En la siguiente oración, debemos reconocer que la habilidad de sanar de los Santos Cosme y Damián no viene de sus propios méritos, sino que todo esto proviene del amor a Jesucristo. Otra cosa que no debemos olvidar, es que debemos ser conscientes que mientras le pedimos sanación física de nuestros males o el de una persona amada, la mayor necesidad de sanación debe ser la espiritual, así que debemos buscar, ante todo, la intercesión de estos médicos del alma, que nos consigan la gracia de renovar nuestra fe y nuestro amor a Dios.
¡Señor Dios! al recordar el martirio triunfal de tus santos mártires Cosme y Damián, tu Iglesia te glorifica y te da gracias, porque en tu admirable Providencia, a ellos les has dado el premio merecido de la Gloria Eterna, por lo cual te pedimos, Padre Bueno, atendiendo a la valiosa intercesión de los Santos Médicos nos concedas el remedio a esta necesidades. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
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