Origen de la devoción y declaración de patronazgo
Conforme a la información que se dispone, la devoción de los guardias civiles a la Virgen en su advocación del Pilar, procede de aquella transmitida desde niños a los alumnos del Colegio de Huérfanos de Valdemoro.
En septiembre de 1864, fue destinado al Colegio de Valdemoro su primer Capellán Castrense, de nombre D. Miguel Moreno Moreno. Este sacerdote organizó la capilla del Centro, donde fue instalada una imagen de la Virgen del Pilar e introdujo a los jóvenes alumnos en la devoción y amor a la Virgen. Por disposición recogida en el Boletín Oficial del Cuerpo de 24 de septiembre de 1864, se nombró patrona del Colegio de Guardias Jóvenes a la Virgen del Pilar.
Con el tiempo, los guardias procedentes del Colegio fueron extendiendo la devoción a la Pilarica por toda la geografía nacional. Esta circunstancia fue determinante para que el 7 de enero de 1913, el Director General del Cuerpo (General Aznar) solicitara de S.M. la proclamación de la Virgen del Pilar como Patrona de la Guardia Civil. La orden sería firmada por D. Alfonso XIII con fecha 8 de febrero, publicándose en los correspondientes diarios oficiales, como el que se reproduce a continuación:
Esta aprobación de la Real Orden de 8 de febrero de 1913 provocó la publicación de una Orden General del Cuerpo tan sólo diez días después, en la que el Director General establecía los principios generales de lo que habría de ser la festividad para los guardias civiles:
" Una fiesta del compañerismo, en la que los componentes de cada acuartelamiento se reúnen para rezar por sus compañeros caídos en acto de servicio y por el duque de Ahumada, organizador y primer Inspector General del Arma. "
Por último exalta a los guardias civiles a finalizar la fiesta con un reconocimiento a la Patria y a S.M.
Cerca de la festividad del Pilar, el General Serrallo –Director General del Cuerpo- estableció la forma de celebrar la Patrona, principalmente mediante la celebración de la Santa Misa por los guardias civiles fallecidos.
Es de destacar que esa primera celebración fue realizada con la austeridad y gravedad que correspondía al momento que España atravesaba, debido a las campañas en Marruecos, la Orden General de 3 de octubre de 1913 lo expresaba de la siguiente manera:
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