Virgen del Carmen María Santísima, siglos antes que nacieras te pronosticó en figura el gran profeta Elías en aquella misteriosa nubecilla que del mar del Carmelo subió, se extendió y cubrió de lluvia copiosa la tierra agostada, dígnate atraer para nosotros una lluvia de gracias del cielo cuyo riego trueque nuestras almas en jardines de bellas flores y ricos frutos espirituales. Amén.
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