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lunes, 26 de noviembre de 2018

Una quinta parte de los cristianos del mundo está perseguido o discriminado por su fe












(Por Carlos Esteban/ Infovaticana)

Un 61% de los habitantes de la Tierra vive en un país donde no puede expresar su fe en libertad. Este es uno de los muchos datos preocupantes que se desprenden del ‘Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2018’ presentado por la fundación de la Santa Sede Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN España).

En el mundo hay 327 millones de cristianos que viven en países donde se les persigue por su fe, mientras que otros 178 millones son discriminados legalmente por la misma causa, según el último ‘Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2018’ que acaba de presentar Ayuda a la Iglesia Necesitada. Es decir, uno de cada cinco cristianos en el mundo sufre persecución o discriminación por el hecho de serlo.

La primera conclusión del estudio, que se publica todos los años, es que en 2017 la situación empeoró para los cristianos en líneas generales, y especialmente en China, India, Indonesia, Pakistán y Nigeria, donde no son los católicos los únicos en ver violada su libertad religiosa, sino todos los creyentes que practican una religión distinta de la religión -o, en el caso chino, el ateísmo- oficial. De hecho, el 61% de los habitantes del planeta vive en un país donde no existe libertad para practicar una fe disidente.

De todas las confesiones, las cristianas siguen siendo, con diferencia, las más perseguidas, y dentro de ellas, la católica. Hay cinco países entre los estudiados en el informe donde la situación permanece igual que en años anteriores, sencillamente porque ya no puede empeorar en punto a persecución y discriminación: Afganistán, Arabia Saudita, Corea del Norte, Eritrea y Nigeria (en los estados de mayoría musulmana, especialmente).

La persecución directa es la situación de hecho en 21 países: Afganistán, Arabia Saudita, Bangladesh, China, Corea del Norte, Eritrea, India, Indonesia, Iraq, Libia, Myanmar, Níger, Nigeria, Pakistán, Palestina, Siria, Somalia, Sudán, Turkmenistán, Uzbekistán, Yemen. En otros 17, los que profesan una confesión diferente a la oficial no están directamente perseguidos, pero sufren de alguna forma de discriminación; son Argelia, Azerbaiyán, Bután, Brunei, Egipto, Irán, Kazajistán, Kirguizistán, Laos, Maldivas, Mauritania, Qatar, Rusia, Tayikistán, Turquía, Ucrania, Vietnam.

De todos estos países, en los dos últimos años ha habido un empeoramiento de la situación para los creyentes no conformistas en Brunei, China, India, Indonesia, Irán, Kazajistán, Kirguizistán, Libia, Maldivas, Mauritania, Myanmar, Níger, Pakistán, Somalia, Tayikistán, Turquía, Yemen. Solo en dos de los países estudiados, Irak y Siria, se ha experimentado alguna mejora en este sentido.

En estos dos países, la mejor ha venido de la mano de la victoria de las tropas gubernamentales de ambos sobre los grupos fundamentalistas del ISIS que mantenían buena parte del territorio sometido a la aplicación más estricta de la sharía musulmana.

En China, el reciente acuerdo alcanzado por su gobierno comunista con la Santa Sede, por el que Roma reconoce como válidos los obispos y sacerdotes ordenados en la hasta ahora cismática Iglesia Patriótica China, hasta hace poco excomulgados, no ha traído, paradójicamente, alivio alguno a los cristianos de aquel país, que siguen sufriendo persecución y discriminación en el mismo o mayor grado.

Y el dato quizá más preocupante corresponda a la ‘democracia más populosa del mundo’, la India, desde la llegada al poder en 2017 del partido Bharatiya Janata, nacionalista extremo que identifica la nacionalidad india con el hinduismo, fomentando las agresiones y vejaciones de la población no hindú, y muy especialmente cristiana. Según el Persecution Relief, foro ecuménico que estudia la persecución anticristiana, en 2017 se han registrado 736 ataques, a menudo mortales, en neto aumento respecto a los 348 del año precedente.

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