo que tantas veces he dicho en los funerales y despedidas, y es que nadie estamos preparados para la muerte aún conviviendo a con ella todos los días, pues, finalmente y en este paradójico umbral, somos llamados a la vida pues para esta realidad Dios ha creado a aquellos que le quieren y le siguen en medio de las propias vicisitudes y duras realidades de nuestra vida.

“Manolita” sabía de esto por sí misma y porque la vida para ella no fue nada fácil; y también por los muchos funerales de vecinos y amigos a los que fue acompañado y despidiendo en su vida de Fe, poniendo los ojos en un Dios al que ella no le será ajena, pues en Él puso siempre también su confianza.

Hoy ese Dios la recibe en la esperanza de su propia resurrección por medio de Jesucristo que le dice: “Venid a mí los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré”...

Manolita fue ante todo mujer sencilla de Iglesia. Y eso a Dios y a los demás no se nos escapa, de ahí que hoy nuestro sentimiento y oración por ella salen de lo profundo del corazón para acompañarla, a su noble esposo y a toda su familia y amigos que hoy habéis venido a despedirla.

La recordaré siempre positiva, alegre y respetuosa conmigo, pues en cualquier lugar que nos encontrásemos siempre tenía para mí una sonrisa o un amable comentario, aunque su alma llorase... Los curas muchas veces vemos y entendemos -es nuestra labor- con una sola mirada.

Por eso no quiero que la distancia imperada por las circunstancias ensombrezca mi recuerdo agradecido a su sonrisa, saludos y vida de Fe y de esperanza.

Hoy quiero como Párroco unirme a todos los presentes en esta oración sentida por Manolita, y le pido al Padre de la vida a la que estamos llamados que la acoja y consuele a los suyos en la seguridad de que también la Santina de Covadonga (a cuya Novena nunca faltaba) intercederá por ella junto a San Roque de su querido pueblo de San Claudio

Quiero concluir con las palabras de José Luis Martín Descalzo invocando para Manolita al Dios de la vida -y no de la muerte- que hoy tristemente nos convoca para que la haga ver por fin la “noche-luz tras tanta noche oscura".

D.E.P. Manolita

Joaquín Manuel Serrano Vila
Párroco de San Félix de Lugones

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