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miércoles, 26 de abril de 2017

El Evangelio se debe anunciar con humildad, «no es un carnaval ni una fiesta»

(Rel.) El Papa Francisco ha conmemorado la festividad del evangelista San Marcos presidiendo la misa en la Casa Santa Marta, en cuya homilía ha hablado de anunciar el Evangelio con humildad venciendo la tentación de la soberbia.

En la Eucaristía, en la que estaban presentes los cardenales del C-9 que están reunidos en Roma, Francisco insistió en que los cristianos tienen que “salir para anunciar” el Evangelio. De este modo, explicó que un predicador tiene que estar siempre en camino sin buscar “un seguro de vida”.

El Evangelio se proclama "siempre en camino"
Tal y como recoge Zenit, el Papa precisó que “el Evangelio se proclama siempre en camino, nunca sentados”. “Es necesario salir donde Jesús es desconocido, donde es perseguido, o donde es desfigurado, para proclamar el verdadero Evangelio”, aseguró.

De este modo, el Pontífice invitó a “salir para anunciar” ya sea en “camino físico que espiritual, o en un camino de sufrimientos como lo hacen “tantos enfermos que ofrecen su dolor por la Iglesia, por los cristianos, pero siempre salen de sí mismos”.

¿Cuál debe ser el estilo de este anuncio?, se preguntó el Papa, que dijo que “San Pedro que justamente ha sido el maestro de Marcos es muy claro al describir este estilo”, o sea que “el Evangelio es anunciado con humildad, porque el Hijo de Dios se humilló y se rebajó. El estilo de Dios es este” y “no hay otro”. Porque “el anuncio del Evangelio no es un carnaval, una fiesta”.

"Dios se resiste a los soberbios"
“El Evangelio -indicó el Papa- no puede ser anunciado con el poder humano, no puede ser anunciado con el espíritu de trepar y subir”. Porque “Dios se resiste a los soberbios y da gracia a los humildes”.

En este sentido, el Santo Padre advirtió de una tentación al anunciar el Evangelio: “la tentación del poder, de la soberbia, de la mundanidad, de tantas mundanidades que existen y que llevan a predicar o a fingir”. Y reiteró que no es predicar el difundir “un Evangelio aguado, sin fuerza, sin Cristo crucificado y resucitado”.

Si un cristiano asegura que anuncia el Evangelio, pero que ‘nunca es tentado’, significa que “el diablo no se preocupa” porque “estamos predicando un evangelio que no sirve”, agregó Francisco.

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