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miércoles, 10 de diciembre de 2014

``Bar Antonio´´ Por Joaquin Manuel Serrano Vila


“BAR ANTONIO”

No soy muy amigo de la televisión en general y mucho menos de los inoportunos e interminables anuncios publicitarios entre programas, pero hay uno en “esta Navidad” que me parece un acierto pleno y que sintetiza todo lo que la Parroquia y yo queremos desearos a todos en estas fechas: es el anuncio de “la lotería”.

Este anuncio parece (y más en los hedonistas tiempos que corren) presentar algo absurdo; tan absurdo como que alguien por puro afecto y aprecio a otro, le guarde un décimo (sin saberlo) premiado luego con “El Gordo”, y se lo entregue tal cual tras el sorteo. Este anuncio expresa el verdadero espíritu de la Navidad que poco a poco y con resignada torpeza, considero que estamos dejando escapar.

Pienso que en muchas navidades de años pasados, la inmensa mayoría de españoles hubiese hecho, llegado el caso, lo mismo que hizo el dueño del “Bar Antonio”. Sospecho, con cierta tristeza, que hoy día sería algo utópico. Intuyo que a la fecha, algunos (aunque incluso lo hubiesen pensado inicialmente) se “arrepentirían” al conocer el premio y tampoco faltaría el “político” de turno o el “empresario” que compraría por un precio superior ese décimo premiado para su particular lavandería… Esta es, para mí, la diferencia entre celebrar unas navidades con Cristo renaciendo en nuestro corazón y celebrar El “Solsticio de Invierno”, de alguna aldeana y descerebrada propuesta; de desear con un cartel “Feliz Navidad” o con un simple y genérico-ramplón de “Felices Fiestas”.

No sabemos si el año que viene estaremos aquí (La Duquesa de Alba que así lo esperaba para este, ya no está -D.E.P.-); no sabemos si en el nuevo año tendremos que presentar el pasaporte a “los Mossos” para tomar el Sol en la Costa Brava o a la “Ertzaintza” para subir al Monte Igueldo de San Sebastián. No sabemos si El Pequeño Nicolás ingresará en prisión por peligrosos delirios de grandeza o será nombrado Director de C.N.I., pero sí sabemos que la Encarnación del hijo de Dios cerrará, un año más, la última hoja del calendario del 2014 y abrirá la primera de 2015. Que los Reyes Magos volverán a hacer la delicia (aunque sea a costa de créditos de tarjeta) de millones de niños, a pesar incluso de que el importado barbudo barrigudo de la americana Coca-Cola (aunque para muchos de los que gustan todo lo americano, aquellos sigan siendo “Yankiees”) pretenda suplir (a costa de la ignorancia) al Obispo San Nicolás del norte de Europa.

Con el espíritu navideño que acompaña el anuncio relatado, los que trabajamos en esta Familia Parroquial queremos desearos a todos que el mejor “Gordo” que os toque sea el del Niño de Belén pidiendo posada en vuestro acogedor corazón; que Él os traiga, antes y después del sorteo, los premios de la salud, las pedreas de la estabilidad familiar y los reintegros del trabajo y la esperanza. Yo guardaré algunas participaciones del número de la Parroquia (75.396) para algún amigo “despistado”, por si acaso… ¡FELIZ NAVIDAD!

Joaquín, Párroco

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