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sábado, 30 de mayo de 2015

RECUERDA: EL PRÓXIMO MIÉRCOLES DÍA 3 INICIAMOS LA NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Novena al Sagrado Corazón 2015 
Año de la Vida Consagrada y Jubileo Teresiano



Peregrinación a Covadonga con los niñ@s de Primera Comunión


Hoy le dimos gracias a Dios en la Cueva de la Santina por haberse 
quedado con nosotros en la Eucaristía.

Evangelio Domingo de la Santísima Trinidad



Lectura del santo Evangelio según San Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
–Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.
Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

Palabra del Señor

viernes, 29 de mayo de 2015

Pedir la enseñanza religiosa


(La razón)
Volvemos a la tranquilidad y la calma, a la realidad de la vida ordinaria de todos los días, con una preocupación y una inquietud común, básica, que todos sentimos, avivada estos últimos días: ayudar a mejorar nuestra sociedad, colaborar en la renovación de nuestra humanidad, hacer entre todos una humanidad verdaderamente nueva. La educación es un punto clave para responder a esta preocupación e inquietud. Nos encontramos a finales del curso escolar y los padres, si no lo han hecho ya, cuando soliciten o reserven plaza para sus hijos en los diferentes colegios, escuelas o institutos, para el próximo curso, tendrán la oportunidad de elegir la enseñanza religiosa escolar. Es ésta una decisión importante que no se puede trivializar. La enseñanza religiosa es un aspecto fundamental en la formación  integral de la persona, además de ser un elemento imprescindible en el ejercicio del derecho de libertad religiosa, tan básico como que es la garantía de todas las demás libertades. Los padres habrán de defender y reclamar este derecho que os asiste. Inhibirse o no reclamar todo lo legítimamente exigible en este terreno vale tanto como dejar libre el camino al recorte de otras libertades y a la desmoralización de la sociedad.

Para los católicos, es un deber muy serio y una necesidad grande la formación religiosa y moral en los centros escolares, en los que se forma el hombre y la sociedad de mañana. Es una cuestión en la que está en juego la persona y la sociedad. La enseñanza religiosa en el ámbito escolar es decisiva para «aprender a ser hombre», «aprender el arte de vivir» y realizarse como persona con sentido, libre y verdadera. Lo que se haga en este terreno contribuirá al rearme moral de nuestra sociedad y a la humanización de la misma. Sin esta humanización no hay progreso digno de llamarse así. La enseñanza religiosa católica en la escuela ha de ofrecer el Evangelio de Jesucristo, para que, conocido, sea aceptado y surja una humanidad nueva hecha de hombres y mujeres nuevos con la novedad de ese Evangelio. No podemos contentarnos, con ser mucho, con una mera enseñanza de valores. Con ser importantísima y grande la quiebra moral de nuestra sociedad, el peor mal que la está aquejando es la ausencia de Dios, el vivir sin Dios, –como vengo repitiendo hasta la saciedad en esta página, sin cansarme de hacerlo–. Desaparecido Dios del horizonte de la vida y relegado a los márgenes de la existencia, se pierde la base donde se sustenta todo valor; y así se origina una profunda quiebra de humanidad. Es necesario que la escuela, en el proceso educativo de los niños y jóvenes, muestren los rasgos y las raíces de un profundo humanismo, que tiene su fuente en Jesucristo. La alegría, la esperanza, la sencillez, la misericordia, la generosidad, la entrega de sí mismo en el servicio a los demás, la comprensión, la no violencia, el perdón, la reconciliación, la paz, el diálogo amistoso, el amor fraterno, la caridad evangélica, la libertad verdadera, la austeridad, la capacidad de sacrifi carse por los otros, ..., son todo valores que nos enseñó y encarnó Jesucristo; quien quiera entrar en la escuela de estos valores que entre en la escuela de Jesucristo. Y, sobre todo, la existencia de un Dios, Padre, que nos hace hermanos enviando como Salvador a Jesucristo, su Hijo, y nos anima con su Espíritu. El tipo de personalidad que alcancen los
niños y los jóvenes cristianos dependerá en buena parte de que en la escuela se les ofrezca y aprendan  esta enseñanza. Dejemos a la escuela desnuda de todo esto y
tendremos hombres y mujeres sin cimientos sufi cientes para sobrevivir esperanzadamente frente a la fuerte secularización y la cultura materialista y hedonista de esta sociedad nuestra a la que le faltan, con frecuencia, valores fundamentales para unos comportamientos morales dignos del hombre. Los padres que quisieron que fueran bautizados sus hijos, coherentes con lo que hicieron y fi eles a lo que prometieron en su día –educar a sus hijos cristianamente, en la fe–, tienen el grave deber de poner los medios necesarios para la formación cristiana de sus hijos. Hoy es muy difícil hacer una
persona cristiana y moralmente cabal sin la enseñanza religiosa en la escuela, colegio o instituto; para alcanzar hoy la madurez cristiana, un niño y un adolescente necesitan fundir lo que aprenden y saben de la fe con lo que aprenden y saben de la sociedad, la historia y la naturaleza. Para lograrlo, el lugar propicio es la escuela. Y lograrlo está importando mucho en nuestros días.

