Circula por internet esta hermosa fotografía de S.S. Benedicto XVI, papa emérito, con la información de que el día de su renuncia se llevó a Castelgandolfo a su gato. Una fuente de absoluta fiabilidad informa de que el gato es gata y responde al nombre de Contessina (Condesita, pequeña condesa). No hay información precisa acerca de la fecha de la instantánea. A no ser que la gata muestre una mansedumbre casi sobrenatural, que podría provenir de la paz que irradia su dueño, es de suponer que no viajó así como se la ve en la imagen desde el Vaticano hasta Castelgandolfo el pasado 28 de febrero. Difícilmente soporta un gato como si nada un atronador viaje en helicóptero. La forma lógica de trasladarla habrá sido en una de esas cómodas jaulas de viaje para mascotas.
El siguiente artículo con la fotografía de otro gato distinto al de la foto precedente, en noticia del 19 de febrero, informa de que la gata de la foto mostrada por ese artículo (foto inferior de esta entrada) sí es Contessina, y que es "una de los gatos" que tiene el Papa y que le harán compañía cuando se retire al convento "Mater Ecclesiae" situado dentro del recinto del Estado Vaticano.
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