directora de El País
Estimada Soledad:
Mi nombre es Patxi Bronchalo y soy un cura. Usted no me conoce pero gracias a su periódico mucha gente me ha reconocido en los últimos días. El pasado 21 de febrero mi foto, junto a un grupo de hermanos sacerdotes y seminaristas, apareció nada menos que en la portada de su periódico.
En dicha foto se nos veía a todos con semblante muy serio mirando al Papa Francisco, él aparece con el dedo levantado hablándonos y apuntándonos con el dedo índice, de forma que parece que nos está echando una gran reprimenda.
La foto venía a ilustrar una noticia sobre la cumbre de abusos sexuales a menores que estaba a punto de comenzar en Roma y que escribió su corresponsal allí, Daniel Verdú, bajo el titular: "Arranca en Roma la histórica cumbre contra la pederastia". La edición digital también traía su propio titular: "Quien ha hecho los deberes y quien no ante la cumbre contra la pederastia".
En realidad el motivo por el que estábamos con el Papa en el momento de la foto era muy distinto. Peregrinamos a Roma a ver al Papa para celebrar los 25 años de nuestro seminario. Lo que nos dijo, con seriedad pero sin enfado, mientras se captaba la imagen fue precioso: no dejar nunca de rezar, ser cercanos al sufrimiento de la gente y estar siempre en sintonía con los obispos, esos que una y otra vez medios como el suyo se empeñan en separar de nosotros.
En esa misma audiencia el Papa se encontró con víctimas supervivientes de abusos, una a una las fue escuchando y mostrando su cariño. Verlo me hizo entender la seriedad con que la Iglesia está afrontando esta crisis tan grave, y el camino a seguir. La crisis de la pederastia en la Iglesia es terrible y nos está afectando muchísimo a los sacerdotes, estamos avergonzados. Cada nuevo caso, cada víctima nos parte el alma. La inmensa mayoría de nosotros nos pasamos la vida tratando de mostrar el amor que Dios les tiene, algo que muy a menudo nos recuerda el Papa Francisco.
Conozco cientos de curas anónimos partiéndose la cara cada día por los más necesitados, sin ir más lejos, hace unos días fue asesinado otro misionero español en Burkina Faso, y este hecho no salió en ninguna portada. Amamos a Dios, amamos a las personas, nos destruye lo que sucede con la pederastia.
Es cierto que, tanto en la edición impresa como en la digital, aparece un pequeño texto que indica que la foto es de un momento distinto del que habla la noticia. Pero ya somos mayores, no nos engañemos, los dos sabemos que la mayoría de la gente no lee ese pequeñito texto y solo ven titular y foto. Los dos sabemos que una foto en la que aparentemente el Papa regaña a unos sacerdotes jóvenes es muy golosa para conseguir en el lector la impresión de que todos los curas somos malos y crear un sentimiento negativo hacia nosotros. Los dos sabemos que gran parte de lo que mañana se comente en puestos de trabajo, peluquerías y bares va a depender de lo que ustedes escriban e ilustren hoy.
No es un problema legalista de cita de fuentes: es un problema ético. Ilustrar una noticia sobre un tema convulso con una imagen que crea en el lector un sentimiento concreto es confundir y manipular a las personas para conseguir más ventas, más visitas y más animadversión hacia lo que ustedes elijan.
Se olvidan que detrás de las fotos de sus noticias hay personas que tienen familias que se llevan disgustos, que tienen amigos que se preocupan, que tienen gente cercana que se siente confundida y que sospecha, y que se cruzan cada día con mucha gente desconocida que puede señalarles.
Usted seguro que tiene familia y amigos, personas a quienes ama. Yo le pregunto: ¿Qué le parecería que apareciera la foto de alguien a quien quiere acompañando una noticia sobre abusos en el seno de la familia? ¿O que una imagen de quien aprecia ilustrara la portada de un periódico en el que se trata la noticia de una violación? ¿Y qué pensarían las personas que le quieren si fuera su foto la que encabezara una noticia sobre asesinatos? ¿Dónde están la ética y la humanidad del periódico generalista más vendido en España?
Nos piden seriedad y sinceridad en la Iglesia, me parece bien, pero ¿dónde está la suya? Con la manipulación y el engaño se llega a mucha gente en poco tiempo, pero como estamos sufriendo, a la larga hay mucho daño. La verdad, aunque es más lenta, nos acaba llevando a todas partes. También al Cielo.
