A través de la web www.declausura.com o de la feria Expoclausura es fácil comprar polvorones y turrón hechos a mano y ayudar a la preservación de los
Ayudar al mantenimiento de monasterios y conventos con siglos de antigüedad a cambio de endulzar la Navidad con productos artesanales. Es lo que proponen monjas y monjes que se afanan estos días para satisfacer una demanda que crece cada año.
Las ferias y muestras de dulces conventuales se extienden por la geografía española en estas fechas para acercar mantecados, turrones o mazapanes a los clientes, que ya no tienen que acudir a los tornos de, a veces, alejados centros religiosos. Además, la web www.declausura.com los pone a domicilio a golpe de ratón.
El "primer torno 'on line' de España" tiene "'overbooking' de pedidos" este mes, asegura Agustín de Asís, de la Fundación Summa Humanitate, que puso en marcha la iniciativa el pasado mayo para ayudar a las congregaciones en sus necesidades más perentorias, desde pagar la calefacción a arreglar goteras en el techado.
Agustinas, clarisas, carmelitas descalzas, trinitarias, cistercienses, jerónimas o monjes trapenses ponen a la venta en internet todos los dulces típicos navideños más mermeladas, licores, vinos, quesos, cestas "gourmet", regalos de empresas y belenes.
La innovación pastelera también ha llamado a sus puertas "tanto en productos como en embalajes", explica De Asís. Turrones de novedosos sabores, mermeladas de café o limón con menta conviven con polvorones, mazapanes, nevaditos, tortas imperiales, pan de Cádiz y "marrons glacés".
"A través de los tornos los conventos y monasterios tienen poca capacidad de venta", por lo que 90 de los alrededor de 950 existentes en el país se han sumado a esta web. "Cada uno aporta sus productos en función de su capacidad de trabajo, ya que su razón fundamental es la oración", añade De Asís.
Ello no impide cubrir la demanda de un número creciente de empresas que canalizan sus regalos navideños a través de Declausura, a la que "cada mes" se adhieran más centros religiosos.
Desde la web, movida por voluntarios -desde los que recogen los productos en los conventos hasta los que los disponen en las cestas-, se canalizan además ayudas provenientes de otros países para la preservación de estos edificios históricos.
Y, aunque venden otros productos como canastillas de nacimiento, ropa de bebé, juguetes y regalos de bautizo y primera comunión, "Navidad y Semana Santa son los tiempos fuertes de venta", reconoce De Asís.
Otra prueba del éxito de estos dulces navideños es Expoclausura, la mayor exposición de productos conventuales de España que celebra estos días en Madrid su décimosexta edición. Durante todos estos años siempre han agotado las existencias, lo que supone vender unas 40 toneladas, refiere su organizador, Miguel Ángel del Puerto.
Sus fines son idénticos a las que se organizan en otras ciudades: "Ayudar a la resolución de problemas de conventos y monasterios como el deterioro progresivo de sus edificaciones, con humedades, fríos, grietas..."
Los clientes aprecian "la calidad y el precio, ya que son productos artesanales y las monjas no cobran mano de obra; aquí compran hasta ateos". Y valoran la ayuda al sostenimiento de monasterios y conventos que "son parte del patrimonio arquitectónico español".
La crisis no ha hecho mella en esta transacción: "Comer y regalar en Navidad es habitual. Se puede mirar el gasto, pero se mantiene la tradición", sostiene Del Puerto, quien agrega que, pese a la desaparición de la paga extraordinaria de los funcionarios, este año "se ha vuelto a crecer".
Más de 400 productos de más de 40 conventos -"cada año se incorpora alguno nuevo, aunque hay otros que cierran, principalmente por problemas de falta de vocaciones religiosas "- desaparecerán de las estanterías instaladas en el centro comercial ABC Serrano de Madrid, en una conveniente mezcla de goloseo y solidaridad.
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