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sábado, 26 de agosto de 2017

Preguntas de vida. Por Fray José Antonio Segovia O.P.

Las preguntas y su repercusión en la vida y en la fe. El Evangelio de hoy nos sitúa ante la fe cristiana, “dejándonos interpelar” por Jesucristo, y recibiendo la “revelación de Dios”, como fuente de bienaventuranza. En la Biblia Dios pregunta a las personas; las personas preguntan a Dios; y el hombre se pregunta: ¿Quién soy yo? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Quién es Cristo para mí? 
Las preguntas son más necesarias aún que las respuestas. Las preguntas nos mueven, nos despiertan, pero sobre todo nos comprometen, porque crean una relación personal. Por eso, las preguntas de Dios y a Dios, nos ayudan a entrar en conversación con El y a dar a la escucha de su Palabra el valor de sentido para la vida. Como seres humanos, como creyentes, como pobres y buscadores, necesitamos preguntarnos y dejarnos preguntar, porque lo que ignoramos es siempre más que lo que sabemos.

 La formulación de preguntas es el mejor camino para el encuentro con la verdad... La pregunta del otro sobre mí, y mi relación con él, es necesaria para la madurez humana y espiritual. Así ocurre con la pregunta de Jesús hoy: “¿Quien dice la gente que es el Hijo del Hombre? Y vosotros ¿quien decís que soy yo?, centra hoy nuestra oración y nuestra reflexión, encontrando en la relación que supone esa pregunta, infinidad de respuestas a toda nuestra vida.

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