Yo no soy mejor que usted, eso también se lo aseguro, por ello quiero decirle que le encomiendo en mis oraciones y le expreso mi cercanía, esa que nos pidió el Papa. Gracias por leerme hasta el final, bien sabemos ambos que eso casi nunca se hace.
Saludos cordiales.
La foto venía a ilustrar una noticia sobre la cumbre de abusos sexuales a menores que estaba a punto de comenzar en Roma y que escribió su corresponsal allí, Daniel Verdú, bajo el titular: "Arranca en Roma la histórica cumbre contra la pederastia". La edición digital también traía su propio titular: "Quien ha hecho los deberes y quien no ante la cumbre contra la pederastia".
En realidad el motivo por el que estábamos con el Papa en el momento de la foto era muy distinto. Peregrinamos a Roma a ver al Papa para celebrar los 25 años de nuestro seminario. Lo que nos dijo, con seriedad pero sin enfado, mientras se captaba la imagen fue precioso: no dejar nunca de rezar, ser cercanos al sufrimiento de la gente y estar siempre en sintonía con los obispos, esos que una y otra vez medios como el suyo se empeñan en separar de nosotros.
En esa misma audiencia el Papa se encontró con víctimas supervivientes de abusos, una a una las fue escuchando y mostrando su cariño. Verlo me hizo entender la seriedad con que la Iglesia está afrontando esta crisis tan grave, y el camino a seguir. La crisis de la pederastia en la Iglesia es terrible y nos está afectando muchísimo a los sacerdotes, estamos avergonzados. Cada nuevo caso, cada víctima nos parte el alma. La inmensa mayoría de nosotros nos pasamos la vida tratando de mostrar el amor que Dios les tiene, algo que muy a menudo nos recuerda el Papa Francisco.
Conozco cientos de curas anónimos partiéndose la cara cada día por los más necesitados, sin ir más lejos, hace unos días fue asesinado otro misionero español en Burkina Faso, y este hecho no salió en ninguna portada. Amamos a Dios, amamos a las personas, nos destruye lo que sucede con la pederastia.
Es cierto que, tanto en la edición impresa como en la digital, aparece un pequeño texto que indica que la foto es de un momento distinto del que habla la noticia. Pero ya somos mayores, no nos engañemos, los dos sabemos que la mayoría de la gente no lee ese pequeñito texto y solo ven titular y foto. Los dos sabemos que una foto en la que aparentemente el Papa regaña a unos sacerdotes jóvenes es muy golosa para conseguir en el lector la impresión de que todos los curas somos malos y crear un sentimiento negativo hacia nosotros. Los dos sabemos que gran parte de lo que mañana se comente en puestos de trabajo, peluquerías y bares va a depender de lo que ustedes escriban e ilustren hoy.
No es un problema legalista de cita de fuentes: es un problema ético. Ilustrar una noticia sobre un tema convulso con una imagen que crea en el lector un sentimiento concreto es confundir y manipular a las personas para conseguir más ventas, más visitas y más animadversión hacia lo que ustedes elijan.
Se olvidan que detrás de las fotos de sus noticias hay personas que tienen familias que se llevan disgustos, que tienen amigos que se preocupan, que tienen gente cercana que se siente confundida y que sospecha, y que se cruzan cada día con mucha gente desconocida que puede señalarles.
Usted seguro que tiene familia y amigos, personas a quienes ama. Yo le pregunto: ¿Qué le parecería que apareciera la foto de alguien a quien quiere acompañando una noticia sobre abusos en el seno de la familia? ¿O que una imagen de quien aprecia ilustrara la portada de un periódico en el que se trata la noticia de una violación? ¿Y qué pensarían las personas que le quieren si fuera su foto la que encabezara una noticia sobre asesinatos? ¿Dónde están la ética y la humanidad del periódico generalista más vendido en España?
Nos piden seriedad y sinceridad en la Iglesia, me parece bien, pero ¿dónde está la suya? Con la manipulación y el engaño se llega a mucha gente en poco tiempo, pero como estamos sufriendo, a la larga hay mucho daño. La verdad, aunque es más lenta, nos acaba llevando a todas partes. También al Cielo.
Yo no soy mejor que usted, eso también se lo aseguro, por ello quiero decirle que le encomiendo en mis oraciones y le expreso mi cercanía, esa que nos pidió el Papa. Gracias por leerme hasta el final, bien sabemos ambos que eso casi nunca se hace.
Saludos cordiales.
Patxi Bronchalo, un cura señalado por el Papa
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