Desde aquí, ruego a los padres encarecidamente, no impongo, que soliciten libremente, pues, la enseñanza de la religión y moral católica en el próximo curso escolar para sus hijos, a los que tanto quieren y para los que desean lo mejor. Es lo mejor que pueden hacer en favor de ellos; además de cumplir con su deber y responsabilidad de padres. No se trata de un privilegio, ni es una mera concesión que se les hace. Les asiste todo el derecho, que debe quedar garantizado sin límites ni cortapisas: esto también es tarea que incumbe a la escuela donde se debe enseñar el arte de vivir.

Cardenal Cañizares Llovera

jueves, 28 de mayo de 2015

Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote


Hoy, jueves posterior a la solemnidad de Pentecostés, celebramos la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Aunque no figura en el calendario de la Iglesia universal, esta fiesta se ha ido extendiendo por muchos países y diócesis.

La fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, fue introducida en España en 1973. Posteriormente fue solicitada por numerosos Episcopados de todo el mundo.

Tiene categoría de fiesta y cuenta con textos propios para la Misa y para el Oficio. En muchas diócesis se celebra también en este día la Jornada de las Bodas de Oro y Plata sacerdotales. Oramos por Todos Ellos.

Carta semanal del Sr. Arzobispo


Contar lo inefable

Sólo había piedras mudas y arenas polvorientas, como un paisaje lunar. Allí no había nada que explicar, nada que te conmoviera por su belleza de formas, por su música melodiosa, por su letra inspirada. Era sólo eso: un paisaje sin historia, sin nada que contar. Y uno recordaba tantos otros paisajes que con su arquitectura, su melodía, su literatura, su derecho a favor de los desfavorecidos, sus casas de acogida para los heridos de la vida, eran ámbitos que te dilataban la mirada y te ensanchaban el corazón.

Entonces me dirigí a una joven preciosa, para preguntarle algo que la dejó bloqueada en su rubor. No supo decir cuál era su color, ni la medida de su grandeza, ni siquiera el sabor que tenía; apenas pudo decir nada, pero tenía la total certeza de que aquello existía sin tener palabra con la que contarlo, ni pincel para poderlo pintar.

¿De qué se trataba? Ella, azarosa, hablaba del amor, sí, del amor. Sabes que es y está, que te llena y sobrepasa, pero no aciertas a contarlo por más que le des vueltas y vueltas. Se te nota porque la vida cambia, tu mirada tiene otro brillo, tu entraña otra piedad, y tus manos se hacen de pronto dadivosas como una bendición que no acaba. Porque hay cosas que te sostienen y sin embargo parece que no existen porque no las sabes contar. Así ocurre con Dios. E igual que sería despreciable si alguien censurase o privatizase el amor y la esperanza, sólo porque desborda nuestro modo de describirlos, ¿qué diríamos si la dimensión religiosa estuviera también proscrita como si fuera un apéndice malhadado que hay que tapar o evitar?

Todo esto me viene en estas fechas anuales, cuando se abre la inscripción para la clase de religión. No se trata de una catequesis en la escuela, que para eso está y basta la parroquia de cada uno. Sino que es una verdadera dimensión educativa, un factor que se necesita para poder comprender tantas cosas que pasan precisamente a través del fenómeno de la religión. De siempre el hombre ha percibido y descrito a su manera la relación con Dios: desde el hombre de las cavernas ancestrales hasta el de la tecnología espacial, todos han generado una expresión cultural respecto de ese Misterio.

En nuestra historia hispánica y europea, esta relación con Dios ha tenido un punto de encuentro totalmente particular y vinculante con el Cristianismo, con la religión Católica. Aunque no todos sean practicantes, sí que todos son culturalmente cristianos. Por eso, ignorar este factor significaría no entender, por desidia o por desdén, algo que nos constituye como pueblo y como civilización. La cultura que ha generado el Cristianismo, el derecho, las iniciativas sociales, las páginas de heroico testimonio y santidad, la literatura, la música, la escultura, la pintura, la arquitectura, todo quedaría relegado a una torpe censura en aras de un inculto prejuicio que acaba en ignorancia.

