(EP) Los himnos fueron interpretados por la Orquesta Sinfónica y Coro de la JMJ para la Beatificación de Tarragona que tendrá lugar el próximo 13 de octubre.
En este sentido, el cardenal ha subrayado que «reconocer públicamente como parte de la Iglesia a sus mártires, no sólo es un signo de patriotismo venido de lo humano sino que es una obligación profunda, sagrada, de lo que ella debe a su Señor y de lo que se debe a sí misma como instrumento del Evangelio».
Rouco ha remarcado que con el martirio de Cristo «cambió el tiempo, cambiaron las personas, cambiaron los pueblos y a la humanidad se la abrió el futuro» y ha explicado que la tarea del hombre después de ese gran martirio consiste en «saber participar de él», algo que los mártires han hecho «más literalmente».
Mucha sangre derramada en el siglo XX
En un acto en el que también ha estado presente el arzobispo de Tarragona, Mons. Jaume Pujol, el cardenal ha agradecido que el martirio de los que han dado la vida por el Señor se hiciese fecundo en un momento determinado de la historia, «la historia del siglo XX, la historia de España, la historia de Europa, la historia del mundo».
«Mucha sangre se ha derramado en este siglo XX, que para muchos es y constituye la parte más sangrienta de nuestra vida personal y mucha de esa sangre se derramó por la sangre de Cristo. Los pecados pudieron menos y el odio fue menos capaz de llegar a la victoria», ha destacado.
También se ha referido a la paz diciendo que la sangre de Cristo es la sangre «de la reconciliación». «El Señor lo que ha hecho es amar los corazones, lo sigue haciendo, para que pueda después haber paz de la más externa, de la más amenazada por los peligros de la política internacional y de la más amenazada por nuestros egoísmos y nuestras visiones que no tienen sentido. Esa paz se recompone siempre y se reconduce cuando se lleva al corazón del hombre», ha remarcado.
La orquesta fruto de la JMJ de Madrid
Sobre la audición, el cardenal Rouco ha asegurado que se ha emocionado mucho y que ha visto un «fruto excelente» de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011 en esta orquesta «jovencísima». «Estoy seguro de que el Papa Benedicto XVI se habría alegrado mucho de estar aquí esta noche y también el Papa Francisco que no es muy musical él pero bueno es lo suficiente para que se emocionase muchísimo esta noche», ha apuntado.
Concretamente, ha mostrado su agradecimiento a los compositores, al director orquesta y al coro por su esfuerzo de hacer música en honor de los mártires del siglo XX en España que es «una forma de dar testimonio de la fe». «A través de la música -ha añadido– se pude dar un excelente testimonio de la fe quizá el mas hermoso», ha indicado.
Transformar los corazones
Por su parte, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española y obispo auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino, ha subrayado que los mártires de la diócesis de Madrid ocupan dos páginas enteras de los documentos presentados. Además, ha destacado que se trata de la primera vez que la orquesta interpreta en público la Misa de los mártires.
Mientras, el presidente de la Asociación Orquesta Sinfónica y Coro JMJ, Pedro Alfaro Uriarte, ha explicado que la composición de la Misa, encargada por la CEE y resultado de la colaboración de los compositores Kuzma Bodrov, Carlos Criado, Rubén Díez y Pedro Vilarroig, les ha sorprendido por la su «riqueza» así como por la «paz y luminosidad» que transmiten.
Alfaro ha asegurado que esta es una ocasión «única» para avanzar su vocación de poner los talentos musicales al servicio de la fe. Desde la JMJ, según ha afirmado, cada proyecto ha supuesto «muchos sacrificios» pero ha añadido que ha sido «mucho mayor la recompensa». «Cuando vemos cómo a través de la música traspasada por la belleza y la gracia nuestros corazones se transforman pudiendo llegar a tocar a aquellos de quienes nos escuchan», ha explicado.
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