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viernes, 31 de julio de 2015

España real, aún católica. Por el Cardenal Cañizares


En el artículo de esta semana no voy a ocuparme de ningún tema en particular. Tampoco voy a detenerme ahora a ningún análisis de situación, ni voy hacer ningún diagnóstico de lo que pasa. Tampoco quiero entrar en hechos susceptibles de legítimas y plurales interpretaciones, como, por ejemplo, los últimos comicios, avatares políticos, o las soluciones técnicas que corresponda aplicar para el bien común. Sólo quiero expresar desde donde hablo cuando escribo en los artículos que a lo largo de años vienen apareciendo en LA RAZON.

Puedo asegurar que no hablo en el vacío o en la abstracción, ni vivo de espaldas a la realidad; hablo desde España, inseparable de Europa. Tengo muy presente el momento que vivimos y la situación que atravesamos y lo miro desde la fe, con esperanza, mirada que no es separable en modo alguno de la mirada de la razón. No miro tampoco a España como una realidad aislada ni aislable, como una isla. Debido a la globalización y a otros fenómenos culturales y sociales en gran parte, vivimos y participamos de lo mismo que está afectando a otros lugares; eso sí, con peculiaridades muy propias; vivimos, por ejemplo, la misma crisis con connotaciones e incidencias muy nuestras que no se dan en otras partes y están en la mente de todos. No puedo olvidar, por lo demás, que, cuando hablamos de la España de hoy, nos referimos a la España con sus peculiaridades, la España real marcada, aunque algunos no lo compartan, por la fe católica, «con todas las imperfecciones y fallos que se quieran, pero con una capacidad de encarnación en los individuos y en las familias, y un despliegue social tan variado y tan rico, que ha constituido la empresa cultural y «política» de España a lo largo de los siglos con más fuerza creadora a través de su historia» (Marcelo González Martín, ¿Qué queda de la España católica?).

Ésa es la España a la que, a pesar de la fuerte secularización imperante, no se le puede negar su todavía persistente «idiosincrasia» católica, de la que, es justo reconocer, que aún queda mucho; en efecto «queda la realidad de una fe compartida por una gran parte del pueblo con más o menos imperfecciones; quedan una creencia y una piedad, como externas manifestaciones de esa fe, en el ámbito individual y familiar, a veces deterioradas, pero efi caces aún; queda una impregnación cultural católica, difusa en el ambiente, cuyos testimonios artísticos, literarios, políticos, religiosos, obligan a pensar en el pasado con respeto y a veces con instintiva adhesión; queda un sentido moral que se manifi esta en la práctica de muchos y en la repugnancia –todavía los más– a aceptar el amoralismo de tantos y tantos, cada vez más extendido; queda una Iglesia institucional – (digo, una Iglesia viva y fi rme, en medio de los vientos adversos que la azotan desde dentro y desde fuera), una Iglesia que aún ejerce infl uencia en la conciencia y el comportamiento de muchos. Más brevemente, de la España católica tal como la hemos entendido, en el pensamiento queda mucho; en los sentimientos aún más; en las costumbres menos» (Marcelo González Martín).

Ciertamente, menos en las costumbres y en ciertos sectores y edades de nuestra sociedad, menos en el ámbito social y cultural, en el ambiente que respiramos como clima impregnado de un fuerte y agresivo secularismo, y de una nueva y agresiva laicidad que ha nacido entre nosotros artifi cialmente, con unas notas o con unas características propias en las qué no es necesario insistir. Es esa España a la que se refirió el Papa Benedicto XVI en tantas ocasiones, por ejemplo en aquel viaje suyo a nuestra Patria, –a Santiago de Compostela y a Barcelona–, bien cuando hablaba a los periodistas, bien cuando se dirigía a los fieles en la Catedral de Santiago o en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. Y siempre escribo como ciudadano español, que ama de verdad y corazón a su Patria, y le «duele» lo que en ella a veces sucede. Pero, sobre todo, como obispo y pastor de la Iglesia, que lo que más le preocupa es que la gente crea, es decir, la fe y las costumbres de nuestro pueblo, que tiene unas raíces cristianas que no puede perder para ser él mismo. Hablo como obispo que se ve urgido por encima de todo por el amor a Cristo y, consecuentemente, por el amor a los hombres. Dos son mis amores, mis pasiones: Dios y el hombre. Los dos amores aunados en una Persona, Jesús Hijo de Dios vivo, y el hombre; y esa unidad me la ha dado la Iglesia, pues, en ella confluyen Cristo y el hombre. Siempre escribo con entera sinceridad y libertad, sin imposiciones de ningún tipo, con mano tendida al diálogo siempre abierto, ofreciendo mis convicciones, respetando la de los otros y reclamando el respeto para las mías. Esto viene bien decirlo tras la fiesta de nuestro Patrón Santiago.

jueves, 30 de julio de 2015

Nota de prensa del Arzobispado de Oviedo




Oviedo, 30 de julio de 2015 


El Arzobispado de Oviedo ha tenido noticia de que con fecha 28- 7-2015 la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias acordó denegar las medidas cautelares, al entender que la suspensión de dichas medidas supondría la paralización de la matrícula ya iniciada en los respectivos centros educativos y la necesidad de reajustar los horarios lectivos de todos los profesores y alumnos. Sin embargo, la denegación de las medidas cautelares no prejuzga el fondo del asunto, que sigue adelante, y que en su día será resuelto por la Sala.

Intenciones de Misa para el mes de Agosto

Día
Hora
Celebración
Intenciones
1
18:00
Sabatina
Manuel Bravo Braña , Praxedes Braña e hijo
2
12:00
Domingo XVIII
Familia Martínez-Manso/ A las Animas del Purgatorio
4
18:00
San Juan Vianney
Libre
6
18:00
Transfiguración
Tomás Garcia Fernández
8
18:00
Sabatina
Aniversario de Carmen Martínez Rey, Margarita Martínez y Washington y Becerra
9
12:00
Domingo XIX
Libre
11
18:00
Sta. Clara
Libre
13
18:00
Feria
María Salomé García
15
12:00
Asunción
Libre
16
12:00
Domingo XX
Libre
18
18:00
Feria
Libre
20
18:00
San Bernardo
Libre
22
18:00
Virgen Reina
Víctor Rodríguez Fernández
23
12:00
Domingo XXI
Libre
25
18:00
S. José de Calasanz
Libre
27
18:00
Santa Mónica
Vicente Castro Álvarez (en su 4º Aniversario)
29
18:00
Sabatina
Libre
30
12:00
Visitación
Por los sacerdotes difuntos de la Parroquia
31
18.00
Funeral
Por los difuntos de la Sociedad de Festejos y todos los fieles

