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martes, 11 de diciembre de 2018

Un tiempo singular para vivirlo en Parroquia. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

Queridos feligreses:

Al igual que ocurre en la Cuaresma y la Pascua, la comunidad parroquial intensifica en el adviento sus faenas y jornadas para acercar a todo corazón abatido o triste la esperanza de un mundo esperanzado y nuevo, solo posible desde el corazón de Cristo que viene.

Aunque el centro del Año Cristiano es el Domingo de Pascua. la Navidad, con sus cuatro semanas de preparación se presenta como la segunda gran celebración de los católicos. En ella actualizamos la encarnación del Verbo por María y recordamos que en Cristo se cumplieron las promesas del Antiguo Testamento que termina e inaugura el nuevo con el grito de ''Ven Señor Jesús''. Es decir, que no nos limitamos a hacer memoria de la primera venida de Cristo, sino que recordamos que volverá para separar a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras.

El Adviento y la Navidad no pueden quedar en luces y canciones, sino que es una invitación directa de Dios que nos llama a este breve desierto donde una voz clama: ''preparad el camino al Señor''... ¿como le puedo allanar yo el sendero?, pues disponiendo mi corazón para que sea el mejor pesebre, la mejor cuna, el mejor hogar que ofrecerle al Niño Dios.

Os invito a que no dejéis terminar el año sin enriqueceros con la gracia del sacramento de la reconciliación que tanto bien hace a nuestras almas y nos dispone a recibir a Cristo con un corazón en paz, un corazón en gracia como la mejor forma de hacer, vivir y adentrarnos en el misterio de la Navidad.

Ojalá os ayuden a ello todos los actos, cultos y talleres de estos días para preparar la venida del Señor.

Joaquín, (párroco)

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