La llegada del otoño coincide con la recogida de algunas cosechas. Por eso hoy celebra la Iglesia Católica un día de honda tradición. El día de témporas de acción de gracias. Una jornada de acción de gracias por los frutos recogidos y de petición para que las cosechas sean abundantes. También, por qué no, las de la propia vida.
Hoy es un día, o unos días, depende de cómo se celebre, de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual. Una actividad que está enfocada a sacar el máximo jugo a la existencia, para volver a creer que el amor mueve el mundo; que la verdad nos hace libres, que es posible el paraíso en la tierra.
«Las Témporas
—dice el Misal— son días de acción de gracias y de petición que la
comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de
las cosechas, al reemprender la actividad habitual» (p.648). La celebración ha
sido fijada en España para el día 5 de octubre, pues su localización en el
calendario e incluso su duración dependen de las Conferencias Episcopales de
cada país.
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