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miércoles, 24 de abril de 2013

El turno de África de reevangelizar Europa

 
El mundo entero fue evangelizado gracias a los misioneros y hombres consagrados a Dios que salieron desde Europa por todos los confines de la Tierra a predicar el Evangelio como lo pidió el mismo Cristo.
Ahora la cosecha de esa evangelización es la que va al encuentro del continente europeo a reavivar y hablar del amor más sublime que ellos recibieron a través de las catequesis.
En África, América, Asia y Oceanía los europeos sembraron la semilla del Evangelio, siendo África uno de los continentes donde las vocaciones religiosas y sacerdotales crecen cada día entre la juventud que abunda en contraste de una Europa donde los jóvenes son escasos.
Según el Anuario Estadístico de la Iglesia Católica 2012, los sacerdotes han pasado de 406.411 en 2005 a 412.236 en 2010. Mientras en Europa hay para el 2010 – 905 sacerdotes, en África hay +761 el mismo año.
Considerando sólo los seminarios mayores, en 2010 en Europa había -282 seminaristas, en cambio en África se registraron +3.532.
Con excepción de Polonia, en Europa cierran los conventos y seminarios o se deben vender las propiedades por falta de respuesta al llamado vocacional, en cambio en África con todas sus dificultades económicas, se amplían los lugares de formación, como sucede en Nigeria, la República Democrática del Congo, Tanzania y Uganda donde se concentran la mitad de sacerdotes africanos.
En Europa las parroquias deben cerrar y juntar a los pocos fieles en una sola comunidad, en África a pesar de sufrir ataques de extremistas musulmanes y otros grupos fundamentalistas que matan sacerdotes y atacan las iglesias cristianas, se continúa construyendo parroquias católicas para acoger a los numerosos fieles.
Por otro lado, los nuevos evangelizadores aportan un valiosísimo valor de lo que es ser familia, por estar tan arraigado a su cultura, a diferencia de Europea que cada día se impone un significado distorsionado de la misma y es poco valorada.
Aportan además su convicción en la fe, la vivencia del Evangelio, la alegría a pesar de sus dificultades culturales, la humildad y naturalidad en una sociedad fría e individualista.
Ahora es cada vez más habitual ver sacerdotes africanos ejerciendo su ministerio en parroquias europeas donde no había quien se encargue y a quienes los fieles acogen afectuosamente.
No hay falta de vocaciones, existe falta de respuesta al llamado que Dios hace al corazón del hombre, oremos siempre por las vocaciones. Como decía el Papa Francisco al celebrarse la 50 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones: “Las vocaciones nacen en la oración y de la oración; y sólo en la oración pueden perseverar y fructificar”.

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