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jueves, 16 de mayo de 2019

Don Herminio y Don Juan Antonio. Compañeros en la vida y en la muerte

La Diócesis de Oviedo quedaba hoy sorprendida cuando hacia el mediodía trascendía la muerte del párroco de San Lorenzo de Gijón Don Herminio González Llaca, con tan sólo 63 años pero tras diez haciendo frente a un delicado estado de salud. Ciertamente, no se esperaba, pues las noticias que llegaban del hospital eran más bien esperanzadoras las últimas semanas.

Transcurrió el día con normalidad en nuestra asumida condición mortal hasta que a media tarde otra noticia sobrecogedora nos volvió a dejar helados a los católicos asturianos al conocer que nuestro paisano, Don Juan Antonio Menéndez Fernández, Obispo de Astorga, acababa de fallecer igualmente de un infarto. Dos necrológicas llenas de puntos en común: dos hermanos en el sacerdocio, amigos desde la juventud, de la misma promoción sacerdotal y unidos en el mismo día por un fulminante infarto de miocardio.

Los dos eran muy conocidos en nuestra Parroquia de Lugones, no sólo por los múltiples cargos de responsabilidad que ambos ocuparon en la Diócesis, sino principalmente por sus raíces y familia. Don Herminio, aunque nació en Ardisana era un ovetense más, pues en nuestro vecino barrio de La Corredoria vivió desde los dos añitos junto con su familia, muy conocidos y apreciados en la zona desde los tiempos en que su padre, Antonio González, regentó El Estanco.

Por su parte, Don Juan Antonio, tiene aquí en Lugones tíos, primos, sobrinos y numerosos parientes y amigos, por lo que como él siempre afirmó, venir a Lugones le resultaba siempre muy familiar. Desde los inicios de su sacerdocio acudió en numerosas ocasiones para celebrar los sacramentos de su familia, y luego ya, como Vicario general y Obispo Auxiliar siguió viniendo no sólo para los suyos sino para presidir confirmaciones y fiestas de nuestra Comunidad Parroquial.

Ya les hemos encomendado, más lo seguiremos haciendo. Así se lo dijimos a su familia aquí, que estaban consternados. Los ponemos a ambos en las manos del Padre Eterno que a buen seguro los acogerá con los brazos abiertos.

Para todos sus familiares nuestro pésame, cercanía y apoyo en estos duros momentos, en mi nombre y en el de Don Serrano; en nombre de las Hermanas del Santo Ángel y de las Comunidades Parroquiales de San Félix de Lugones y Santa María de Viella que ellos bien conocieron y apreciaron.

Joaquín, Párroco


'Quisiera unirme con vosotros a la confesión de fe que Marta, en el evangelio que acabamos de proclamar le hizo al Señor Jesús:Sí Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo. La valentía y la fortaleza de fe de esta mujer ha pasado a la historia y quedó registrada para siempre en el Evangelio de san Juan. Confesar la fe cuando la muerte nos toca de cerca es un acto que engrandece a la persona y hace crecer a la propia Iglesia de Jesucristo. En esta tarde yo también quiero confesar esta fe en Jesucristo ante la muerte''.

Herminio González Llaca. Homilía en el funeral de su madre. La Corredoria, 09/ 03/2012


 ''Sin luz no hay vida. Los hombres se mueren y las plantas se secan Sin la luz de Cristo el hombre está abocado a la muerte espiritual. Cristo vino a este mundo como la luz y las tinieblas no lo recibieron. Porque el Reino de Cristo es el Reino de la luz y de la vida no el reino de las tinieblas y de la muerte. Cuando pedimos que brille la luz eterna para nuestros difuntos estamos pidiendo para ellos el Reino de la luz de Cristo resucitado que ilumina la muerte del hombre y le da una nueva vida''.

Monseñor Juan Antonio Menéndez Fernández. Homilía en el funeral de un Sacerdote. 12/06/2018

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