Garay Burgos: "Las parroquias cercanas deben hacer proyectos en común"

El párroco de La Florida, que repite como arcipreste, destaca el papel de los seglares en la Iglesia: "Cada vez son más importantes"

(Ángel Fidalgo/ lne) 

Marcelino Garay Burgos, párroco de San Melchor de Quirós, en el barrio de La Florida, repite como arcipreste de Oviedo en el nuevo organigrama que ha elaborado el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes. Desde el año 2016 viene desempeñando este cargo de coordinación, que el sacerdote, con humildad y evidente sentido del humor, define como el de "un chico para todo". Pero detrás hay mucho más.

"Un arcipreste es un sacerdote más de la ciudad de Oviedo que es el encargado de coordinar a los compañeros, reunirlos periódicamente y aunar acciones en las que todos coincidamos", resumió Marcelino Garay. Más aún, si falta un compañero ahí estará el arcipreste para cubrir su ausencia. Ahora Marcelino Garay está sustituyendo al párroco de Olloniego. No hay nada mejor que predicar con el ejemplo. "Somos primus inter pares", resumió oportunamente el arcipreste.

Un nombramiento que corresponde al Arzobispo, que antes realiza una consulta a los sacerdotes, que ponen el nombre de su candidato en un papel. "Debo creer que igual el Arzobispo puso también mi nombre", añadió el padre Garay.

En el arciprestazgo de Oviedo se da una singular coincidencia, y es que prácticamente coincide con los límites geográfico del municipio, lo que no ocurre en muchos de España. Y en este espacio hay veintisiete parroquias y unidades pastorales que son atendidas por medio centenar de sacerdotes.

¿Los objetivos del arcipreste para esta nueva etapa? "Nos centraremos en las unidades pastorales para que las parroquias cercanas se coordinen, se reúnan para hacer proyectos en común y para que impliquen en el trabajo diario a los seglares, que cada vez tienen más importancia dentro de la Iglesia", resumió Marcelino Garay, quien, a renglón seguido, realizó un comentario: "El primer arzobispo de Asturias en hablar de la pastoral de conjunto fue Vicente Enrique y Tarancón, y lo hizo en Oviedo, a mediados de la década de los años sesenta del pasado siglo, durante una asamblea que se celebró en el Seminario Metropolitano de Oviedo, y entonces había tres veces más de curas que ahora".

Marcelino Garay, que nació en Oviedo en el año 1952, lleva cuarenta años de sacerdocio. Tras unos años en las cuencas mineras, el Arzobispo lo envió a Roma a estudiar Teología Espiritual.

A su regreso, pasó diez años de formador en el Seminario, y en el año 2002 fue nombrado delegado episcopal de Cáritas. También fue delegado del clero y director espiritual del Seminario.