En el Carbayu     

1
20:00
 Día 3º de Triduo
Por los difuntos de la Cofradía
2
13:00
Buen Suceso
Por los vecinos del Carbayu difuntos
8
20:00
Sabatina
Libre
22
20:00
Sabatina
José Antonio Garcia y familia
29
20:00
Sabatina
Adolfo Bobes Arbesú (4º Aniversario) y Ramiro Rodríguez

Carta semanal del Sr. Arzobispo


Descansar. La lección del barbecho

Las deseadas (y merecidas) vacaciones eran antes un lujo que sólo las personas pudientes se podían permitir. Pero tomar unos días de descanso es una necesidad para todos que luego redunda para bien en tantas cosas cotidianas. Obviamente, siempre que entendamos la holganza que nos permite descansar verdaderamente, que no es sólo dejar de trabajar unos días… cuando se tiene la suerte y la gracia de tener trabajo. Al fin y al cabo, Dios mismo descansó tras su obra creadora como nos relata el Génesis.

¿A qué cansancio responde el descanso de Dios? En primer lugar no un cansancio que produce tristeza y hastío, o desgaste que abruma y destruye lo más noble y sagrado. Es el cansancio de quien da la vida, de quien se emplea a fondo, de quien no mide cicateramente su entrega y su compromiso poniendo precio al darse de veras. Tras ese cansancio, lo que se pide es pararse para contemplar, para gozar agradecidamente de cuanto con Dios y ayuda hemos hecho y hemos dicho. Es un descanso sereno, lleno de gratitud, que quiere mejorar lo realizado recobrando fuerzas para volverse a dar por entero. En este sentido, hay que subrayar que una persona humana, un cristiano, no pone el cartel de “cerrado por vacaciones” en su vida, ni siquiera al llegar este tiempo propicio. En todo caso puede ensayar el colocar ese otro de “abierto en otro sitio”. Indicamos algunas sugerencias que acaso faciliten este tipo de descanso cristiano:

Familia y amistad. La prisa, tan frecuente en nuestra sociedad, puede dificultar unas relaciones cálidas y de calidad entre nosotros. Es un aspecto hermoso a incluir en nuestro programa veraniego: cuidar las relaciones con los más nuestros, que no por el hecho de ser cercanos siempre les damos la atención debida. Compartir unos días con nuestra gente, con la familia y los amigos, en los que descubriremos perfiles nuevos que no hemos logrado hallar en el roce diario ante el vértigo que nos hace superficiales.

Excursiones y vida cultural.Realizar salidas en las que gozar del espectáculo de la naturaleza, la obra buena del Buen Dios, en la que encontraremos el reflejo de su belleza, su armonía y su paz. Igualmente visitar lugares en los que la mano artista del hombre ha sabido plasmar su creatividad y su fe, percibiendo el mensaje elocuente que las piedras, los lienzos y la música nos traen, sacándonos de la frivolidad banal que nos imponen las telebasuras. El arte es la expresión de la grandeza de corazón y también un camino que a ella nos acerca.

Acompañados por el Señor. Dios no se queda en nuestro lugar de origen: viene con nosotros. Dedicarnos un poco más a Quien no deja de dedicársenos un solo instante a nosotros. Nos ayudará en este sentido la lectura de un buen libro de temática religiosa, un rato de oración más distendida, incluso retirarnos algunos días para hacer ejercicios espirituales, o realizar algún encuentro que nos ayude a ahondar la vida cristiana.

Decía aquel sabio labriego, que el barbecho es un momento tremendamente activo dentro de su aparente inactividad. Cuando de nuevo caiga en su tierra la semilla de la vida, la encontrará descansada no sólo para seguir dando el fruto esperado, sino más fruto. Sería apasionante que al regresar de las vacaciones, no lo hagamos con morriña ni cansera, sino con un cuerpo y un corazón preparados para acoger la simiente que en el próximo curso nos deparará como siempre el Sembrador de Buenas Noticias. Descansar no es fugarse sino tomar respiro y aliento para una nueva entrega. Felices vacaciones. Buen descanso.


+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

miércoles, 29 de julio de 2015

Fiesta de San Felix, Patrono de la Parroquia



DÍA 31 DE JULIO 

A LAS 12:00 MISA SOLEMNE

SEGUIDAS DE LA PROCESIÓN CON LA IMAGEN DEL SANTO POR LAS CALLES DE LUGONES

Rouco Varela invoca la Constitución como garante de la enseñanza de la Religión


La Granda (Gozón), Francisco L. JIMÉNEZ

 El cardenal, arzobispo emérito de Madrid y expresidente de la Conferencia Episcopal Española Antonio María Rouco Varela invocó el artículo 27 de la Constitución Española -el que regula cómo debe ser el acceso a la educación- como garante del derecho que tienen los padres asturianos a que sus hijos reciben enseñanza religiosa en su periplo escolar, reafirmando así su opinión contraria a todo tipo de recortes que afecten a la asignatura de Religión, como los que según interpreta el Arzobispado de Oviedo pretende llevar a cabo la Administración educativa asturiana y que han acabado en los tribunales.

Rouco Varela, ponente invitado a pronunciar la conferencia inaugural de la presente edición de los cursos de verano de La Granda, rehusó responder a las preguntas de los periodistas sobre cualquier tema que no fuese el Concilio Vaticano II, eje de su intervención en el foro académico, pero al final de la mañana aceptó dejar constancia para LA NUEVA ESPAÑA de su opinión sobre la controversia educativa que enturbió recientemente las relaciones entre el Ejecutivo saliente y el Arzobispado de Oviedo. "El derecho a impartir la asignatura de Religión está reconocido por la Constitución, consagrado por la libertad de enseñanza y regulado en los acuerdos entre la Iglesia y el Estado", declaró el purpurado, quien también añadió razones jurídicas de peso a su argumentario: "Existen dos sentencias del Supremo que dejan no ya claro, sino clarísimo, el asunto de la Religión en los centros educativos. Y esas sentencias dicen que la libertad de los padres para que sus hijos reciban enseñanza católica no puede ser recortada", zanjó el cardenal.

En su referencia a la Carta Magna, el expresidente de la Conferencia Episcopal Española se remite al artículo 27, y más en concreto al apartado 3 del mismo, que literalmente dice: "Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones". En ocasiones anteriores que se pronunció sobre el mismo asunto, y a la vista de ese articulado constitucional, Rouco Varela había llegado a advertir a los gobiernos de turno que intentan restringir o minorar el peso de la Religión en la escuela de que sus intenciones habrían de requerir "un cambio de la Constitución".