No reclamamos un privilegio, sino un derecho beneficioso, para que nuestras generaciones más jóvenes crezcan mejor formadas, sin censuras ideológicas ni ignorancias que harían de menos su bagaje cultural. El factor religioso aporta una serie de valores humanizadores que se derivan y nos abocan del bien, la paz, la solidaridad, la verdad y la apertura a Dios, cuya grandeza ni nos humilla ni nos acorrala. Es un Dios amigo que no nos enemista con los demás. Apuntar o apuntarnos a la religión Católica en la escuela, es una manera de cultivar una visión del mundo, tener un juicio sereno sobre las cosas, e ir asimilando la sabiduría bella y bondadosa que la cultura cristiana ha sido capaz de generar en sus dos mil años.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

martes, 26 de mayo de 2015

“Tomar la Comunión”


Una cosa es la semántica de las palabras y otra la pragmática. Quizá semánticamente la expresión “tomar la Comunión” sea correcta, pero si atendemos a los usuarios del lenguaje y a las circunstancias de la comunicación, no me parece muy logrado hablar de “tomar la Comunión”.

Me ha chocado escuchar noticias del tipo: “La Princesa de Asturias ha tomado la Comunión”. No sé, pero creo que cuando hablamos decimos cosas como “tomar una caña”, pero no me suena lo de “tomar la Comunión”.

Es verdad que una de las acepciones del verbo “tomar” es “recibir algo y hacerse cargo de ello”. O también “comer o beber”.

Al comulgar por primera vez recibimos a Cristo que se hace alimento para nuestra alma: “Tomad, comed: esto es mi cuerpo” (Mt 26,26). Jesús se identifica con el pan partido y entregado para alimentar y dar vida.

De todos modos, en vez de usar “tomar la Comunión”, me parecería mejor ejemplar otras formas de hablar: “Ha recibido la Primera Comunión” o, simplemente, “ha hecho su Primera Comunión”.

Hacer la Primera Comunión significa recibir por primera vez a Jesucristo que viene a nuestro encuentro en este Sacramento. No es tanto que nosotros vayamos a su encuentro, sino que, sobre todo, es Él quien viene a nuestra vida.

La Comunión sacramental es un signo eficaz de la comunión real, del encuentro entre cada uno de nosotros y Jesús, “cuyo reino no tendrá fin”, como dice el credo. Es decir, entre cada uno de nosotros y el Hijo de Dios hecho hombre, y no por una temporada, sino para siempre.

Para siempre, desde la Encarnación, el Hijo de Dios es hombre, sin dejar de ser Dios. Y por ser Dios y hombre es el mediador entre Dios y los hombres: es el “universal concreto”.

Muchos niños, por estas fechas, harán su Primera Comunión. El pequeño Catecismo que estudié de pequeño recordaba tres condiciones para comulgar bien: 1. Estar en gracia de Dios. 2. Guardar el ayuno eucarístico. 3. Saber a quien recibimos.

De las tres condiciones, la más importante es la tercera: Saber a Quien recibimos. Si es Jesús, y lo es, entonces no podemos poner impedimentos ni levantar fronteras para que nuestra relación con Él se vea obstaculizada por lo único que puede obstaculizarla: el pecado mortal.

Y lo del ayuno es una especie de guiño a nuestra condición mortal: somos espíritus encarnados, tenemos alma y cuerpo. Y no está mal que también el cuerpo se prepare para recibir el alimento que importa de verdad.

Me habría gustado oír: “La Princesa de Asturias ha hecho su Primera Comunión”.


Guillermo Juan Morado.

Franciscanos en Tierra Santa, candidatos al Princesa de Asturias 2015

franciscans in holy land

La Federación Española de Banco de Alimentos ha presentado a los Franciscanos en Tierra Santa como candidatos al Premio Princesa de Asturias de la Concordia, que se falla en España.

“Viene motivada por la necesidad de otorgar un justo reconocimiento a su presencia y labor durante ocho siglos en aquellas tierras de Oriente Medio”, explican, argumentando cómo los Franciscanos han permanecido allí desde el siglo XIII hasta la actualidad, para custodiar los Santos Lugares, ayudar a los más necesitados, y actuar como portavoces de reconciliación y de paz en zonas de permanente conflicto.

En su candidatura se ofrece su historia, la que muestran impresiona e impacta”: “Allí han permanecido superando guerras, sufriendo persecuciones y martirios, solventando divergencias culturales, para ayudar a los más necesitados, sin distinción de ideologías o religión”.

Destacan su saludo internacional de Paz y Bien, así como su relación con España y la gran ayuda que siempre les ha otorgado el Rey:“como agradecimiento a esa ayuda y a la gran presencia de misioneros españoles desde hace siglos, se concede al Rey de España el honor de llamarse Rey de Jerusalén”.

