Misión
Este servicio de los Talleres de Oración y Vida, reconocido y probado por la Santa Sede en 1997 y confirmado, segín Decreto de Aprobación dado por el Concejo Pontificio para los laicos el 4 de octubre de 2002, constituyen la cumbre y coronación de toda la actividad apostólica del Padre Larrañaga, por su fuerza expansiva, por sus frutos y por el alto aprecio hacia los mismos, manifestado por la Santa Sede y los Obispos.
Con más de 18.000 Guías actuando en el mundo entero, a través de los PLW, están enseñando a la gente a orar, de una manera experimental y progresiva, introducióndolos en la oración litírgica y en la vida sacramental.
La misión del Guía es la de implantar a Dios vivo en los corazones, y al mismo tiempo abrir un manantial de paz, de fortaleza y de alegría en estos mismos corazones. Por un lado es una tarea eminentemente evangelizadora y, por otro lado, es una tarea eminentemente humanitaria.
Puntos Clave
1. Basado en la Biblia: Talleres de Oración y Vida es un método de evangelización que está íntegramente basado en la Palabra. El eje de cada sesión es la lectura y meditación de la Palabra. Para todos los días de la semana, durante cuatro meses, se les señala a los participantes, textos del Antiguo y Nuevo Testamento para meditarlos y rezarlos en sus casas, con una pedagogía especial, con un maravilloso instrumento que se llama Pequeña Pedagogía para meditar y vivir la Palabra.
2. Con Cristo como centro: Jesucristo es, en los Talleres, el principio, el centro y la meta para pensar, sentir, actuar y amar como Jesís, con la eterna pregunta en el corazón: "¿Qué haría Jesís en mi lugar?".
3. Fuente de vocaciones apostólicas: toda experiencia acaba en testimonio. El taller quiere ser no sólo escuela de formación, sino también escuela apostólica, de tal manera que los participantes, una vez constituidos en discípulos y amigos de Jesís, participen directamente de la misión sacerdotal, profética y regia de Cristo Jesís, y donde quiera que se hagan presentes, implanten el Reino de Dios con su presencia, conducta, palabra y acción. De esta manera los Talleres se convierten en instrumentos de vitalización de la Iglesia local.
4. Servicio exclusivamente laical: los Talleres, convencidos de que sólo con una autonomía completa tendrían un laicado maduro, apostaron desde el principio por los laicos, entregándoles la responsabilidad integral para organizar y gobernar el servicio de los Talleres en el mundo entero. Siendo un servicio eminentemente laical, siempre hemos insistido firmemente en el propósito de establecer y mantener unas relaciones fluidas y afectuosas con los Obispos y Párrocos.
5. Carácter totalmente práctico y experimental: el Taller no es una doctrina; tampoco una teoría o teología. El taller funciona a base de orientaciones de vida y puesta en práctica. Se trata de una pedagogía experimental, tanto durante la sesión como en la práctica semanal en casa. Orar no consiste en una reflexión intelectual, es una actividad vital, y las cosas de la vida se aprenden viviéndolas, practicándolas. Por este carácter práctico hablamos de Taller, porque así como cualquier taller se aprende trabajando y se trabaja aprendiendo, en nuestro caso, orando se aprende a orar.
6. Actividad orante paso a paso y adaptada a la persona: la oración, además de gracia, es arte. Y como arte, está sometida a un aprendizaje metódico y progresivo. Por eso nos hemos esforzado por colocar en la organización interna del Taller objetivos claros, una pedagogía progresiva, contenidos y mucha disciplina.
7. Taller liberador y sanador a través del conocimiento de Dios y de uno: a través de una vivencia del Abandono, el participante va llegando a una profunda paz; y por medio de mensajes y ejercicios, el participante llega paulatinamente a liberarse de tristezas y angustias, sanarse de las heridas, superar complejos y miedos, recuperando el sentido de la vida y la alegría de vivir.
8. Transformación a la luz de la palabra: el Taller toma al participante y, a la luz de la Palabra, lo introduce en un complejo entramado de reflexión, oración, mensaje evangélico y análisis de la propia vida. En este contexto, el participante, casi sin darse cuenta, es arrastrado a una transformación vital. El bien y el mal nacen en el corazón. El taller aborda al corazón y lo transforma en un baluarte de armonía, serenidad y paz. Desde el corazón convertido estos dones se irradian a la familia, y de la familia a la sociedad. Quien transforma un corazón, transforma al mundo.
9. Compromiso con los pobres: Cristo quiso identificarse de manera preferente con los necesitados de todos los tiempos (Mateo 25, 31-46). Son los pobres el lugar privilegiado donde Dios se manifiesta. Los Talleres quieren hacer lo que Jesís hizo, sus preferidos serán nuestros preferidos, sus objetivos, nuestros objetivos. También nosotros queremos bajar de la montaña de la oración y hacernos presentes con la Palabra y la presencia, preferentemente en el pueblo de los íltimos, para defender a los débiles, liberar a los cautivos y anunciar un año de gracia y salvación, como dice Isañas.
