Ante el nombramiento de Canónigo

Buenas noches a todos los que soléis asomaros con cierta frecuencia a este blog de la Parroquia de San Félix de Lugones. No suelo contestar en los blogs, pero creo que en este caso se unen el deber y la necesidad. 

En primer lugar el deber, ya que tanto el párroco Joaquín, como los colaboradores y feligreses de Lugones, habéis estado apoyándome, siguiéndome y encomendándome en todos los pasos que he podido dar desde que estaba en el Seminario. Gracias a todos vosotros tengo el orgullo de poder celebrar cada día con el cáliz que me regalasteis en mi 1ª Misa, y no hay una fiesta que celebre en los pueblos encomendados de que no lleve la casulla que también me disteis aquel inolvidable día. Eso hace que siempre os tenga en mi mente y en mi corazón.

En segundo lugar, quiero contestar por necesidad, ya que hace unos días se hacía pública la noticia del nombramiento como Canónigo de Covadonga, una nueva encomienda que la Iglesia me pide dentro del Ministerio. En la prensa se daba a entender que cesaba en el cargo de Párroco de la UPAP Amieva-Ponga, cuando en realidad, además de seguir siendo el párroco de las 14 parroquias de Amieva y Ponga, estaré prestando mis servicios en el Santuario de Covadonga. Eso supone dejar de vivir y colaborar en Cangas de Onís.

También quiero aclarar que desde que la noticia se hizo pública, he recibido muchos whatshapp dándome la enhorabuena por dicho nombramiento, y al aclarar que seguiré siendo párroco de estas parroquias la respuesta siempre ha sido: "ostras, lo siento". La aclaración ha de ser que la enhorabuena es por seguir en estas parroquias, que serán pobres y escasas en recursos, pero sus feligreses me están enseñando a ser sacerdote y a mantener los pies en la tierra y el corazón unido al sagrario.

Asimismo, necesitaba hacer referencia a aquellas personas (compañeros y laicos), que me han llamado para "recordarme" que seré el hazme reír de la Diócesis, porque "no tengo edad; no he logrado méritos en mis 3 años de sacerdocio, ni tengo las capacidades suficientes para estar en Covadonga". Gracias a esos compañeros por recordarme todo esto que, por otro lado, ya sabía. La Iglesia hoy me pide este nuevo servicio; el día de mañana me pedirá otro; y con el tiempo, otro. El ser tan consciente de mis limitaciones y el dejar cada mañana, ante el sagrario, todos los proyectos que se me presenten, hace que me tome este nuevo servicio como una gran etapa de aprendizaje y de crecimiento espiritual y personal a través de la liturgia, de las horas de oración, confesionario y silencio, y el contacto con todas las Hermanas, Escolanía, empleados, compañeros y visitantes.

Ojalá que Cristo ayude a transformar los comentarios hirientes en oraciones, porque no hay tarea fácil cuando el objetivo es acercar almas a Dios (en este o en cualquier lugar), poniendo para ello todo el corazón, las capacidades (muchas o pocas) que tengamos, y el contar con la ayuda y la Gracia de Dios.

Quiero terminar agradeciendo al Párroco de Cangas, D. José Manuel Fueyo, por haber sido un gran compañero; por su sensibilidad y generosidad a la hora de ayudarme a transformar una rectoral vacía en un hogar; y gracias por haber sabido estar siempre ahí en mis complicaciones, imprevistos y problemas. Perdóname también por los errores que he podido cometer.

Gracias a los feligreses de Cangas, que me habéis aguantado fielmente en los rollos de la Formación de Adultos de los miércoles y en las homilías de las Misas de los fines de semana. Gracias por vuestra colaboración y trato familiar y cercano. Gracias de corazón.

Perdonarme por el rollo y gracias Joaquín por darme la oportunidad de poder contestar y aclarar, a través de este blog. Gracias de verdad a todos los que me demostráis tanto cariño y paciencia, y por favor, ayudarme con vuestra oración, para no dejarme llevar por las dudas, las inseguridades y miedos. Hasta pronto, familiares, amigos, feligreses y vecinos. 

Con cariño, Jano