(RV) Con la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio «Maiorem hac dilectionem», que empieza con las palabras de Jesús: «No hay amor más grande que dar la vida por los amigos» (Jn 15, 13) .
El Papa Francisco abrió el camino a la beatificación y canonización de los cristianos que, con la intención de seguir al Señor, impulsados por la caridad, han ofrecido heroicamente su propia vida por el prójimo, aceptando libre y voluntariamente una muerte cierta y prematura.
En el Artículo 1, el Santo Padre establece que el ofrecimiento de la vida es un nuevo camino, una nueva circunstancia en el proceso de beatificación y de canonización, distinta de las del martirio y la heroicidad de las virtudes.
Este cuarto camino establecido por el Papa Francisco enriquece y se suma a los tres previstos a lo largo de los siglos por la Iglesia católica, que prevén que se puede proceder a la beatificación de un Siervo de Dios afianzados en el camino del martirio; el camino de las virtudes heroicas y el equivalente que confirma el culto antiguo.
«Son dignos de especial consideración y honor aquellos cristianos que, siguiendo más de cerca las huellas y las enseñanzas del Señor Jesús, han ofrecido voluntaria y libremente su vida por los demás y han perseverado hasta la muerte en este propósito», leemos en el documento que Francisco firmado el 11 de julio, en el quinto año de su Pontificado.
«Es cierto que el heroico ofrecimiento de la vida, sugerido y sostenido por la caridad, expresa una verdadera, plena y ejemplar imitación de Cristo y, por lo tanto, es merecedor de aquella admiración que la comunidad de los fieles suele reservar a aquellos que voluntariamente han aceptado el martirio de sangre o han ejercido en grado heroico las virtudes cristianas», reitera el Papa al comenzar su Carta Apostólica.
E introduciendo las nuevas normas señala que las establece con el parecer favorable expresado por la Congregación para las Causas de los Santos, que en la Sesión Plenaria del 27 de septiembre de 2016, estudió atentamente si estos cristianos merecen la beatificación.
En el Artículo 1, el Santo Padre establece que el ofrecimiento de la vida es un nuevo camino, una nueva circunstancia en el proceso de beatificación y de canonización, distinta de las del martirio y la heroicidad de las virtudes.
Este cuarto camino establecido por el Papa Francisco enriquece y se suma a los tres previstos a lo largo de los siglos por la Iglesia católica, que prevén que se puede proceder a la beatificación de un Siervo de Dios afianzados en el camino del martirio; el camino de las virtudes heroicas y el equivalente que confirma el culto antiguo.
«Son dignos de especial consideración y honor aquellos cristianos que, siguiendo más de cerca las huellas y las enseñanzas del Señor Jesús, han ofrecido voluntaria y libremente su vida por los demás y han perseverado hasta la muerte en este propósito», leemos en el documento que Francisco firmado el 11 de julio, en el quinto año de su Pontificado.
«Es cierto que el heroico ofrecimiento de la vida, sugerido y sostenido por la caridad, expresa una verdadera, plena y ejemplar imitación de Cristo y, por lo tanto, es merecedor de aquella admiración que la comunidad de los fieles suele reservar a aquellos que voluntariamente han aceptado el martirio de sangre o han ejercido en grado heroico las virtudes cristianas», reitera el Papa al comenzar su Carta Apostólica.
E introduciendo las nuevas normas señala que las establece con el parecer favorable expresado por la Congregación para las Causas de los Santos, que en la Sesión Plenaria del 27 de septiembre de 2016, estudió atentamente si estos cristianos merecen la beatificación.
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