Cuatro son las obras, que destacan en su candidatura:

1. Conseguir trabajo para los cristianos

2. Distribuir medicinas y alimentos a la población local, no sólo la cristiana sino también la musulmana

3. Crear escuelas, orfanatos y asilos

4. Edificar viviendas y proporcionar alquileres para que las familias más pobres vivan en condiciones dignas

El Banco de Alimentos de España destaca su compromiso en Jerusalén, con el alojamiento de 440 familias en sus viviendas y su trabajo en Betania, Betfagé, Belén y Hebrón.

Allí han establecido 16 escuelas para más de 10.000 alumnos y se han creado 800 puestos de trabajo. Así mismo, existen 5 casas de hospedaje, tres residencias de la tercera edad y dos casas de acogida para niños y huérfanos, además de bolsas y becas de estudio de escolares y universitarios.

Terminan su propuesta afirmando que los franciscanos son “puente de unión y conexión entre religiones” e “impulsan la concordia y el abrazo fraterno entre palestinos e israelíes, y apelan, desde hace milenios, a la armonía y unidad entre diferentes comunidades”.

Desde change.org se ofrece un espacio para que la gente pueda unirse y apoyar esta candidatura.

Álvaro Real, Aleteia

lunes, 25 de mayo de 2015

Lucía Caram y Teresa Forcades: el mundo no es su claustro


Constato con preocupación, como religiosas consagradas, en concreto las monjas Lucía Caram y Teresa Forcades participan activamente en la campaña electoral a favor de dos partidos políticos. Afirmo que de acuerdo con su compromiso con la Iglesia esta actividad no les corresponde en absoluto. La intervención directa de sacerdotes, monjes y monjas en la contienda partidista corresponde a otra época felizmente superada, a una concepción clerical donde personas lograban relevancia utilizando la fuerza de su hábito. Es un acto inapropiado.

La acción política de partido es un ámbito reservado a los laicos, al igual que lo es casarse y tener hijos (con las excepciones bien notables de aquellos que desde la secularidad se consagran a Dios). Pero el compromiso de una monja (como el de un monje o sacerdote) es exclusivamente con la Iglesia, en el marco de su congregación. La irrupción de monjas en la lucha entre partidos, que compiten entre ellos, crea una imagen distorsionada de su naturaleza religiosa, rompe la comunión eclesial, y deja en un segundo plano lo más trascendente en un mundo tan secularizado: la fuerza de la oración de quien se consagra con plenitud a ella, porque le ha sido conferido este don. Incluso el trabajo manual o intelectual que hacen en los monasterio gira en torno a la oración.

Hoy, en un mundo tan secularizado, hacer entender esto es muy difícil, porque sólo se ve lo que es material e inmediato. Esta es la razón de que, hoy más que nunca, sean tan decisivas para el mundo las vidas de oración, los monasterios. Interviniendo directamente en el conflicto partidista envían el mensaje contrario. Todo queda reducido a la acción en el orden temporal y material, y esto junto con la ruptura de la comunión eclesial, es muy grave.

Sor Lucía Caram y Teresa Forcades deben abandonar la falsa idea de que su claustro es el mundo. No, su claustro es el del monasterio de la congregación y regla religiosa que escogieron. Si quieren que sea el mundo, deben pasar a vivir y a trabajar en él, y dejar su compromiso de vida entregada a Jesucristo y a su Iglesia. Deben abandonar la protección de la Iglesia que las acoge, y alimenta, y bajar a pie de calle como hacemos todos cada día. Entonces, el vínculo entre su vocación política y su sentido religioso, sí tendrá sentido.
Josep Miró

Teresa de Jesús: un Año jubilar


Las efemérides son fechas señaladas y significativas; los aniversarios, ocasión de festejos. En este caso, el 5º centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús un 28 de marzo de 1515, en el siglo doña Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada. La Iglesia de Dios, especialmente la Iglesia en España, lo celebra de modo particular, al ser hija suya, y eleva su acción de gracias a Dios.

Ya estamos acostumbrados a muchos aniversarios, “años de”, o “día de”, tanto en el calendario civil (1) como en el calendario eclesiástico (2). Parecería que la vida cotidiana de la Iglesia (la santificación, la evangelización y la catequesis, la caridad, la vida de santidad) fuese monótona y necesitase los estímulos de “Años” y “Jornadas”, siendo cada año un “Año de”. Pero, probablemente, la multiplicación de este tipo de “Días”, “Jornadas” y “Años” sea causa de poca eficacia e incidencia. De ese peligro no está exento el Año jubilar teresiano.