En cuanto a las sentencias a las que ayer hizo mención Rouco Varela, son de hace tres años y vinieron a reforzar la tesis de la Iglesia en su pulso con los gobiernos autonómicos del País Vasco y Extremadura anulando, respectivamente, un decreto y una ordenanza de esos gobiernos autonómicos que, según el fallo del alto tribunal, afectaban -o podían llegar a afectar- negativamente a la libre elección de asignaturas por parte de los padres y los alumnos.

La defensa de la asignatura de Religión en la escuela es uno de los caballos de batalla del arzobispo emérito madrileño, que entre los varios cargos que aún ocupa en la jerarquía de la Iglesia es miembro de la Congregación para la Educación Católica de la curia romana, un puesto en el que le confirmó el Papa Francisco en noviembre de 2013.

martes, 28 de julio de 2015

Giménez Valls nuevo Obispo de Lérida


(CEE) Mons. Giménez Valls nació el 31 de mayo de 1948 en Muro de Alcoy, provincia de Alicante y archidiócesis de Valencia. En 1960 ingresó en el Seminario Metropolitano de Valencia para cursar los estudios eclesiásticos. Es Bachiller en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca. Es licenciado en Filosofía y Letras, con especialización en Historia, por la Universidad de Valencia.

Fue ordenado sacerdote el 9 de junio de 1973 en Valencia, diócesis en la que desempeñó distintos cargos: párroco de Santiago Apóstol de Alborache (1973-1977); director del Colegio "Claret" en Xátiva (1977-1980); Rector del Seminario Menor, en Moncada, (1980-1982); Delegado Diocesano de Enseñanza (1982-1986); Jefe de Estudios de la Escuela Universitaria de Magisterio "Edetania" (1982-1989); párroco de San Mauro y San Francisco (1990-1996) y Arcipreste del Arciprestazgo de Virgen de los Lirios y San Jorge (1993 y 1996), en Alcoy (Alicante); y Vicario Episcopal de la Vicaría II Valencia Centro y Suroeste (1996-2005). Fue miembro del Colegio de Consultores entre 1994 y 2001. Además, fue director de la Sección de Enseñanza Religiosa, dentro del Secretariado de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis de la CEE de 1987 a 1989.

El 11 de mayo de 2005 se hacía público su nombramiento como obispo auxiliar de Valencia. Recibió la ordenación episcopal el 2 de julio del mismo año. Fue administrador diocesano de Menorca del 21 de septiembre de 2008 hasta el 21 de mayo de 2009, fecha en la que fue nombrado obispo de esta sede. Tomó posesión el 11 de julio del mismo año.

En la Conferencia Episcopal Española ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis (2005-2014) y actualmente, y desde 2014, es miembro de la Comisión Episcopal de la Medios de Comunicación Social.
Mons. Piris

Mons. Joan Piris Frígola nació el 28 de septiembre de 1939 en Cullera (Valencia). Fueordenado sacerdote en Moncada el 21 de octubre de 1963. Desde 1964 a 1968 realizó los estudios de Licenciatura en Pedagogía en Roma y la Diplomatura en Catequética en el Pontificio Ateneo Salesiano de Roma. En 1971 obtuvo la Licenciatura en Pedagogía por la Universidad Civil de Valencia.

El 1 de marzo de 2001 fue nombrado obispo de Menorca y recibió la ordenación episcopal el 28 de abril de ese mismo año. El 16 de julio de 2008 fue nombrado obispo de Lérida y tomó posesión de la diócesis el 21 de septiembre de 2008.

En la Conferencia Episcopal Española ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral (2001-2005) y desde 2005 es miembro de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, de la que fue Presidente de 2009 a 2014.

Celebramos hoy a San Melchor de Quirós, el único Santo asturiano


En una pequeña aldea, Cortes, del concejo asturiano de Quirós, el año 1821, nace San Melchor de Quirós. Un tío suyo sacerdote que regenta una parroquia cercana le instruye en las primeras letras. A os catorce años se desplaza a Oviedo. Estudia en la Universidad de esa ciudad Filosofía y Teología con vistas a ser sacerdote en aquella diócesis. Cuando estaba en los últimos años de teología decide incorporarse a la Orden Predicadores. Esto le obligó al terminar sus estudios e incluso tras ser durante algún tiempo profesor en la Universidad a desplazarse al único convento de dominicos que las leyes desamortizadoras habían tolerado e España, el de Ocaña.

Toma el hábito y empieza el noviciado en agosto de 1845. Un año después se compromete definitivamente con la Orden. El 29 de mayo de 1847 sería ordenado sacerdote. Sólo nueve meses después sería destinado a Manila. Embarcará un siete de marzo de 1848. Con él otros cuatro dominicos navegaron durante cinco meses y medio. El día de Santiago desembarcaron en la capital de las islas Filipinas.

Se le propone ser profesor en la reconocida universidad de Santo Tomás de Manila que los dominicos habían fundado y era, y es, el centro católico de más prestigio del Oriente. Manifiesta, sin embargo, su deseo de siempre de ser misionero y los superiores respetan esa decisión.

Las misiones a las que quería ser enviado eran las de Tung-King, como entonces se llamaba el Vietnam de ahora. Si por algo se significaban esas misiones era por el hecho de que el misionero se jugaba la vida, a causa de las oleadas de persecuciones que de vez en cuando desataban las autoridades políticas.

Llegado a Tung-King tuvo que enfrentarse antes de nada con el aprendizaje de la lengua anamita. No debió tardar mucho en hacerse más o menos con ella, porque a los pocos meses estaba ya ejerciendo el ministerio pastoral, es decir: oyendo confesiones, predicando. Pronto se le nombró Vicario General del Vicariato oriental.

La situación de persecución se agudizó y generalizo. Lo que hizo que la Iglesia quisiera que, junto al obispo titular, se consagrara también uno coadjutor. Así en el caso del martirio del obispo, la iglesia no quedaría nunca sin pastor. Mons. José María Díaz Sanjurjo fue delegado de la santa Sede para elegir y consagrar un obispo coadjutor. Y eligió al que todos esperaban que lo fuera, Fray Melchor García Sampedro.

