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sábado, 7 de abril de 2018

Entrevista a Rosi

Empezamos por lo personal

1. ¿Dónde están esos orígenes?

Bien, pues yo nací en la Espinera -cerca de la Belga- perteneciente a la Parroquia de San Miguel de la Barrera. Mi padre se llamaba "Maro" y mi madre "Nati". Me crié entre Arguelles y la Espinera, por que mis abuelos vivían allí. Soy la tercera de tres hermanos (ahora quedamos dos al fallecer Carlos recientemente).

2. ¿Cómo fue tu llegada a Lugones y tu vida aquí?


Llegamos a Lugones en 1958 cuando yo tenía trece años. Mi madre ya venía muy enferma y murió aquí un año después, así que me convertí en la mujer de casa. Mi padre era mutilado de guerra y lo cuidé hasta su muerte también en Lugones, en 1999. Cuando mi padre quedó viudo, recuerdo que Don José María, que entonces era Coadjutor de Don Jesús, venía mucho a verle y charlar de sus cosas. Mis hermanos se casaron los dos y se fueron a vivir a Oviedo, aunque con los años Carlos, el mayor, volvió y ahora están todos, hijas y nietos aquí, entre Lugones y Viella. También me tocó cuidar a los suegros. Al principio íbamos los domingos a pasar un rato con ellos, y para no salir muy tarde de Lugones, íbamos a misa a la Catedral para, al terminar, ir directamente para Sograndio con ellos. Al morir mi suegra se vino mi suegro -Herminio- a vivir a Lugones. Llegó un momento que no le podiamos dejar solo ni un momento, así que los domingos Juan iba a la primera Misa y volvía rapido para que yo pudiera ir a la siguiente, y a mi suegro le traían las monjas la Comunión. Al poco de llegar Don Joaquín le tocó administrarle la Unción y enterrarlo.

3. ¿Cuales han sido los grandes momentos que marcaron tu vida?

Pues mi boda con Juan,  y especialmente cuando me detectaron un cáncer de mama. La enfermedad me obligó a convencerme de que o salía de casa y dejaba de llorar, o no quedaba otra. Juan viajaba toda la semana por los pueblos -era comercial de todo tipo de ropa-  y yo me limitaba a estar en casa para atender a mi padre e ir a la Parroquia. Verme tan cerca de la muerte hizo crecer aún más mi fe. Tuve una vida dura, pero doy gracias a Dios por ella por que me ayudó siempre a salir adelante.

4. En Lugones te conocen todos ¿Conoces a todo Lugones? ¿A los de Viella también?


Hace unos años me tocó "mesa electoral, y al terminar, por la noche, los interventores y miembros de la mesa estaban sorprendidos al ver que una mujer corriente y moliente había saludado y llamado por el nombre a prácticamente todos los votantes que vinieron... Antes Lugones era un pueblo y nos conocíamos más, ahora a crecido mucho pero aún así me manejo muy bien con la gente.

En Viella me pasa lo mismo, conozco mucho. Ahora Rodrigo, que colabora en el Archivo está haciendo los índices de los libros parroquiales de Viella, y mi marido y yo le echamos una mano pues es mucho trabajo y hace falta a veces conocer a la gente para acertar con los apellidos. Del último libro de bautismos que terminamos con más de trescientos nombres sólo hubo tres que no caía en la cuenta, pero los demás todos los conocía a todos.

5. ¿Ser sacristana y tener responsabilidades genera conflictos?

A veces sí; aunque nunca desde mi intención. La gente en general no se pone en el lado del otro, y yo tengo que seguir la misma línea con todos. Por ejemplo, un día me vino una mujer que quería poner una vela de cera delante de la imagen de Covadonga, y yo le dije que no podía ser, que ya habíamos tenido algún susto y que por ese motivo precisamente se habían quitado las velas de cera y puesto los lampadarios electrónicos. Se fue enfadada y después me puso pingando por las redes sociales... al final si la fe se viene o se va por una vela y cuando no se hace lo que yo quiero y por ello se denigra a los demás, poca consistencia de fe esa y poca caridad y respeto con los demás. Pienso que si alguien se envenena por dentro por tonterías no le hace falta ni misas ni velas, queda todo en  una pantomima.

Yo estoy muy satisfecha de mi compromiso con la Iglesia y la Parroquia, y suelo hablar muy claro. Cada cual sabe lo que hace y lo que que piensa y si hay o no coherencia para llamarse y vivir como cristiano.