Junto al carácter festivo de una fecha así, con sus actos propios (peregrinaciones, exposiciones, etc.), viene también el deseo de dar a conocer su figura y profundizar en el legado teresiano que está muy vigente para las necesidades de la Iglesia hoy y de los católicos en el siglo XXI: ¡enseñar a conocer a santa Teresa de Jesús, provocar una nueva oleada de discípulos del magisterio teresiano! Es decir, ser interpelados, provocados, por Teresa de Jesús y su enseñanza; y es que su vida es un monumento a las misericordias del Señor, un himno a la Gracia de Dios que la condujo constantemente, definiendo en ella etapas de ruptura y crecimiento.

Las perspectivas de este Año jubilar teresiano, y ojalá coincidan con el balance final en el próximo 15 de octubre, serían varias:

Celebrar y dar gracias: Si propio del cristiano es alabar y bendecir, la Iglesia quiere dar gracias a Dios por la persona, la santidad y la obra de santa Teresa de Jesús. De ahí las peregrinaciones a lugares teresianos, cultos litúrgicos, procesiones extraordinarias, etc., como un pueblo en fiesta que alaba al Señor.

Dar a conocer a santa Teresa: Es figura luminosa entre los santos de la Iglesia, y en nuestra historia se iza como una enseña de renovación y reforma en el agitado y apasionante siglo XVI. Superando las imágenes estereotipadas sobre santa Teresa, superando igualmente unas cuantas frases que siempre se le atribuyen (aunque sean más leyenda que realidad) y los tópicos al uso con los que se suele ensalzar: “rebelde”, “adelantada a su tiempo”, “feminista”, etc., tópicos que responden más a nuestras proyecciones mentales que a la realidad de lo que ella fue –junto con tantos otros santos del Siglo de Oro–.

Para ello servirán conferencias y charlas formativas, libros sencillos al alcance de todos, exposiciones, películas y documentales que luego, en grupos, se puedan comentar. Así se conocerá su biografía, se adentrará en su carácter y vocación, situándola en el contexto histórico de la Iglesia en el siglo XVI, una Iglesia que se reforma y que evangeliza con fuerza, con muchos núcleos y fermentos de espiritualidad y santidad. Al verla cercana y concreta, se valorará más cómo la Gracia de Dios la fue modelando y, al mismo tiempo, puede despertar el deseo de santidad, vocación bautismal por excelencia, mirando a una santa conocida y cercana, que tuvo que vencer muchas resistencias interiores.

Beber del magisterio teresiano: El Año jubilar se presenta como una ocasión afortunada para difundir su amplio magisterio sobre la vida cristiana y la vida interior. No basta festejarla a ella, ni basta tampoco conocer su vida y situarla en la historia como un personaje destacado más, sino dejar que ella siga siendo Maestra y Doctora por los caminos de lo interior.

Así, a lo largo del Año jubilar, su magisterio debe difundirse: primero con libros de divulgación, con la edición comentada de sus obras que van ayudando al lector a entender mejor; segundo, con conferencias, charlas, retiros mensuales (a sacerdotes, a religiosos y religiosas, a los fieles en las parroquias) iniciando en la vida de oración que enseña santa Teresa; en tercer lugar, siendo sus obras, o sus principales puntos doctrinales, objeto de trabajo y estudio en catequesis de adultos, grupos de formación, cenáculos de oración, etc…

Tenemos una asignatura pendiente: Juan Pablo II, trazando el plan pastoral para el inicio del tercer milenio, marcaba la oración y la pedagogía de la oración como prioridad en las parroquias y comunidades cristianas: “Hace falta, pues, que la educación en la oración se convierta de alguna manera en un punto determinante de toda programación pastoral” (Carta Novo millennio ineunte, 34; cf. nn. 32-34). Esta asignatura pendiente podría aprobarse con buena nota –¡hasta con matrícula de honor!– si acogemos todo lo que significa celebrar un Año jubilar teresiano. Sobra activismo y falta mística; sobra pelagianismo pastoral y falta oración y gracia.

¡Aprovechemos el Año jubilar! Multiplíquense los discípulos de tan buena Maestra y, como ella, pasemos la puerta del castillo interior avanzando hacia la morada principal, donde ocurren “las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma” (1M 1,4). ¡Qué buen fruto sería para este Año jubilar…!

Javier Sánchez Martínez, pbro. Diócesis de Córdoba

Evangelio Domingo de Pentecostés


Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
–«Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
–«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. »
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
–«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. »

 Palabra del Señor

Sobre la marcha de la Hermana Amparo a un nuevo destino


Nota Informativa a la feligresía de Lugones sobre el traslado de la Hermana Amparo

Queridos Feligreses:

Los pasados días 25, 26 y 27 de abril visitaron la Comunidad de religiosas del Santo Ángel de nuestra Parroquia la Superiora General Hermana Petra Donoso y la Superiora Provincial Hermana Blanca García de dicha Congregación.