San Melchor de Quirós comenzó su actividad como obispo a los 34 años. Difícil fue su ministerio. Mons. Melchor, ahora un personaje, por su condición de obispo y por la admiración de sus fieles, encontraba realmente difícil no ser reconocido por los perseguidores. Sin embargo su ministerio le obligaba a desplazarse de comunidad cristiana en comunidad cristiana. El martirio estuvo siempre en sus deseos más profundos. De momento le tocó presenciar cómo fieles cristianos, sacerdotes, catequistas iban siendo martirizados. Él pudo contar el encarcelamiento, los sufrimientos y el martirio del obispo titular, hoy San José María Díaz Sanjurjo. Tuvo lugar e 20 de julio de 1957.

Fue un tiempo, lo relata el mismo San Melchor de Quirós de desplazamientos camuflado, vestido como un hijo de aquella tierra, a pie descalzo, o en pequeñas barcas...; de catequesis durante las noches, de misa antes de amanecer. Todo ello viendo cómo la persecución se iba llevando a catequistas, sacerdotes fieles...Se sentía casi con mala conciencia por ver que el martirio no le llegaba a él, que tenía como misión alentar esa fe que a otros les había supuesto ser asesinados.

Se le busca ansiosamente para acabar con su vida. Tuvo que realizar un duro discernimiento, ofrecerse él a quienes lo buscaban o seguir ocultándose. El mismo refiere lo que llama el "purgatorio" de no saber qué hacer. Pero, sin necesidad de salir al encuentro de quienes le buscaban el 13 de mayo escribe a la autoridad de la Orden en España, despidiéndose con estas palabras "Si ésta es la última, hasta el cielo. Adiós”.

De acuerdo con la estrategia que, como hemos dicho se seguía, tuvo que proceder a elegir entre los sacerdotes uno que la Santa Sede nombrara obispo coadjutor. Eligió a Fray Valentín de Berriochoa, vasco de Elorrio. Un mes después San Melchor fue hecho prisionero. Se le acusaba de haber entrado en aquel país sin permiso y de ser el jefe de quienes atentaban contra el emperador Tu-Duc. Siendo cierta la primera razón, fray Melchor manifestó siempre un cuidado interés en quedar fuera de las decisiones puramente políticas y en respetar la autoridad política. En las numerosas cartas que se conservan nunca se encuentra alusión, y menos crítica, a asuntos puramente políticos.

Fue su sucesor Mons. Valentín, así como otros sacerdotes, quienes han contado con todo detalle su arresto, su traslado a la capital de la provincia y su terrible martirio. Pocos martirios podemos ver en actas de mártires que hayan alcanzado la crueldad del infligido a san Melchor. Extremidades descoyuntadas para atarlas a estacas que estaban a mayor distancia de lo que permitían sus brazos y piernas, para luego ser cortadas sus extremidades con un hacha sin filo. Los testigos relatan incluso el número de golpes que fue necesario dar a sus rodillas, a sus brazos para cortarlos. Le abrieron el vientre y finalmente le cortaron la cabeza. Era el 28 de julio de 1858. Tenía el santo 37 años

Será su sucesor, San Valentín de Berriochoa, comentará cómo se cumplió en aquellas tierras una vez más que la sangre de mártires es semilla de cristiana. "Por muchos años que hubiera vivido el santo obispo fray Melchor desarrollando su conocido celo apostólico difícilmente hubiera convertido al cristianismo más que los que convirtió con su martirio", dice el santo.

Cuando llegó a Asturias la noticia del martirio de san Melchor aún vivían sus padres. Sus restos llegarían años después. Hoy se veneran en la catedral de Oviedo.

Pío XII le beatificó junto a su predecesor, José María Díaz Sanjurjo el 29 de abril de 1951. El 19 de junio de 1988 fue canonizado por Juan Pablo II, junto con otros ciento dieciséis mártires de la Iglesia Vietnamita. El mismo papa los proclamó patronos de esa iglesia.

lunes, 27 de julio de 2015

Oración al Patrono de nuestra Parroquia

Oración a San Félix Mártir 

Glorioso y Bendito San Félix, Apóstol de Gerona: Postrado ante vos imploro vuestra intercesión ante el trono del Altísimo por todos y cada uno de los hijos de nuestra Parroquia de Lugones .

Por los más pequeños, para que descubran a Jesús como tú lo descubriste en el seno de sus hogares, y por los jóvenes, que encuentren el sentido a sus vidas desde la fe; que afronten el mañana con ánimo y sean los constructores de un mundo mejor.

Te ruego por los novios y los matrimonios, que cimenten su amor desde la sinceridad y el respeto. Que su amor sea una llama que vaya creciendo en luz y calor.

Por las familias que pasan por momentos de dificultad por problemas económicos; por las que tienen enfermo alguno de sus miembros; por las que están separadas por la distancia del trabajo, que permanezcan firmes ante toda adversidad hasta que aparezca la luz después de la tiniebla.

Te pido también, a tí, que partiste desde África hasta nuestro suelo hispano, por los emigrantes que llegan a nuestra Tierra y por los nuestros que tienen que marchar, que todos encuentren motivos de esperanza y futuro, que se sientan arropados y acogidos frente al desgarro de tener que dejar a los suyos a tanta distancia.

Prisionero en la ciudad de los cuatro ríos, supiste lo que era vivir la angustia sin compañía. Cuida de tantos que viven en soledad, de los que nadie se acuerda hasta que ya es demasiado tarde.

Cuida de los ancianos, nuestros pequeños evangelios vivientes; aquellos a los que todo les debemos. Que nunca sean relegados del importante lugar que les corresponde en nuestra sociedad.

Mira por todos los enfermos de la Parroquia que sufren en sus cuerpos como sufrió el tuyo, cuya carne fue destrozada con peines de hierro. Aboga por su salud de cuerpo y por nuestra salud del alma. Que llegada la hora de nuestra muerte nos recibas con los coros angélicos a la entrada de la nueva Jerusalén.

También te pedimos por todos los difuntos, los que ya gozan del resplandor celestial, y de forma aún más especial, por los que aún esperan purificándose en el purgatorio, intercede por ellos y que nuestra oración ayude a abreviar dicha espera.

Querido y buen Patrono, custodia nuestra Comunidad Parroquial, sostenla en sus necesidades y problemas, y llévanos a Cristo, nuestro puerto, alentándonos a una Nueva Evangelización. Danos la valentía que necesitamos para anunciar el Evangelio como tú lo hiciste hasta las últimas consecuencias.

San Felix,  Patrono nuestro: Rogad por nosotros. Amén



Joaquín Manuel Serrano Vila, 
 Párroco de San Felix de Lugones

Gracias por no canonizar a mi padre. Por Jorge Glez. Guadalix


Hace apenas unos días. Como tantas veces,misa en un tanatorio madrileño. Fallece un feligrés, o un familiar de alguien de la parroquia y lo normal es que uno intente hacerse presente y ponerse a disposición de la familia. Si piden que presidas la misa de corpore insepulto en el mismo tanatorio pues hay que intentarlo.