6. ¿Cómo fue lo de ser Hermana Mayor de la Cofradía?


La verdad es que nunca lo imaginé. Cuando se presentaron los estatutos, Don Joaquín dijo que la persona que se votara para hermano o hermana mayor debería ser una persona ejemplar en su vida de fe y en su amor a la Iglesia, y al salir de la reunión las mujeres empezaron a decir ''no hay nadie más idóneo para ese cargo que Rosi, porque siempre está en la Iglesia y por la Iglesia'', y así me lanzaron a las urnas (se ríe...)

7. ¿Hay jubilación?

No. El trabajo en la Iglesia no se hace por edades, ni por lucir, ni por amor al arte, sino por amor a Dios y a la Iglesia. Hay parroquias donde la gente cobra o está asegurada, pero yo no lo comparto ese modelo. Yo, que también estoy en en Consejo Pastoral, conozco bien las cuentas y gastos de mi parroquia y por eso lo hago, para ahorrar gastos para el dinero se emplee en cosas que hagan más falta. El servicio de un voluntario no puede condicionarse a recibir un dinero...

...Cuando Don Fernando se fue, yo ya pensaba dejarlo y seguir viniendo a misa como una más, pero uno de los sacerdotes que atendió la parroquia los meses que estuvo vacante que se llama Don Rafael, nos dijo: ''No podéis hacer espantada ahora; está a punto de llegar un párroco nuevo y ahora más que nunca es cuando os necesita para que le ayudéis a tomar contacto y a empezar su misión''. Así fue, si antes tenía pocas responsabilidades, el cura nuevo me las triplicó hasta el punto que en el bolso llevo un juego de llaves tan grande como el de San Pedro... (risas)

8. ¿Sólo has trabajado en la parroquia de Lugones?; ¿Qué hace una sacrisitana?


No. También colaboré muchos años en el Convento de Santa María Magdalena de las Religiosas Pasionistas de Fitoria. Ibamos mi marido y yo cada catorce de mes, y por el número de fieles llegué a ser ministra extraordinaria de la Eucaristía; es decir, que ayudaba al sacerdote a distribuir la Comunión. Yo hace años que no puedo ir por que el trabajo en la Parroquia ya no me lo permite, pero mi esposo sigue fiel a su cita cada mes con Santa Gema.

Ahora y desde que llegó D. Joaquín, la Parroquia ha sido y es mi principal tarea en cosas de sacristía: preparar las misas y todas las celebraciones, lo que se sube al Carbayu, lo que se lleva a las misas en las residencias geriátricas, bautizos, bodas, funerales... un poco de todo. Abro y cierro el templo con un horario fijo. Antes, las horas en las que estaba abierta la Iglesia me tocaba también vigilar por los continuos pequeños hurtos, ahora gracias a las cámaras que se ha instalado ya no tengo que estar tan encima. También doy catequesis y como ya dije formo parte del Consejo Pastoral. Antes de llegar el párroco actual no había un sacristán fijo, un día la misa la preparaba uno, otro día otro... era un poco sobre la marcha. Al año de llegar Don Joaquín, en un Consejo Pastoral del mes de Septiembre me nombró oficialmente sacristana al considerar que era más eficaz que hubiera una persona sola dedicada principalmente a esa misión, y a ello me dedico desde entonces. Paso el día aquí, y menos para dormir, esta es mi casa.

9.  ¿Hay antecedentes cofrades en tu familia?

No muchos, aunque siempre nos gustó. En los años ochenta cuando en Oviedo y Gijón no había Semana Santa, después de los Oficios de la Parroquia, nos escapabamos Juan y yo para participar en alguna procesión, por ejemplo a Candás. Lo disfrutaba mucho por el silencio, por la participación y por los cantos que todos conocíamos. También soy cofrade desde hace muchos años de la Cofradía del "Ecce Homo" de Noreña.

Siempre en la Parroquia

10. ¿Qué ha motivado principalmente tu progresiva implicación en la Parroquia?

Puedo decir orgullosa que colaboré con todos los párrocos que pasaron por aquí desde que yo estoy en Lugones y colaborando en la parroquia, y con todos estuve a las duras y a las maduras, pues nunca entendí que había que ser enemigo de uno para seguir siendo amigo de otro. Yo los he querido a todos y los quiero, y quien ha estado en mi casa sabe que tengo fotos de cada uno de ellos en un portaretrato, y participamos en muchas actividades juntos, pues aunque el tiempo pasa, todos han formado parte mi vida junto con la gente cotidiana de la Parroquia. Tanto he querido a los sacerdotes como a la Parroquia, que como dije antes, en definitiva es también mi casa y la de todos.

