Foto : Visita ad limina del episcopado español año 2005
«¿Quién pensáis que soy yo para darle un mensaje al Papa? No vamos a la visita para darle al Papa un mensaje, tenemos una visita normal», ha bromeado el arzobispo de Toledo en un encuentro con los medios, tras la presentación del ciclo de conferencias «Ánima pictórica. Acerca del Greco espiritual».
¿Qué es una «Visita Ad Límina»?
Los orígenes históricos de la «Visita ad Límina» datan del siglo IV, aunque fue el papa Sixto V en 1585 quien la institucionalizó y dispuso de modo más sistemático. En la actualidad, la «Visita ad Límina» se define y precisa en los cánones 399 y 400 del Código de Derecho Canónico. Según esta legislación de la Iglesia, los obispos diocesanos deben visitar las tumbas de los apóstoles, encontrarse con el Papa y presentar un informe o relación de sus respectivas diócesis, y entrevistarse con los responsables de los distintos departamentos de la curia vaticana, llamados «dicasterios» o «congregaciones».
La «Visita Ad Límina» debe hacerse cada cinco años, aproximadamente, y siempre que sea posible. La renuncia del papa Benedicto y el desarrollo del «Año de la Fe», han impedido la marcha del calendario habitual de esta práctica.
¿Cómo se va a desarrollar?
Las audiencias tendrán lugar cada día desde las 10:30 a las 13:00 horas. El papa Francisco recibirá a los obispos en grupos de siete u ocho, según las distintas provincias eclesiásticas españolas -una provincia eclesiástica es un grupo de diócesis al frente de las cuales hay una archidiócesis-. Cada obispo presentará brevemente un informe sobre el estado de la diócesis, respondiendo a las eventuales preguntas que el Santo Padre pudiera formularle. Además del encuentro con el Papa, que constituye el momento central de la Visita, los obispos deberán entrevistarse también con los diversos dicasterios de la curia romana.
Cada obispo debe enviar a la Nunciatura Apostólica de Madrid el informe sobre el estado de la diócesis. Una vez leídos por la Congregación para los Obispos, estos informes son referidos al Santo Padre.
Las provincias eclesiásticas de Burgos y Pamplona sean los primeras en cumplir con la visita. Concretamente, el arzobispo de Burgos, Mons. Francisco Gil Hellín, será el primero de los obispos españoles en saludar al Santo Padre.
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