A lo que iba. Misa en el tanatorio. Misa normal, de exequias, y con su poquito de predicación, que intentas sea cercana y consoladora en el momento del dolor, pero a la vez sirva para ayudar a entender lo que es vivir en Cristo, morir en Cristo y luego el valor de la oración y los sufragiospor el alma del que ha partido.

Normal que al acabar la celebración la familia te dé las gracias. No tan normal que te den las gracias “por no haber canonizado a mi padre”. El difunto era hombre de fe recia, practicante habitual, y me consta que en los últimos días recibió la unción de enfermos y pidió hacer confesión general. Es decir, una buena muerte. Dije en la homilía que feliz de la persona que llega a la muerte tras una vida en cristiano y con un final confortado por todos los auxilios de la Iglesia, y que yo me pedía una muerte así.

Pero también dije que por más que uno intentara vivir conforme a la ley de Dios y de la Iglesia, somos pecadores y necesitados de purificación por nuestras faltas, y que era el momento de rezar por él para que Dios perdonase todos sus pecados, lo purificara de todo rastro de culpa y lo admitiera definitivamente en el cielo.

Pues esto es lo que sorprendió. Al punto que por ello me daba las gracias un hijo del fallecido. Me decía cómo era ya normal mandar directamente al cielo a todo difunto, de la condición que fuera, así sin más. Pero que eso era un problema grande, porque si lo envías directamente al cielo lo que estás diciendo es que no ha que rezar por él, ni encomendarlo, ni nada por el estilo, con lo cual se le estaría privando del auxilio de la gracia.

Seguía diciendo este hijo que era el momento de encargar misas por su padre, de rezar mucho por él, y que era para ello consolador que yo se lo hubiera recordado.

Quizá este hijo lea el post, porque me consta que algunas veces se pasa por el blog. No pasa nada, porque sabe que si cuento esto es para que todos comprendamos la necesidad de orar por los difuntos y encomendarlos a la misericordia de Dios.

Aprendimos en el catecismo que había dos graves pecados contra la esperanza: ladesesperación –no me salvaré jamás- y la presunción, que es algo así como estar convencido de que yo me lo merezco todo y que haga lo que haga al cielo derechitos. Es lo que hoy está de moda: como Dios es bueno, todo el mundo al cieloindependientemente de cómo hayan sido su vida y su muerte y si necesidad de más.

Darnos cuenta de que la salvación es por los méritos de Jesucristo, que es gracia, y pedirla humildemente al Señor por nosotros y nuestros difuntos, es humildad, confianza y sabernos criaturas.

sábado, 25 de julio de 2015

Evangelio Domingo XVII del Tiempo Ordinario



Lectura del santo evangelio según san Juan (6,1-15):

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos.
Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para tentarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.»
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?»
Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo.»
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.»
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.»
Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Palabra del Señor

25 de julio. Fiesta de Santiago Apóstol




Santiago es uno de los doce Apóstoles de Jesús; hijo de Zebedeo. El y su hermano Juan fueron llamados por Jesús mientras estaban arreglando sus redes de pescar en el lago Genesaret.

Recibieron de Cristo el nombre "Boanerges", significando hijos del trueno, por su impetuosidad.

En los evangelios se relata que Santiago tuvo que ver con el milagro de la hija de Jairo. Fue uno de los tres Apóstolestestigos de la Transfiguración y luego Jesús le invitó, también con Pedro y Santiago, a compartir mas de cerca Su oración en el Monte de los Olivos.

Los Hechos de los Apóstoles relatan que éstos se dispersaron por todo el mundo para llevar la Buena Nueva. Según una antigua tradición, Santiago el Mayor se fue a España. Primero a Galicia, donde estableció una comunidad cristiana, y luego a la cuidad romana de Cesar Augusto, hoy conocida como Zaragoza. La Leyenda Aurea de Jacobus de Voragine nos cuenta que las enseñanzas del Apóstol no fueron aceptadas y solo siete personas se convirtieron al Cristianismo. Estos eran conocidos como los "Siete Convertidos de Zaragoza". Las cosas cambiaron cuando la Virgen Santísima se apareció al Apóstol en esa ciudad, aparición conocida como la Virgen del Pilar. Desde entonces la intercesión de la Virgen hizo que se abrieran extraordinariamente los corazones a la evangelización de España.

En los Hechos de los Apóstoles descubrimos fue el primer apóstol martirizado. Murió asesinado por el rey Herodes Agripa I, el 25 de marzo de 41 AD (día en que la liturgia actual celebra La Anunciación). Según una leyenda, su acusador se arrepintió antes que mataran a Santiago por lo que también fue decapitado. Santiago es conocido como "el Mayor", distinguiéndolo del otro Apóstol, Santiago el Menor.

La tradición también relata que los discípulos de Santiago recogieron su cuerpo y lo trasladaron a Galicia (extremo norte-oeste de España). Su restos mortales están en la basílica edificada en su honor en Santiago de Compostela.

viernes, 24 de julio de 2015

Que Detalle Señor

El Papa en el hermoso retiro que impartió a sacerdotes con motivo del Sagrado Corazón de Jesús tuvo un pequeño fallo , pues la citada canción la compusieron dos sacerdotes de Oviedo hoy secularizados.La letra es de Don José Antonio Olivar Cubiella (Lastres 1939) y la música de Don Fernando Menendez Viejo
(Oviedo 1940). Don José Manuel García Rodriguez lo indicó en la homilía de sus bodas de oro, días después la prensa se hacia eco por boca de uno de los autores de este lapsus papal. No deja de ser una anécdota, lo importante es que una canción que nació en Asturias y que hoy canta la Iglesia Universal y el mismo Pontífice.

Carta Semanal del Sr. Arzobispo


Marco: el canto de las lágrimas

Ha sido la palabra más temida o más deseada, la que ha provocado encendidas defensas y no tibias descalificaciones. El rescate: de esto se ha hablado en parlamentos nacionales de la vieja Europa, en los corrillos de los ministros de economía, en las tertulias mediáticas, en las columnas de opinión de tantos periodistas. ¿Rescate si o rescate no? Y así casi todos se han ido posicionando en una frenética semana tratando de domar a ese caballo de Troya que para unos tiene trampa y para otros solución.

