El neopelagiano cree que no necesita ser salvado por Jesús, porque se salva él solo, con su esfuerzo, haciendo cosas buenas, o participando en organizaciones humanas muy eficaces. Es la herejía de una época de individualistas que se creen fuertes y buenos.
El neognóstico, por su parte, cree que no necesita ser transformado completamente por Jesús, porque le basta con saber algunas cosas intelectualmente o sentirlas emocionalmente para salvar "su alma": el neognóstico no entiende que Jesús salva no solo el alma, sino también el cuerpo, y no solo por decisiones intelectuales, sino por las relaciones completas con Dios y los demás.
El documento insiste en que quien salva es Jesús, y quien se salva lo hace uniéndose a Jesús, lo cual sucede a través de los sacramentos (palabra mencionada 8 veces en el texto).
Así, por ejemplo, explica: "Con la gracia de los siete sacramentos, los creyentes crecen y se regeneran continuamente, especialmente cuando el camino se vuelve más difícil y no faltan las caídas. Cuando, pecando, abandonan su amor a Cristo, pueden ser reintroducidos, a través del sacramento de la Penitencia".
PARA LEER EL DOCUMENTO PINCHA AQUÍ:"Placuit Deo".
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