(El Comercio) La última declaración de Rubén Rosón, concejal de Economía, quejándose de que ''no tenemos colaboración'' de la Iglesia a la hora de elaborar un catálogo de edificios no dedicados al culto que poder gravar con impuestos municipales, léase el IBI, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de la milenaria institución. «Nos extraña la acusación de falta de colaboración», replicaron ayer fuentes del arzobispado, cuando, a su juicio, es «impagable».
«La colaboración de la Iglesia con el Ayuntamiento de Oviedo ha sido siempre fluida y cordial en todos aquellos asuntos que afectan a la promoción social y cultural de los ciudadanos y de la misma ciudad. También ahora, con el tripartito», indicaron las mismas fuentes. Rehusaron afirmar una cuestión que salta a la vista: son la organización que más convenios firmados tiene con el Consistorio.
Pero desde el Palacio Episcopal sí repasaron «acuerdos firmados recientemente, con el área de Atención a las Personas e Igualdad, facilitando los locales para el Centro Social de Guillén Lafuerza; o con el área de Cultura, a través de los locales -situados en el edificio del Seminario- para instalar allí el albergue de peregrinos del Camino de Santiago». Asimismo, aseguraron que «la diócesis está presente en diversos proyectos de atención a inmigrantes, toxicómanos, integración social etc. que dirigen instituciones de la Iglesia». Todo ello, añadieron, «por no hablar de la impagable colaboración de la Iglesia en Oviedo en lo referente a la conservación del Patrimonio y la promoción cultural y turística de la ciudad: la Catedral, el Prerrománico, etcétera».
A esta relación que realiza el Arzobispado cabe añadir más instituciones y programas: la Cocina Económica; Calor y Café y el Albergue Cano Mata, para personas sin hogar, y el busque insignia, Cáritas.
El enfrentamiento entre la Archidiócesis y el Consistorio nace de una distinta interpretación sobre si los edificios que no estén destinados al culto están obligados a pagar los impuestos municipales, destacadamente el IBI. Rosón defiende que sí y el Arzobispado, con el respaldo de varios expertos y de la oposición municipal, lo contrario.
La única excepción posible, coinciden Iglesia y expertos, sería que la mitra ovetense tuviera instalaciones dedicadas explotaciones económicas, por ejemplo, «una fábrica de muebles». La Archidiócesis niega poseer negocio alguno que deba ser gravado: «Cumple con la ley».
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