Pero como si de un rayo se tratase que nos obligase a cambiar la mirada, el rescate que para quien tiene entrañas realmente ha conmovido ha sido otro bien diferente. Una extraña escalada de razones y de coincidencias, hace que una joven mujer se deshaga de su hijo recién nacido. Es confuso todo lo que ella ha declarado para intentar explicar lo inexplicable. Sin embargo, esta mujer tuvo a su hijo. No lo destrozó en su vientre, no succionaron sus trozos con una aspiradora, no lo ahogaron hasta envenenarlo en una solución de sal amarga. Sencillamente tuvo a su hijo, respetó su nacimiento.

Tamaña gesta ya la colocaba en el palmarés de las madres que en medio de tremendas dificultades, increíbles miedos y terribles soledades, dan a luz al hijo que llevaban dentro. Pero luego vino lo que nos parece difícil de creer: tirarlo a la basura ¡vivo! Con un biberón para ese viaje maldito en medio de toda la podredumbre infecta, ella se deshizo de ese pequeño apenas nacido. Era como un aborto “post partum”, igual de cruel y horrible ante el ser humano más pequeñín e indefenso.

Esta es la primera parte de una tremenda historia trágica en su planteamiento y en su ejecución. Pero no acabó de esta manera. El final ha sido tan sorprendente, tan inesperado, tan fruto de un inmenso milagro como ha sido llamado con justicia, que la luz que proyecta eclipsa del toda la penumbra que tan fatalmente lo oscurecía.

Marco le han puesto de nombre a este pequeño. Y en ese marco Dios con Marco nos ha dibujado una obra de arte. La tiniebla de un basurero bajo tierra explotó ante la luz que allí encendió un llanto. Y toda la porquería junta, se rindió ante la inocencia tierna de un pequeñín que llorando entonó a su propia vida el más hermoso himno a la alegría. Sí, en medio de aquella basura brilló como una gema la más bella de las joyas como es siempre la vida humana.

Unas lágrimas de bebé fueron suficientes para que en ellas Dios llorase de nuevo como sólo Dios sabe hacerlo. Y aquel llanto conmovió a gente buena que como en una conspiración bondadosa, se fueron apiñando para salvar a quien sollozando pucheros nos empezó a contar su vida. La policía local, la Guardia Civil, las enfermeras y médicos del hospital, la prensa sensible que dio la noticia, los viandantes que avisaron. ¡Qué grande es la humanidad… cuando no se deshumaniza! ¡Qué precioso testimonio han dado todos ellos de lo importante de la vida!

El niño está a salvo, está sano. Me pregunto qué habrá silenciado eternamente Dios para decírselo a él y con él decírnoslo a todos. Ha sido el triunfo de la vida, la más vulnerable, la más fácil de censurar. Pero su ángel ha vencido en Marco y ahora lo podemos contar. Pienso si ese llanto se pudiera escuchar en el seno de las madres en trance de abortar, en la conciencia de los padres cómplices e irresponsables que las dejan en soledad. Si ese llanto se pudiera escuchar en algunos parlamentos que con demagogia culpable legislan contra la vida sin que en sus papeleras las lágrimas de los no nacidos, como hizo Marco, puedan sencillamente llorar.


+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

TRIDUO A NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO






Día 1º Jueves 30 de Julio a las 20:00
María Reina del Universo.                                 ``Será grande, se llamará Hijo del Altísimo´´




Día 2º Viernes 31 de Julio a las 20:00
María Reina y Madre de la Unidad.                         ``Junto a la Cruz de Jesús estaba su Madre´´



Día 3º Sábado 1 de Agosto a las 20:00
 María, Reina de los Apóstoles. 
 ``El discípulo la recibió en su casa´´




+Todos los días se aplicará por los Difuntos de la Cofradía.

jueves, 23 de julio de 2015

Algunas leyes de Murphy de la vida parroquial. Por Jorge Glez. Guadalix


LEY DE LA EXIGENCIA. El nivel de las exigencias materiales para cualquier celebración y de las excepciones para su caso es inversamente proporcional al compromiso parroquial del solicitante.

Consecuencia: si quieren para la boda de Lorena día especial, alfombra super clase, horario inaudito y sacerdote vestido de lagarterana, es que posiblemente hace mucho que no van por la parroquia.

LEY DE LA ACOGIDA AL PENITENTE. La posibilidad de que una persona tenga necesidad imperiosa de confesarse es directamente proporcional a la categoría de la celebración y a los minutos que falten para su comienzo.

DE LA DURABILIDAD DE LAS FLORES. Los profesores Corólez y Estambrius, así como los eminentes investigadores Pistilo de Alejandría y Calixto de Nebraska, tras investigaciones de años en templos parroquiales, han llegado a la conclusión de que la duración de la flor cortada, al llegar al interior de un templo católico, es completamente aleatoria. Por ejemplo, las flores de la boda de las 12 h., se muestran completamente inservibles para la celebración de las 18 h., mientras que las flores de las comuniones del sábado llegan a la semana siguiente en perfecto estado.

POSIBILIDAD DE UN ENTIERRO. Sin llegar aún a cuantificación de la misma, estadísticas de años avalan la alta probabilidad de que surja un entierro justo en el día de mayor actividad. Más aún: cuanta más actividad prevista, más aumenta la probabilidad, dándose el caso, en días especialmente complejos de que sean dos. En esos asuntos recomiendan no quejarse, no sea que vengan tres.

LEY DE LLAMADA AL FELIGRÉS. Si un sacerdote, en momento de especial regurgitación interior, tiene un descuido que deje salir al exterior sus interiores molestias, la probabilidad de que aparezcan inmediatamente en la puerta doña María y doña Pilar es muy directamente proporcional a la fetidez de las mismas –molestias, no señoras-.

COROLARIO DE LA MISA DOMINICAL. Cualquier horario de misa dominical provoca una reacción de disconformidad en una parte importante de la feligresía. Curiosamente, cuantas menos obligaciones tiene la persona, más disconformidad con los horarios. Esto lleva el nombre de “constatación de clock”.

CONTRADICCIÓN DE KATECHESE. Justo el día en que hay más catequistas disponibles no pueden acudir los niños. El día bueno para las familias no se dispone de catequistas. Misteriosamente, si se cambia el día de catequesis, hay una remodelación de actividades externas. COROLARIO: Organícese la catequesis de cualquier modo: el resultado siempre será que ese día no puedo.

CONSTATACIÓN DE ALMS. La probabilidad de que aparezca una persona con una necesidad imperiosa de ayuda material para una urgencia se va haciendo mayor en la medida que falten menos minutos para comenzar la misa. La Teoría de Almosen completa esta constatación afirmando que pasada la misa la necesidad se va diluyendo y que si se cita para el despacho de Cáritas llega a desaparecer completamente.

