(Iglesia de Asturias) El próximo 16 de julio se celebra la festividad de la Virgen del Carmen, una advocación muy querida en España y también con mucha presencia en Asturias. Con este motivo hemos entrevistado a Manuel Álvarez, profesor de Mariología del InStituto Superior de Estudios Teológicos de Oviedo, que nos ha hablado de la historia de esta veneración. Una celebración, por otro lado, que se celebra a nivel nacional desde la Conferencia Episcopal como el Día de las gentes del mar, llamando la atención sobre la realidad de estas personas y la dureza en muchas ocasiones de sus condiciones de vida.
¿Cuál es el origen de la advocación de la Virgen del Carmen?
Tiene antecedentes en el Antiguo Testamento. El Monte Carmelo está en Israel, a unos 150 kilómetros de Jerusalén. Es una pequeña cordillera de unos 500 metros de altura. Y allí se dice que Elías estuvo durante un tiempo, se habla de que quizá tuvo en ese lugar el encuentro con los sacerdotes de Baal, pero en cualquier caso allí, que hay muchas grutas, estuvo y, junto con él, otra gente que quería vivir apartada dedicada a Dios. Por eso motivo ya en el siglo XII hubo muchos cristianos que quisieron ir al Monte Carmelo y vivir como ermitaños: ese es el origen de la Orden de los Carmelitas. Construyeron una iglesia dedicada entonces a la Virgen del Monte Carmelo, y ya empezaron su vida como ermitaños. Poco les duró, porque los musulmanes entraron en esa zona y se tuvieron que ir. Se repartieron por Europa y ahí tienen un momento de crisis en la Orden, debida a esa dispersión por tantos lugares. Esta situación dio origen a que hubiera un cambio. San Simón Stock, sexto General de la Orden de los Carmelitas, fue quien lo propició, pasando de eremitas a mendicantes, y empezaron a levantar distintos conventos por toda Europa. San Simón acudía mucho a la Virgen para pedir ayuda, sobre todo para su Orden carmelitana porque estaban en una situación muy difícil, y fue cuando la Virgen se apareció en el año 1251, el 16 de julio, y ese es el origen de la fiesta: la aparición de la Virgen a San Simón. En ese momento, además, le entregó el escapulario.
Háblenos del escapulario
Era una especie de vestido o delantal que llevaba la gente para trabajar y también los monjes para vestir y trabajar. Con el tiempo acabó siendo más pequeño, hasta ser lo que es hoy en día, incluso una medalla. La Virgen le dijo a San Simón: “Toma, hijo querido, este escapulario será como la divisa de mi confraternidad y para ti y todos los carmelitas un signo especial de gracia. Quien quiera que muera portándolo no sufrirá el fuego eterno”. Esa era la promesa. A partir de entonces empezó a desarrollarse muchísimo la devoción a la Virgen del Carmen porque hubo muchas cofradías y gremios que la adoptaron como patrona. Quizás la más famosa siempre es la de los pescadores y marineros. Influyó que san Luis de Francia ya en el mismo siglo XIII vivió un naufragio, acudió a la Virgen y fue después al Monte Carmelo para agradecerle el haberse salvado. En España en el siglo XVI- XVII influyó en ese sentido un almirante, su patrono por aquel entonces era san Telmo y él quiso potenciar a la Virgen del Carmen hasta que se convirtió en la patrona no solo de la marina militar sino de todos los marineros.
¿Qué simboliza el escapulario?
Quizás la gente no sabe que cuando se le impone el escapulario queda unido de alguna manera a la Orden carmelitana, al igual que era costumbre en la Edad Media unirse como Orden Tercera o como laicos incorporados a una orden religiosa para recibir los beneficios de su espiritualidad y su protección. Con el escapulario es lo que se hace: la Virgen promete una protección especial a todas las personas que lo llevan. Luego incluso apareció el privilegio sabatino.
¿En qué consistía este privilegio?
Propiamente en la aparición de san Simón no aparece, sino que se habla de una protección y la privación “de las penas eternas”. En realidad, la parte que narra que el siguiente sábado a la muerte la Virgen, esta aparece en el purgatorio y se lleva a todos los que tienen el escapulario, tiene su origen en un Papa del siglo XIV, Juan XXII, con una bula que habla de ese “privilegio sabatino”. Pero es una bula de origen dudoso, de hecho, todavía a fecha de hoy no se sabe realmente si es o no de este Papa. Esto generó a lo largo de los siglos todo tipo de debates, incluso en el siglo XVI se les prohibió a los carmelitas que hablasen de este privilegio. A los cinco años esta prohibición se revocó. También porque en la bula no aparecía sabato sino subito, que quiere decir cuanto antes.
Pio XII habló en los dos sentidos del privilegio sabatino: la Virgen llevará cuanto antes al cielo a quienes lleven el escapulario, y añadió además el “sábado”, poniendo de nuevo la tradición de que acude ese día al purgatorio a rescatar a las almas que allí están. Hay que decir que esto tampoco es automático, esto lo tiene que saber la gente porque quizá piensan “ya llevo el escapulario y ya puedo hacer lo que sea y ya me voy al cielo”, y no es así. Implica una colaboración por parte de los cristianos. La Virgen se cuelga del pecho de los cristianos porque quiere que la llevemos en el corazón, dentro, no fuera. La correspondencia por nuestra parte, con nuestras pobres fuerzas, tiene que estar ahí, y debemos comportarnos como buenos cristianos. Y en ese comportarnos como cristianos la Virgen es la que nos lleva a Jesús, es decir, esta no es una alternativa a la devoción al Señor.
En Asturias hay también mucha cercanía a la Virgen del Carmen.
En Asturias tenemos unos 150 lugares, entre ermitas parroquias y santuarios, dedicados a la Virgen del Carmen: muchos de ellos están en la costa, pero el resto están en el interior. Cada uno tiene su propia tradición y su propia historia, pero lo común es tenerle mucho cariño y mucha devoción a la Virgen en esta advocación. ¿Quién no tiene una hermana, prima, sobrina o lo que sea que se llame Carmen, María del Carmen, Carmela o Carmelo? Posiblemente es la devoción más arraigada. Mucho más en cierto sentido que la de Covadonga, al menos en número de templos; aunque evidentemente la Virgen de Covadonga en Asturias es algo diferente, especial.
¿La devoción está muy extendida?
Está en todas partes, es mundial. En muchos lugares sin embargo es patrona de los mineros, y así la celebran. El día de la fiesta hacen descender a la Virgen a la mina para que les proteja igual que los marineros llevan a la Virgen al mar. Está realmente muy extendida, es quizás la que más lo está, sin hacer de menos Guadalupe o Lourdes o Fátima. También es por le montón de siglos de historia que tiene acumulados.
Se la conoce también como “Estrella de los mares”.
Este nombre está originado por ella misma. Cuando los carmelitas veían acercarse a los musulmanes al Monte Carmelo, se preocuparon mucho, y antes de marcharse hicieron unos últimos rezos en la iglesia que entonces tenían allí –luego construyeron una mayor justo encima de la gruta de Elías que se conserva en el interior de este templo–, y en el momento de cantar la Salve, se presentó la Virgen y les dijo que, ya que tenían que marchar por mar, Ella iba a ser la “Estrella de los mares” para ellos. Es también una de las posibles traducciones del nombre de María: los marineros siempre se han guiado por las estrellas, en el mar, y este nombre le va muy bien a la Virgen, lo que ha influido para que le tengan especial devoción y la tengamos incluida también en las letanías del Rosario, porque fue idea de María como otras tantas veces sucede.
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