Páginas

jueves, 10 de abril de 2014

V Viernes de Cuaresma. Los Dolores de María



(Jr 20, 10-13; Sal 17; Jn 10, 31-429
TRES LLAMADAS
“Cantad al Señor, alabad al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos.” (Jr 20, 13)
“En el peligro invoqué al Señor, grité a mi Dios: desde su templo él escuchó mi voz, y mi grito llegó a sus oídos” (Sal 17)
-«No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios.» (Jn 10, 33)
CONSIDERACIÓN
Una de las experiencias más paradójicas para quienes se profesan amigos del Señor, es sentir a la vez que la certeza del amor de Dios, la prueba del sufrimiento, del despojo, y hasta la muerte violenta.
Desde el principio del cristianismo, los mártires fueron venerados como santos por participar de la muerte de Cristo.
El salmista asegura que el justo es escuchado por el Señor., en el momento de peligro. La justicia y la santidad van parejas con el sufrimiento, a la vez que sufrimiento no va unido al pecado. El sufrimiento del justo es testimonio de amor.
EL MARTIRIO DE MARÍA
Si hay una persona exenta de pecado es precisamente la Madre de Jesús, la concebida sin mancha de pecado original.
Sin embargo, toda la historia de María fue una constante prueba de dolor. Desde el anuncio del Ángel, hasta el momento de la crucifixión y muerte de su Hijo.

La bendita y bienaventurada entre todas las mujeres fue herida por la espada del dolor, según expresión del anciano Simeón, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús.
En la cotidianidad de Nazaret, María vivió el sufrimiento de saber el origen de su Hijo a la vez que lo veía en todo semejante a los demás.
La piedad popular venera los Siete Dolores de María. Con ello se significa el continuo crisol al que fue sometida la amada de Dios.
Si hay un momento recio, en el que la Virgen se nos mostró testigo fiel de su Hijo, fue al pie de la Cruz. Su permanencia junto al Crucificado le valió el título de Corredentora.
Hoy es día de consolar a María y de sentirnos acompañados por su actitud silenciosa, amorosa y dolorida.
 Ángel Moreno

No hay comentarios:

Publicar un comentario