¿Verano cristiano o pagano?


Es tiempo adecuado para fortalecer los vínculos familiares. El ritmo acelerado que llevamos por mil razones laborales o lúdicas, no favorecen precisamente la cercanía, sinceridad o diálogo de los unos con los otros: el verano es vida que se comparte.
Es un momento para el descanso pero no para dejar que “Dios” se duerma en nuestro corazón o, tal vez lo vendamos por otros “dioses” más refrescantes pero efímeros. El verano no es excusa para vivir al margen de la fe. ¿Acaso dejamos de comer o de beber en estos meses?
Es un espacio para una lectura de nuestra vida. La playa invita, sobre todo en la noche estrellada, a la reflexión. El monte a la acción de gracias en la espesura de su belleza. El arte al asombro de un Dios que se proyecta a través de la mano creadora del hombre. El verano es un tiempo para saborear, como dice el Papa Francisco en “Laudato si” “la belleza de lo que no está corrompido”.
Es un soplo a nuestro cansancio. Pero, en ese intento, hemos de ser conscientes de que “el hacer mucho” puede causar el efecto contrario: más agotamiento. Descansar implica hacer extraordinario lo que, en el curso, es ordinario. El verano es procurar fortaleza a las partes más dañadas de nuestras personas.
Es aliento por la oración. ¡Manda un whashap al Señor! Participa en la eucaristía dominical. No te escudes con el “no hay una iglesia cerca” (tampoco los bares o los cines nos quedan al lado y los buscamos). Quien busca encuentra y, quien busca y celebra al Señor, su verano es humano y divino. El verano puede ser relax y relajamiento. ¿También de nuestra fe?
Es alimento y fraternidad. El desconocido se hace cercano, el enemigo se puede conquistar, la frialdad se puede convertir en algo cálido. El verano es tiempo de conquistas de nuevas amistades y de recuperar viejos amigos.
Es punto y aparte de nuestros problemas. Hay que aprender, por lo menos durante un tiempo, a que los problemas no se adueñen totalmente de nuestra existencia. ¿Qué los tienes? ¡No importa! Déjalos de lado durante un tiempo. Cuando regreses tal vez seguirán existiendo pero tú les harás frente con más fuerza. El verano es aparcar aquello que nos estorba.
Es familia que disfruta todos a una. Acostumbrados al vorágine de una vida penetrada por mil historias, hay que reservar unos días para la alegría que se comparte y demostrar con ingenio el humor que llevamos dentro. El payaso profesional es aquel que, aun estando llorando por dentro, hace feliz al que está sollozando por fuera. El verano reclama sonrisas familiares y espacios para el entretenimiento.
Es piscina de perdón. El trabajo, la competitividad, las responsabilidades y otros tantos vértices profesionales nos distancian y crean muchos malos entendidos. El verano, con un mensaje, un gesto, una palabra o una disculpa hace que todo vuelva a ser como antes. El verano es tiempo de curar o cicatrizar heridas.
El verano no es diluirse en el vicio y capricho. No es dejar de lado a los tuyos. No es abandonar la práctica de la fe y mucho menos la misa de cada domingo. Un cristiano tiene derecho a sus vacaciones pero, un cristiano, nunca guarda vacaciones en su fe. ¿Acaso podemos vivir sin respirar? Dios, los sacramentos, la oración, la lectura espiritual, la visita al Santísimo, una obra de caridad es el mejor SOL, LA MEJOR PLAYA, EL MEJOR MONTE Y EL ÓPTIMO VIAJE TURÍSTICO que podemos realizar.

Lo contrario, en la vida de un cristiano, es más de lo mismo sin lo esencial: ¡DIOS!

Javier Leoz.

martes, 21 de julio de 2015

Primero una cosa y luego otra. Por Guillermo Juan Morado


Es muy mala receta que uno se deje agobiar. A veces será inevitable sentir agobio y cansancio, pero no siempre será, ni de lejos, la única ni la mejor receta. Aunque es normal que uno desconfíe de las “recetas”, ya que las situaciones que nos toca vivir son, casi siempre, muy peculiares.

“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt 11,28), nos dice Jesús. Tomando literalmente estas palabras, el Señor promete solo “alivio”, que no es poco. “Aliviar” es quitar parte del peso que pesa sobre uno. Si uno ha tenido la experiencia de cargar con un peso excesivo y alguien se ha ofrecido a hacerse cargo de una parte de ese peso, uno se tiende agradecidamente aliviado.

Muchas veces la carga excesiva está en la realidad, sí, pero también en la anticipación que nuestra mente hace de esa carga, de ese peso. Podemos hacer que muchas cosas nos afecten antes de tiempo. Incluso quizá no nos lleguen a afectar, pero si las anticipamos, nos afectarán.

Dios no nos va a obligar a cargar con un peso que exceda nuestras fuerzas. Haremos, en lo posible, lo que nos toque hacer. No somos el centro del universo ni la clave de bóveda de la que dependa las grandes causas de la justicia en el mundo o de la equidad universal.

A cada cual le toca lo suyo. Haremos, quizá, muy poco, si nos centramos en un plazo muy corto. Haremos mucho si, “primero una cosa y luego otra”, tratamos de dar lo que podamos dar de nuestra parte.

Dios es misericordioso y omnipotente. También es paciente. Dios sabe esperar. Lo mismo debe hacer cada uno de nosotros. Esperar. La siembra no es la cosecha. El éxito y el fracaso no son inmediatos. Y si uno hace lo que puede, “primero una cosa y luego otra”, no puede fracasar más que aparentemente.

Pero la apariencia no es la verdad. La apariencia y la verdad solo coinciden, al cien por cien, en Cristo, al menos si se ve esa coincidencia desde la perspectiva de Dios. Desde la óptica humana, ni en ese caso.

Nunca he creído que alguien – humano, demasiado humano – pudiese hacer cincuenta cosas al mismo tiempo. Ni cincuenta ni dos. No lo podemos todo. No llegamos a todo. Pero sí podemos hacer algo, lo que esté al alcance de cada uno.

Los cristianos contamos siempre con la ayuda de la gracia, con la ayuda de Dios. Pero Dios tiene también sus plazos y sus misterios – siendo Él el Misterio con mayúsculas - .

No creo que Dios quiera agobiarnos. Él se ha tomado su tiempo, y se lo sigue tomando. Si de algo da lecciones Dios es de paciencia.

