Desde hace ya unos cuantos años en la Parroquia de Lugones se viene llevando a cabo una práctica muy sencilla para colaborar con los gastos que supone el evento de las primeras comuniones, en sus diferentes turnos. Consiste en que en la reunión previa de ensayo y preparación, se les facilita un sobre a cada familia de modo que se les posibilite la oportunidad de colaborar con la parroquia en los referidos gastos. Cabría, antes de nada, hacer algunas aclaraciones:
-La Parroquia jamás ha cobrado un céntimo por las catequesis, a diferencia de otras parroquias de Oviedo o Siero que han estipulado, legítimamante, un canon de matrícula para cada curso catequético a fin de sufragar los gastos de materiales, limpieza de aulas, calefacción y electricidad; habida cuenta que muchos niños ni son ni serán tras el evento miembros habituales de la Comunidad parroquial.
-La Parroquia asume de entrada todos los gastos de la celebración religiosa de la Primera Comunión (flores, acompañamiento musical, limpieza…) con la mejor intención de ayudar a las familias en sus muchas cargas. Antaño se hacía aquí, como en otros tantos lugares, un cálculo de gastos desde el comienzo del curso hasta la celebración y se repartían estos “a escote” entre los participantes.
-Desde la Parroquia se entrega un sobre para colaborar quienes quieran, pero jamás se ha impuesto ni la entrega del sobre ni mucho menos cifra alguna en él. Quienes libremente lo hacen depositan éste en una cesta que se deja preparada discretamente en una de las capillas laterales. Siendo ésta, además, una práctica litúrgica habitual como herencia de la tradición cristiana que actualizamos en ese donativo como “ofrenda” de la misa.
De todos es sabido, pues, que el que no quiere dar no da y que el que tiene en mente hacerlo lo hace sin que nadie se lo diga. Aquí entra solamente la libertad de conciencia y el modo de pensar y actuar de cada cual. En ningún caso ningún niño tendrá distinto trato por aportar más, menos o nada.
Teniendo en cuenta que habrá cubiertos que cuesten más 100€ en el banquete, listas de regalos -¡y qué regalos!- para la “miniboda”, trajes, fotógrafos, zapatos y alegría…no se puede entender de ningún modo la mezquindad de algunos para aportar una sencilla limosna a la Parroquia sin la que nada sería posible y la cual les ha acogido con cariño curso tras curso y domingo tras domingo para que este día sea una realidad feliz.
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