En San Miguel de la Barreda sólo tenía a mis difuntos y ahora ya ni eso, pues hace años que mis hermanos y yo decidimos traer los restos para Lugones pues veíamos que cada vez nos costaba más ir allí. Mis hermanos ya no conducían y al menos en Lugones teníamos el cementerio más a mano para ir con mayor frecuencia.

11. Como has dicho, trabajaste con varios sacerdotes, ¿Cómo es la relación entre ellos cuando los estilos son distintos?

Buenisima siempre; aunque alguna vez le dije a D. Joaquín que entre el bueno y tonto a veces hay un paso. Jamás ha permitido que en su presencia se hable mal de un compañero; es más, me ha tocado ver muchas veces cómo ha cortado e incluso expulsado del despacho a personas que le quisieron hablar mal de otros párrocos anteriores. Sólo hay que ver la hoja parroquial para ver cómo todos los meses aplica una o más misas por ellos, y eso es sólo cosa suya. Si un día no hay intenciones en la Parroquia o en el Carbayu, Don Joaquín aplica la Misa por Don Cecilio, por D. Pablo o Don Basilio o por otros sacerdotes que van quedando en el olvido. Nunca hasta ahora habíamos tenido ese recuerdo tan continuo y agradecido por los que estuvieron aquí y ya no están y también contribuyeron al bien de esta Parroquia.

La posición de un cura nunca es fácil porque nunca llueve a gusto de todos, y cuando hablamos de religión menos aún, y es lógico que cada cura sea distinto; supongo que por eso los cambian, para renovar estilios. Lo más triste es que algunos críticos que puede tener el párroco actual pasaron por la parroquia y parecían grandes colaboradores y muy católicos, pero cuando perdieron protagonismo o no se hicieron sus caprichos, desaparecieron. Como dije antes, hay que estar a las duras y a las maduras y mi fe y mi asistencia a misa no depende ni de un cura ni de otro, sino vaya papelón...

12. ¿Tiene Rosi pelos en la lengua?

Ya ves que nó. Lo que creo que tengo que decir lo digo. A menudo la gente me asalta por la calle para preguntarme por cualquier cosa que tenga que ver con la Parroquia; unas veces consultarme, otras decirme algo bueno y otras no tan bueno; aunque muchos saben que conmigo tienen la batalla perdida, pues si alguien puede hablar en este pueblo de la Parroquia por conocerla bien por dentro y por fuera soy yo. Así que el que quiera cuentos chinos que vaya a "Miau..."

Algunas veces los palos los llevamos los que estamos trabajando en la Parroquia, aunque los que casi siempre llevan los palos más injustos son los sacerdotes. Por poner un ejemplo, el año pasado las catequistas nos impusimos y dijimos que se acabó ser más tontos que buenos, que los sobres con  los donativos para enfrentar los gastos que generan las primeras comuniones tenían que venir identificados como hacen en otras parroquias. Don Joaquín de entrada se opuso totalmente, no lo veía y le parecía un poco descarado, pero nosotras insistimos y él cedió. Pasadas las comuniones una madre me coje por la calle y pone al cura verde por haber puesto el nombre a los sobres de la Primera Comunión; yo le respondo: no fue el cura, fuimos las catequistas, y claro, la mujer, amiga a más datos, ya no sabía dónde meterse. Como esas mil, de una u otra forma...


13. En la Parroquia se han hecho muchas cosas ¿se van hacer más?

Si Dios lo permite y el Párroco mantiene el ritmo supongo que sí; su espíritu infatigable nos animó a luchar por la Cofradía. Don Joaquín siempre ha tenido muchos planes para la Parroquia, unos para mejorar el templo y otros para mejorar la actividad parroquial. Hay mucho que hacer siempre porque la iglesia aunque la cuidamos y mimamos mucho tiene un deterioro importante por el paso del tiempo y siempre hay algo que arreglar. Eso es constante. Y en lo espiritual y pensando en la Cofradía harán falta nuevos pasos. Yo sé de unas cuantas cosas que están en el tintero, pero aunque están ahí, no me toca a mí revelarlo, ya se irán conociendo por los cauces adecuados.

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