10. Promoción de valores del evangelio.
Este servicio de los Talleres de Oración y Vida, reconocido y probado por la Santa Sede en 1997 y confirmado, segín Decreto de Aprobación dado por el Concejo Pontificio para los laicos el 4 de octubre de 2002, constituyen la cumbre y coronación de toda la actividad apostólica del Padre Larrañaga, por su fuerza expansiva, por sus frutos y por el alto aprecio hacia los mismos, manifestado por la Santa Sede y los Obispos.
Con más de 18.000 Guías actuando en el mundo entero, a través de los PLW, están enseñando a la gente a orar, de una manera experimental y progresiva, introducióndolos en la oración litírgica y en la vida sacramental.
La misión del Guía es la de implantar a Dios vivo en los corazones, y al mismo tiempo abrir un manantial de paz, de fortaleza y de alegría en estos mismos corazones. Por un lado es una tarea eminentemente evangelizadora y, por otro lado, es una tarea eminentemente humanitaria.
Puntos Clave
1. Basado en la Biblia: Talleres de Oración y Vida es un método de evangelización que está íntegramente basado en la Palabra. El eje de cada sesión es la lectura y meditación de la Palabra. Para todos los días de la semana, durante cuatro meses, se les señala a los participantes, textos del Antiguo y Nuevo Testamento para meditarlos y rezarlos en sus casas, con una pedagogía especial, con un maravilloso instrumento que se llama Pequeña Pedagogía para meditar y vivir la Palabra.
2. Con Cristo como centro: Jesucristo es, en los Talleres, el principio, el centro y la meta para pensar, sentir, actuar y amar como Jesís, con la eterna pregunta en el corazón: "¿Qué haría Jesís en mi lugar?".
3. Fuente de vocaciones apostólicas: toda experiencia acaba en testimonio. El taller quiere ser no sólo escuela de formación, sino también escuela apostólica, de tal manera que los participantes, una vez constituidos en discípulos y amigos de Jesís, participen directamente de la misión sacerdotal, profética y regia de Cristo Jesís, y donde quiera que se hagan presentes, implanten el Reino de Dios con su presencia, conducta, palabra y acción. De esta manera los Talleres se convierten en instrumentos de vitalización de la Iglesia local.
4. Servicio exclusivamente laical: los Talleres, convencidos de que sólo con una autonomía completa tendrían un laicado maduro, apostaron desde el principio por los laicos, entregándoles la responsabilidad integral para organizar y gobernar el servicio de los Talleres en el mundo entero. Siendo un servicio eminentemente laical, siempre hemos insistido firmemente en el propósito de establecer y mantener unas relaciones fluidas y afectuosas con los Obispos y Párrocos.
5. Carácter totalmente práctico y experimental: el Taller no es una doctrina; tampoco una teoría o teología. El taller funciona a base de orientaciones de vida y puesta en práctica. Se trata de una pedagogía experimental, tanto durante la sesión como en la práctica semanal en casa. Orar no consiste en una reflexión intelectual, es una actividad vital, y las cosas de la vida se aprenden viviéndolas, practicándolas. Por este carácter práctico hablamos de Taller, porque así como cualquier taller se aprende trabajando y se trabaja aprendiendo, en nuestro caso, orando se aprende a orar.
6. Actividad orante paso a paso y adaptada a la persona: la oración, además de gracia, es arte. Y como arte, está sometida a un aprendizaje metódico y progresivo. Por eso nos hemos esforzado por colocar en la organización interna del Taller objetivos claros, una pedagogía progresiva, contenidos y mucha disciplina.
7. Taller liberador y sanador a través del conocimiento de Dios y de uno: a través de una vivencia del Abandono, el participante va llegando a una profunda paz; y por medio de mensajes y ejercicios, el participante llega paulatinamente a liberarse de tristezas y angustias, sanarse de las heridas, superar complejos y miedos, recuperando el sentido de la vida y la alegría de vivir.
8. Transformación a la luz de la palabra: el Taller toma al participante y, a la luz de la Palabra, lo introduce en un complejo entramado de reflexión, oración, mensaje evangélico y análisis de la propia vida. En este contexto, el participante, casi sin darse cuenta, es arrastrado a una transformación vital. El bien y el mal nacen en el corazón. El taller aborda al corazón y lo transforma en un baluarte de armonía, serenidad y paz. Desde el corazón convertido estos dones se irradian a la familia, y de la familia a la sociedad. Quien transforma un corazón, transforma al mundo.
9. Compromiso con los pobres: Cristo quiso identificarse de manera preferente con los necesitados de todos los tiempos (Mateo 25, 31-46). Son los pobres el lugar privilegiado donde Dios se manifiesta. Los Talleres quieren hacer lo que Jesís hizo, sus preferidos serán nuestros preferidos, sus objetivos, nuestros objetivos. También nosotros queremos bajar de la montaña de la oración y hacernos presentes con la Palabra y la presencia, preferentemente en el pueblo de los íltimos, para defender a los débiles, liberar a los cautivos y anunciar un año de gracia y salvación, como dice Isañas.
10. Promoción de valores del evangelio.
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