Como es propio de toda familia religiosa sus superioras visitan cada Casa tratando de acompañar a las personas que forma dicha Comunidad y entrevistándose individualmente con todas las personas que la forman. Tras haber escuchado a toda la comunidad,  las superioras,  buscando siempre la decisión más acorde para cada lugar y circunstancia, toman algunas decisiones. A esto se le conoce como Visita Canónica. El Código de Derecho Canónico en el Canon 628 dice:

§ 1.Los superiores designados para esta función por el derecho propio del Instituto, visitarán en los momentos establecidos las casas  y a los miembros encomendados a su cuidado, según las prescripciones del mismo derecho propio.

Finalizada la visita se nos comunicó que la Hermana Amparo Alonso Gonzalez, ante las condiciones de su mermada salud, sería trasladada a la Comunidad Madre Serafina, ubicada en el barrio de San Lázaro de Oviedo dónde la Congregación cuenta con una Casa acondicionada para atender a las monjas enfermas y mayores.

Aclaramos, así mismo, que el homenaje que a Sor Amparo le rendimos desde la Parroquia  en el pasado mes de marzo, nada tenía que ver con este cambio que hoy se hace público, sino que ha sido designio de la Providencia Divina que así ha dispuesto las cosas.

El jueves día 21 de Mayo Sor Amparo dejaba Lugones para partir hacia Oviedo; se hizo de forma discreta como ella misma así lo quiso. La distancia es corta, más el cambio grande. Por ello os invitamos a todos a orar al Señor especialmente por ella, para que se encuentre en su nuevo destino como en la Betania que el Señor se encontró en Casa de Marta y María.

Damos gracias a Dios por estos 15 años de entrega total y absoluta a la vida pastoral de nuestra Parroquia donde esta entrañable mujer ha dado todo lo mejor de sí misma como catequista de niños, ministra extraordinaria de la comunión, visitadora de enfermos, animadora de los cantos litúrgicos y lectora, y tantas otras tareas que con mucho amor y discreción supo llevar adelante.

Joaquín Manuel Serrano Vila, Párroco 
Lugones a 23/05/2015

Carta semanal del Sr. Arzobispo


No se han presentado a los comicios, pero han sido elegidos. La candidatura tiene si­glas emergentes que nunca menguan en el afán ni en el destino para aquello para lo que fue creada. La elección es directa, no ha habido campaña previa ni se ha invertido un cén­timo en propaganda electoral. Es lista única personal e intransferible, y to­dos figuran como cabeza sin rivalidad alguna. No se volverán a presentar porque el mandato de su enco­mienda no caduca jamás.

Esta descripción podría parecer una especie de bicoca extraterrestre precisamente en estos días en los que estamos en asuntos de urnas en el horizonte inmediato. Puede que se haya despertado la curiosidad del nombre de esa extraña formación que aglutina se­mejantes bondades o que pretende in extremisvendernos su milonga arregla-todo. Pero estos elegidos son distintos: por quien les elige, por aquello para lo cual han sido elegidos, y por su ligero equipaje que les permite ser libres y llegar al mundo.

Me estoy refiriendo a los cuatro buenos hermanos que el domingo que viene, fiesta de Pentecostés, tendré la alegría de ordenar sacerdotes para siempre en la Catedral de Oviedo. Toda una bendición para nuestra Archidiócesis asturiana, un inmerecido regalo con el que Dios sale al encuentro de nuestra pobreza como cuando llega al Seminario un joven llamado a seguir a Jesús en este sagrado ministerio.

Toda una historia que tiene la edad de cada uno de ellos y los nombres y luga­res por donde han transcurrido sus pesadillas y sus sueños, sus gracias y sus tropiezos, se concentra en esa tarde de domingo para decir como nunca antes y para siempre jamás, su más sincero­ y rendido “Tú lo sabes todo, Tú sabes que te quiero” a Cristo que les llama, les consa­gra­ y les envía. Sólo saben esto y sin embargo les basta, como quien queriendo de veras enamoradamente se arriesga dulcemente a lo no escrito todavía, rubricando con la fidelidad de cada instante lo que pueda ir llegando en la salud o enfermedad, en la pena o alegría, poniendo así fecha y lugar cotidianamente a todo cuanto está por estrenar.

En sus labios el Señor pondrá su palabra como grito que denuncia con coraje o susurro que con dulzura anuncia. En sus manos Dios repartirá lo que no han amasado ellas pero que Él quiere regalar con la gratuidad de la gracia misma. Y sus corazones latirán los amores que no engañan, ni se turbian, ni se amañan, para que tenga en ellos cabida Dios amado sobre todas las cosas y cuanto el propio Corazón de Dios ama. Su tiempo estará marcado por las horas de un reloj sin horarios de pereza y su entrega tendrá el secreto del amor incondicional que no sabe de reservas.

