Como se recordará, poco más de un mes después de haber presentado las cinco «dubia» (sobre la interpretación de «Amores laetitia», a propósito de los sacramentos para los divorciados que se han vuelto a casar, presentadas según la modalidad técnica de una petición de aclaraciones a la Congregación para la Doctrina de la Fe) los cuatro cardenales firmantes, Walter Brandmuller, Raymond Leo Burke, Carlo Caffarra e Joachim Meisner, decidieron hacerlas públicas en los medios de comunicación. La publicación llegó pocos días antes del Consistorio de octubre de 2016. En las siguientes semanas, el cardenal Burke habló en varias ocasiones de una posible y cercana «corrección formal» del Papa, en caso de que no llegara ninguna respuesta. En una entrevista con Vatican Insider, el cardenal Brandmüller precisó que esta corrección se habría llevado a cabo en primera estancia en «camera caritatis» y, por lo tanto, que no sería publicada.
Ahora, el Prefecto de la Doctrina de la Fe parece alejar la hipótesis de la «corrección». Cada quien, dijo Müller al Tgcom24, «sobre todo los cardenales de la Iglesia Romana, tienen derecho de escribir una carta al Papa. Sin embargo me sorprendí porque esta fue hecha pública, casi obligando al Papa a decir “Sí” o “No”. Esto no me gusta. Incluso una posible corrección fraterna del Papa», añadió, «me parece muy lejana, no es posible en este momento, porque no se trata de un peligro para la fe, como Santo Tomás dijo».
El Prefecto del ex-Santo Oficio continuó: «Estamos muy lejos de una corrección y digo que es un daño para la Iglesia discutir sobre estas cosas públicamente. “Amoris laetitia” es muy clara en su doctrina y podemos interpretar toda la doctrina de Jesús sobre el matrimonio, toda la doctrina de la Iglesia en 2000 años de historia». Papa Francisco, concluyó el cardenal, «pide discernir la situación de estas personas que viven en una unión no regular, es decir no según la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, y pide ayudar a estas personas a encontrar un camino para una nueva integración en la Iglesia según las condiciones de los sacramentos, del mensaje cristiano del matrimonio. Pero yo no veo ninguna contraposición: por una parte tenemos la doctrina clara sobre el matrimonio, por otra, la obligación de la Iglesia de preocuparse por estas personas en dificultades».
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