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sábado, 11 de agosto de 2018

Jose María Díez- Alegría y el Papa Francisco. Por Rodrigo Huerta Migoya

 A primeros de este pasado mes de Julio, en una de las carpas de la Semana Negra de Gijón, el escritor Juan Antonio Delgado de la Rosa presentaba su libro ''Jose María Díez-Alegría, Un jesuita socialista humanista en medio de la clase obrera''. Me acerqué a la carpa y no entraba un alfiler aunque faltaban tres minutos para la hora prevista. Resultó que la multitud estaba asistiendo al fin del acto previo sobre el libro "La chica invisible", de Blue Jeans, y la juventud de Gijón acudió en gran número.

Cuando el reloj daba la media y se terminaba el acto aludido la carpa quedó totalmente vacía, acaso una veintena -siendo muy generosos- de los cuales los más jóvenes ajenos al acto siguiente, estaban en la barra tomando un cerveza resguardados del sol que pegaba demasiado fuerte. No vi sacerdotes de la ciudad, ni jesuitas ni personalidad política progresista alguna. Cuatro gatos, entre los que únicamente distinguí al ex-sacerdote y antaño Párroco de Valdesoto, que asistía solo.

De principio a fin resultó un rollo patatero, contando simpleces que no se podía ni sostener: que si el Padre José María fue la cabeza religiosa de la oposición de la Iglesia española al franquismo (menos mal que estaba en Roma de profesor), etc... Como siempre que se toca esta biografía, se criticó 
-lógicamente, con clara dureza- a la jerarquía y la Santa Sede por reprobar algunas de sus publicaciones (como si a la Iglesia no le competiese la custodia de la verdad en el testimonio de sus miembros; o como si fuera el único autor en dichas materias que ha sido llamado al orden -ahí están tantos otros como  Sobrino, Dupuis, A. De Mello, Pagola etc.-). Y claro, no quedaba ya otra que aseverar que ha sido uno de los grandes teólogos del siglo XX... ¿Ah sí?; ¿Se estudiará acaso su pensamiento en alguna Facultad Teológica? Si preguntamos a los sacerdotes ordenados en los últimos veinte años, ¿sabrán acaso quién era este señor, o habrán leído alguna obra suya?...

Para los seguidores del personaje, ¿no les supone el fin de la validez de sus teorías, escritos y afirmaciones, la reprobación de otro insigne Jesuita y actual Papa Francisco? 
El Padre José María, tras vivir diferentes crisis de fe terminó limitando su visión de creyente únicamente a través del filtro del pensamiento marxista, por considerarlo la mejor vía de encarnar el mensaje cristiano, llegando a asentir que "El cristiano debe comprometerse en la revolución socialista", o "Marx es el enviado de Dios, para demostrar al mundo que Dios está con los oprimidos, con los pobres y contra la opresión". En contraposición, la conocida opinión del Papa respecto a este punto es clara: «Si acaso, son los comunistas quienes piensan como los cristianos», o en otra sonada intervención en una entrevista para el diario italiano "La Stampa", puntualizó: “El marxismo es una ideología equivocada”.

No debía estar muy al día tampoco el ex-jesuita en materia de bioética, pues igualmente defendió sin pudor alguno la eutanasia, llegando a solicitarla para él si se diera el caso de larga agonía: ''Yo tengo hecho un testamento vital en el que digo que no me prolonguen la vida artificialmente, que me dejen morir tranquilo y me pongan todos los tranquilizantes necesarios para morir tranquilo, aunque acorten la vida''. Es evidente que el Papa no comparte esa forma de pensar, lo dijo en incontables ocasiones: ''la eutanasia no es una opción civilizada, la vida es intocable''. Pero más allá de las palabras están los hechos, como su implicación en el caso del malogrado niño Alfie Evans, cuyo triste desenlace esta primavera tocó tantos corazones y conciencias de medio mundo por la sinrazón de los que juegan a ser Dios con estas opciones.