Siempre conmueve ver a un misacantano que en la mocedad de su ilusión, tenga la edad que tenga, se atreve a decir sí y para siempre al Señor que le llama a abrazar su misma misión, a compartir la pasión y la gloria que le embargan, a buscar su Rostro cada mañana, a estremecerse escuchando su Palabra, y a rendir adoración a su Presencia con las rodillas del alma. El sacerdote que dice en el altar las palabras de Jesús en la última Cena, “tomad, esto es mi cuerpo”, debe decir en el altar de todas las encrucijadas humanas, mirando a los hermanos que la Iglesia le confía: tomad mi tiempo­, mi ilusión, mi entrega… dando así la vida por ellos.

Han sido elegidos. Tenemos cuatro nuevos sacerdotes que contarán fielmente lo que han visto y oído en la entraña del Maestro, que han dejado sus redes aceptando ser pastores de sus hermanos aprendiendo de Jesús, el Pastor Bueno. A todos, enhorabuena


+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

Noticias Iglesia en España


Mons. Celso Morga Iruzubieta, nuevo arzobispo de Mérida-Badajoz

La Nunciatura Apostólica en España comunica a la Conferencia Episcopal Española (CEE) que a las 12.00 h. de hoy, jueves 21 de mayo, la Santa Sede ha hecho público que el Papa Francisco ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis de Mérida-Badajoz presentada por Mons. Santiago García Aracil en conformidad con el canon 401, párrafo 1, del Código de Derecho Canónico.

Le sucede como arzobispo metropolitano en dicha sede, en conformidad con el canon 409, párrafo 1, Mons. D. Celso Morga Iruzubieta, quien fue nombrado arzobispo coadjutor de Mérida-Badajoz el 8 de octubre de 2014 y tomó posesión el 15 de noviembre.

Mons. Morga es arzobispo coadjutor desde noviembre de 2014

Mons. Celso Morga Iruzubieta nació en Huércanos, La Rioja, el 28 de enero de 1948. Completó sus estudios eclesiásticos en el Seminario diocesano de Logroño y fue ordenado sacerdote el 24 de junio de 1972. Posteriormente,cursó la licenciatura en Derecho Canónico en la Universidad de Navarra, donde obtuvo el Doctorado en 1978.

Más tarde desarrolló su labor pastoral en diversas parroquias de La Rioja y fue vicario judicial adjunto del Tribunal Diocesano entre 1974 y 1980. Ese año se trasladó a Córdoba (Argentina) para impartir la docencia de Derecho Canónico en el Seminario Archidiocesano. También ejerció de juez en el Tribunal Eclesiástico y de capellán de un Colegio religioso.

A su regreso a España en 1984, le nombraron párroco de San Miguel, en Logroño, y en 1987 fue llamado a Roma para trabajar en la Congregación para el Clero, el dicasterio vaticano que se ocupa de los asuntos que se refieren a la vida y ministerio de 400.000 sacerdotes católicos en todo el mundo. Allí ha trabajado de jefe de Sección y, desde noviembre de 2009, de subsecretario, cargo que ha ocupado hasta su nombramiento de secretario y Arzobispo titular de Alba Marítima, siendo ordenado obispo por el Papa Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro el día 5 de febrero de 2011.

Además de su responsabilidad en la Curia Romana, Mons. Celso Morga ha desarrollado una intensa labor pastoral en diversas parroquias de la capital italiana, entre ellas la parroquia de los Santos Protomártires Romanos. Es autor de algunos libros de teología espiritual y ha publicado varios trabajos sobre la vida y el ministerio de los sacerdotes, en L'Osservatore Romano y otras revistas.

En la Conferencia Episcopal española es miembro, desde noviembre de 2014, de la Comisión Episcopal del Clero.

Mons. García Aracil, Arzobispo de Mérida-Badajoz desde 2004

Mons. Santiago García Aracil nació el 8 de mayo de 1940 en Valencia. Recibió la ordenación sacerdotal el 21 de septiembre de 1963. Es Licenciado en Teología por la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia (1976).

El 27 de diciembre de 1984 fue ordenado obispo auxiliar de Valencia, cargo que desempeñó hasta 1988. Ese año fue nombrado obispo de Jaén. El 9 de julio de 2004, el papa Juan Pablo II le nombró arzobispo de Mérida-Badajoz, de la que tomó posesión el 4 de septiembre de 2004.

En la CEE es miembro de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social desde marzo de 2014.