Pues, si Dios es así, si Dios ha soportado la Pasión de su Hijo, no intentemos correr más de la cuenta. “Primero una cosa, luego otra”. De todas formas, en cada uno de nuestros pasos, tratemos de dar lo mejor de nosotros mismos. Ni el “más", que nos excede, ni el “menos", que nos obliga. Lo que cada cual, con la ayuda de Dios, pueda hacer. Y con esa ayuda se puede mucho.

“Convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y el Cabildo”


En respuesta a las declaraciones efectuadas ayer por Roberto Sánchez Ramos, desde el Cabildo de la Catedral se quiere recordar que la cantidad mencionada, 20.700 euros, no responde a una subvención propiamente dicha, sino al “Convenio de colaboración con el Cabildo de la Catedral de Oviedo”, que se firmó con el Ayuntamiento de la ciudad hace más de veinte años, y que se ha ido renovando año tras año.

Este acuerdo fue solicitado por la Concejalía de Cultura del momento, por una cantidad que se fijó desde el Consistorio, y que ha ido reduciéndose hasta en un 40%.

 Como contrapartida, la Catedral se comprometía a tomar una serie de medidas que suponían “una inversión en turismo para Oviedo”, tal y como se declaró en su momento en la Concejalía de Cultura. Entre ellas, figuraba “mantener el templo abierto ininterrumpidamente los meses de verano de 10 a 20 horas”, “facilitar el concierto en el aniversario de Alfonso II”, o “facilitar el acceso gratuito a grupos organizados de escolares de colegios afincados en el término municipal de Oviedo”, así como “grupos organizados de pensionistas”, o “alumnos de cursos de arte organizados por el Ayuntamiento”, entre otros, que se han ido organizando todos estos años, así como conciertos en el claustro y otras actividades culturales.

 El hecho de cobrar una pequeña cantidad para poder visitar de una manera digna y más completa la Catedral, es completamente independiente de este Convenio con el Ayuntamiento. Gracias a lo recaudado por el cobro de la entrada se han podido realizar en el templo una serie de obras de mejora y de restauración, que no habría sido posible acometer sin estas aportaciones.

Oviedo 21  de julio de 2015

¿Por qué no se ponen la casulla?.Por Isaac García Expósito


La casulla es un ornamento litúrgico, una vestidura que se coloca sobre el alba y la estola. La lleva el celebrante o el celebrante principal de la Eucaristía. Según la Ordenación general del Misal Romano, el sacerdote llevará al menos el alba, la estola y la casulla.
La casulla representa la caridad de Cristo: «Pero por encima de todo esto, vestíos de la caridad, que es vínculo de perfección» (Col. 3,14). En el marco de la celebración de la Santa Misa, este símbolo de caridad debe preceder al símbolo de la autoridad, de ahí que se ponga la casulla se ponga por encima de la estola.

En la instrucción Redemptionis Sacramentum, se recuerda que:

123. «La vestidura propia del sacerdote celebrante, en la Misa y en otras acciones sagradas que directamente se relacionan con ella, es la casulla o planeta, si no se indica otra cosa, revestida sobre el alba y la estola». Igualmente, el sacerdote que se reviste con la casulla, conforme a las rúbricas, no deje de ponerse la estola. Todos los Ordinarios vigilen para que sea extirpada cualquier costumbre contraria.

¿Y a qué viene todo esto? Muy sencillo. El pasado Domingo fui a Misa en el lugar donde paso mis vacaciones, un pueblecito de la costa de Málaga; la Eucaristía la concelebraron dos sacerdotes. Ninguno llevaba casulla. Estaban revestidos únicamente por el alba y la estola. Aunque la casulla sólo es obligatoria para el celebrante principal, ninguno la portaba. Haría mucha calor, claro.

La Sacrosanctum Concilium dice que

(..) la Liturgia, por cuyo medio “se ejerce la obra de nuestra Redención", sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demás, el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia (SC 2)

La Liturgia «es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza» (SC 10).

A pesar de lo anterior, los abusos litúrgicos se siguen cometiendo, gracias a un clero indolente y a un pueblo ignorante. Dice la Redemptionis Sacramentum que se repruebe el abuso que los sagrados ministros realicen la Santa Misa:


126. Sea reprobado el abuso de que los sagrados ministros realicen la santa Misa, incluso con la participación de sólo un asistente, sin llevar las vestiduras sagradas, o con sólo la estola sobre la cogulla monástica, o el hábito común de los religiosos, o la vestidura ordinaria, contra lo prescrito en los libros litúrgicos.(216) Los Ordinarios cuiden de que este tipo de abusos sean corregidos rápidamente y haya, en todas las iglesias y oratorios de su jurisdicción, un número adecuado de ornamentos litúrgicos, confeccionados según las normas.

Sin embargo el exceso no concernía únicamente al ornamento litúrgico, sino a la forma de distribución de la Eucaristía, que fue bastante deprimente: parecían que estaban repartiendo estampitas.Patético.

A pesar de los recomendado por la Redemptionis Sacramentum, es dudoso que el pueblo tenga la suficiente preparación como para indicarle al sacerdote que se ha excedido. Otra cosa son los Obispos. Ellos tienen potestad para acabar con estos abusos litúrgicos. ¿Por qué se permiten estos excesos?

Existe un adagio en la Iglesia que dice «Lex orandi, lex credendi», cuyo significado explica perfectamente el catecismo:

1124 La fe de la Iglesia es anterior a la fe del fiel, el cual es invitado a adherirse a ella. Cuando la Iglesia celebra los sacramentos confiesa la fe recibida de los Apóstoles, de ahí el antiguo adagio: “Lex orandi, lex credendi” ("La ley de la oración es la ley de la fe") (o: “legem credendi lex statuat supplicandi” ["La ley de la oración determine la ley de la fe"], según Próspero de Aquitania, siglo V, ep. 217). La ley de la oración es la ley de la fe, la Iglesia cree como ora. La Liturgia es un elemento constitutivo de la Tradición santa y viva (cf. DV 8).

1125 Por eso ningún rito sacramental puede ser modificado o manipulado a voluntad del ministro o de la comunidad. Incluso la suprema autoridad de la Iglesia no puede cambiar la liturgia a su arbitrio, sino solamente en virtud del servicio de la fe y en el respeto religioso al misterio de la liturgia.

1126 Por otra parte, puesto que los sacramentos expresan y desarrollan la comunión de fe en la Iglesia, la lex orandi es uno de los criterios esenciales del diálogo que intenta restaurar la unidad de los cristianos (cf UR 2 y 15).

Si desnaturalizamos la Liturgia, ¿no estamos al fin y a la postre desnaturalizando nuestra fe?