Como suele ocurrir con estos pseudo-intelectuales que se consideran por encima del bien y del mal y se atreven a salirse de toda norma "humana", tampoco les gusta que los demás piensen y actúen distinto. El Padre Alegría se atrevía a contradecir abiertamente a la Santa Sede (menos mal que los jesuitas tienen el cuarto voto de obediencia ciega al Pontífice) contradiciendo como verdad -suya- el Magisterio Papal o criticando otros movimientos de Iglesia como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo por tratar de vivir la configuración de la Cruz de Cristo en sus vidas (no se lo imponían a él).

En su personal y particular interpretación del Evangelio afirmaba el P. José María que ''Cristo murió sufriendo porque unos malvados le torturaron y le crucificaron, pero él no quería que sus amigos murieran torturados''. ¿Dónde le quedan las advertencias del Maestro sobre lo que habría de venir?: ''Bienaventurados vosotros cuando os insulten y persigan'' (Mt 5,11); ''seréis aborrecidos de todos por mi nombre'' (Mt 10,2), o "El cáliz que yo voy a beber lo beberéis'' (Mt 20,23)... Así murió San Mateo (aunque no sabemos si quemado, apedreado o decapitado); San Pedro en una cruz, San Pablo bajo la espada, a cuchillo Santiago el Mayor, San Andrés en cruz de aspa, San Felipe en cruz, San Bartolomé desollado, Santiago el Menor apedreado y rematado con una maza; a San Judas Tadeo lo decapitaron con un hacha, San Simón aserrado a medio cuerpo, y San Matías martirizado con un hacha... Tampoco la exégesis ni la historia eran su fuerte, está claro.

También el Padre Chema se manifestaba favorable al divorcio, e incluso al aborto, como posible opción para los católicos; así se retrataba él: «la prohibición de anticonceptivos y de provocar el aborto no es dogma alguno de fe, los fieles no tienen por qué sentirse obligados a seguir las normas de conducta propuestas por los obispos.». Frente a esto, una vez más podemos buscar las ideas inamovibles del Obispo de Roma sobre esta materia: "No existe un divorcio católico, sino que no existió el matrimonio. Y si existió, es indisoluble"..."El amor matrimonial es para siempre o nada".

Se mostró siempre el llamado ''jesuita sin papeles'', amigo de la despenalización del aborto y de su promoción: «No se puede decir que el aborto sea un crimen y su penalización constituye una ilegalidad...No existe razón alguna basada en la moral dinámica». Así escribía sobre este tema en el diario El País reflexionando: ''¿por qué se pretende excluir a las mujeres gestantes del ámbito de aplicación de ese principio ético generalísimo? Si se admite que también a ellas y a sus problemas les concierne esa norma, no se puede seguir afirmando que los abortos provocados por muy graves razones de índole terapéutica, eugenésica, ética o social sean moralmente condenables''... El Santo Padre, por el contrario, no se ha mostrado nunca amigo de estas teorías y pretensiones, cabe recordar una de sus últimas definiciones sobre el aborto: ''Es lo mismo que hacían los nazis pero con guantes blancos''.

Tristemente se ha de concluir que este señor fue tan sólo un sembrador de cizaña (como ya se le ha denominado en alguna ocasión) bastante demente al final ya, que quiso vender el Marxismo como una verdad de fe -esa sí- cuando ha sido condenado varias veces como una falacia por la Iglesia. Ni qué decir de su visión sobre las enseñanzas de Marx  que consideraba como un mensaje de paz, las cuales están bastante lejos de la verdad histórica y que ocultan un comunismo activo y sobre todo represivo. Fue un hombre contaminado que se envenenó con las peores teorías posibles para un miembro de la Iglesia. Se desvió no sólo de la Iglesia sino de Cristo, pues hay realidades inseparables de Cristo con su Iglesia.

Habrá quienes piensen que por este articulo o por otros donde libremente opino tratando a mi juicio de desenmascarar falacias que estoy faltando a la caridad o siendo mal cristiano. Pero la verdad, también a mi entender, es que hemos caído en un buenísmo tan peligroso que tragamos hasta ruedas de molino, y creo que no puede ser...

Por suerte, los "fans" de Padre Díez Alegría (ya dije que no había muchos) son parte ya de su agotada historia y los  que quedan se encuentran en vías de extinción; mientras, la sana doctrina vuelve a estar en auge, los que leen a Pikaza tienen ochenta años y los que leen a Ratzinger tienen bastantes menos...


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