Oh Dios omnipotente, que te dignaste conceder a
Santa Rita tanta gracia, que amase a sus enemigos y llevase impresa en su
corazón y en su frente la señal de tu pasión, y fuese ejemplo digno de ser
imitado en los diferentes estados de la vida cristiana. Concédenos, por su
intercesión, cumplir fielmente las obligaciones de nuestro propio estado para
que un día podamos vivir felices con ella en tu reino. Te lo pedimos por Cristo
nuestro Señor. Amén.
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