Con este mismo título, como he descubierto a toro pasado, Francisco José Fernández de la Cigoña pronunció una conferencia en la localidad de Sentmenat (Barcelona) el 18 de mayo de 2003, en la que expuso un completísimo catálogo de santos nacidos o ejercientes en tierras catalanas desde la aparición del cristianismo en España hasta nuestros días. De él tomo muchos datos para componer este artículo, pero limitándome al siglo XIX, la época de mayor florecimiento religioso de Cataluña, en contraste con el tremendo laicismo, solo un siglo después, que sufre ahora. ¿A qué se debe cambio tan radical en tan breve periodo de tiempo? Es la conclusión a la que pretendo llegar, según mi leal saber y entender, en estas líneas.
Empecemos sucintamente por la nómina de santos decimonónicos. Abro la lista con San Antonio María Claret, nacido en Sallent (Barcelona), fundador de las congregaciones de Misioneros del Corazón de María y su rama femenina, con el tiempo arzobispo de La Habana y confesor de Isabel II, muy liberal en cuestiones de entrepierna, o la “de los tristes destinos”, como la llamó el diputado valenciano tradicionalista Aparisi Guijarro. El arzobispo Claret murió cerca de Narbona (Francia) en 1870, desterrado por el gobierno masónico de la época.
Contemporáneo del anterior fue el sacerdote y filósofo Jaime Balmes, nacido en Vich (Barcelona), autor, entre otros muchos escritos, de El Criterio, tratado del sentido común. Yo lo leí en mi juventud y me considero tributario de su pensamiento lúcido y racional. No ha sido elevado a los alteres pero tuvo gran influencia en el catolicismo español de toda una época.
La Beata Madre Rafols (María Rafols Bruna, nacida en Villafranca del Panedés, Barcelona, 1781; fallecida en Zaragoza, 1853), fundadora de las hermanas de la Caridad de Santa Ana. Durante la guerra de la Independencia tuvo una actuación muy meritoria asistiendo a enfermos, heridos de ambos bandos y pobres.
Santa Joaquina de Vedruna Vidal (Barcelona 1783-1854), de familia acaudalada y nobiliaria, se casó y tuvo una numerosa prole. Al enviudar se hizo religiosa y fundó la congregación de las Carmelitas de la Caridad, dedicadas a la educación de jóvenes sin recursos y a la atención de enfermos desvalidos.
El obispo de Vich, franciscano de ascendencia suiza, Raimundo Strauch y Vidal, nacido en Tarragona en 1760 y asesinado en 1823 por sicarios de las autoridades liberales (masónicas) en Vallirana cuando era trasladado a pie, en unión de otros presos, a Barcelona, para ser juzgado.
Santa Teresa Jornet e Ibars (Aitona, Lérida, 1811, Liria, Valencia,1897), fundadora de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados).
Beato Francisco Palau y Quer, pariente cercano de la anterior. Nació, como ella, en 1811, y en la misma población, Aitona; murió en 1872, después de una vida muy agitada. Fundó las carmelitas misioneras teresiana y las carmelitas teresianas.
Beato Manuel Domingo y Sol (Tortosa,Tarragona, 1836-1909). Preocupado siempre por la formación del clero, fundó la congregación de los Operarios Diocesanos, dedicados principalmente a la enseñanza en seminarios y el Colegio Español de Roma, famosa institución docente por la que han pasado numerosos sacerdotes ilustres, como don Antonio Montero, primer arzobispo contemporáneo de Mérida-Badajoz, los escritores José María Javierre, José Luis Martín Descalzo, José María Cabodevilla, etc.
San Enrique de Ossó y Cervelló, nació en Vinebre (Tarragona) en 1840, falleció en Gilet (Valencia) en 1896. Fundó la Compañía de Santa Teresa, congregación femenina dedicada a la enseñanza.
Santa María Rosa Molas y Valltvé, nacida en Reus (Tarragona) en 1815, falleció en 1876 en Torosa. Fundó la congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, dedicada también a la enseñanza.
Beata María Ana Mogas Fontcuberta, originaria de Hostal del Lledoner (Granollers, Barcelona) nació en 1827. Se trasladó a Madrid y en la capital de España fundó las Terciarias Franciscanas de la Divina Pastora, hoy Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, que se ocupan del cuidado de enfermos y educación de niñas pobres. Murió en Fuencarral, Madrid, en 1886.
Beato Francisco Coll Guitart, dominico. Nació en Gombrén (Gerona) en 1812, murió en 1875 en Vich (Barcelona). Fundó las Dominicas de la Anunciata, dedicadas también a la enseñanza.
San José Mañanet Vives (Tremp, Lérida, 1823; falleció en 1901). Fundador de los Hijos de la Sagrada Familia y las Hijas de la Sagrada Familia. Inspiró a su amigo el arquitecto Antonio Gaudí, ferviente católico y genio del modernismo arquitectónico, el grandioso templo de la Sagrada Familia de Barcelona.
Acaso otros más, porque se pierde uno en tan larga lista, hasta llegar a la guerra civil española, donde fueron asesinados en Cataluña cerca de 1500 sacerdotes del clero diocesano, más de 500 religiosos, 46 monjas solo en la diócesis de Barcelona, y cientos y cientos de seglares simplemente por el hecho ser católicos practicantes y miembros de asociaciones religiosas. La generalidad de los mártires de la fe lo fueron a manos de ancestros siquiera ideológicos de algunos de los políticos soberanistas actualmente en ejercicio.
De aquella eclosión de fe, ahora apenas quedan las migajas. ¿Qué ha ocurrido en Cataluña para semejante desertización religiosa? Pienso, por un lado, en el crecimiento paralelo de la masonería en esa región. La orden del mandil, enemiga declarada de la Iglesia católica desde el nacimiento de aquella en el siglo XVIII, no pierde ocasión de atacar a la fe. En segundo término al aumento en las últimas décadas del espíritu separatista. En la medida que este crece, baja la adhesión a la Iglesia. No sé si se trata de un fenómeno de causa y efecto, pero ciertamente está sucediendo así.
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