Canon 401, párrafo 1

Al Obispo diocesano que haya cumplido setenta y cinco años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al Sumo Pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias.

Canon 409, párrafo 1

Al quedar vacante la Sede episcopal, el Obispo coadjutor pasa inmediatamente a ser Obispo de la diócesis para la que fue nombrado, con tal de que hubiera tomado ya legítimamente posesión.

Ofrenda Floral


Sábado día 30

A las 19:25 Ofrenda floral a la Virgen de la Visitación

*Las personas que no puedan asistir a esta hora pueden igualmente llevar su flor o flores a lo largo del día.

lunes, 18 de mayo de 2015

Peregrinación Mariana al Santuario de la Virgen del Otero (Laviana)


Día:
Domingo 31 de Mayo

Hora : a las 17:00

Lugar de salida: Calle de la Iglesia (Lugones)

¿Que haremos allí?

1. Oración ante la Virgen del Otero

2. Paseo por la villa de Pola de Laviana

3. Merienda en familia 

Interesados Apuntarse en Sacristía 

Una castaña no es un castaño, ¿y qué?


Los defensores del aborto no dejan de bucear en los argumentos. Los defensores del aborto, algunos de ellos, son personas inteligentes. Yo, desde luego, no creo que sean menos inteligentes que yo. Es decir, pienso que son, en general, personas normales, como creo que lo soy yo.

Suelen extrapolar, los defensores del aborto, la diferencia aristotélica entre acto y potencia. Y es una buena distinción. La sustancia, lo que es, tiene capacidades o posibilidades de llegar a ser lo que aún no es de modo manifiesto. Por ejemplo, un niño no es, en acto, un adulto, pero puede llegar a serlo. Tiene la capacidad de llegar a serlo.

La potencia es un no ser relativo. Aún no es lo que puede ser, pero puede llegar a serlo. Pero hasta la potencialidad de una sustancia viene determinada por la naturaleza de esa sustancia. Una castaña puede llegar a ser un castaño, es verdad; pero no puede llegar a ser una ballena.

Pero el problema es que los defensores del aborto se fijen muy poco en lo sustancial. Se fijan en que una sustancia, una realidad, pueda cambiar, evolucionar. Pero no se detienen en lo que la sustancia es, sea en potencia o en acto.

A mí casi me da lo mismo, sustancialmente, tirar a la basura una castaña o talar un castaño. Sustancialmente, no hay cambio. Aunque sea deplorable cortar un castaño. Claro que es una pena talar un castaño y, sin embargo, carece de gravedad deshacerse de una castaña. Por muy malo que sea, y creo que lo es, talar un castaño, es solo eso: talar un castaño. Una castaña aún no es, y puede no llegar a serlo, un castaño. Tirar una castaña no daña el universo de los árboles. Talar un castaño, quizá sí, pero no necesariamente. Pero sin castañas no habría castaños.

En el aborto, la comparación flaquea. Claro que hay cambio, claro que hay paso de la potencia al acto, entre un embrión y un hombre adulto. Pero, en este caso, lo importante no es el cambio, sino la sustancia.

¿Hay cambio? Sí. Pero una semilla de lechuga no se convierte en un gato. Hay cambio, pero en la continuidad. Si hablamos de un ser humano, lo sustancial es que es humano. ¿Cambia? Sin duda. Puede llegar a ser un niño, un adolescente, un joven, un adulto o un anciano. Pero sustancialmente llegará a ser, tiene la potencialidad de llegar a ser, lo que básicamente es desde el comienzo: un ser humano.

El problema radica en si empezamos a distinguir cuándo sí y cuándo no el ser humano es digno de respeto. ¿Cuándo es feto es digno de respeto? Si se dice que “depende” cabría preguntar, de nuevo: ¿Y de niño?. Si se vuelve a decir que “depende”, la pregunta se puede volver a formular: ¿De adolescente, de adulto, de anciano?

Una castaña no es un castaño. Pero una castaña y un castaño comparten naturaleza. Un embrión humano no es un anciano, pero un embrión humano y un anciano comparten naturaleza: la naturaleza humana. Y no de modo genérico, sino individualizada. Es decir, son personas humanas. Nos guste más o menos reconocerlo.

¿Dónde están los límites? ¿No vale nada el ser humano?. ¿Somos los seres humanos, en potencia de ser inhumanos, los jueces que podemos decidir cuándo un ser humano vale y cuándo no?

Si no defendemos la dignidad de lo humano, el paso de la potencia al acto servirá para justificarlo todo. Quizá nunca seremos, si le interesa a quien manda, lo suficientemente dignos de ser protegidos. Quizá nos quedaremos en potencia de algo, en meras castañas, sin llegar a ser castaños, sin llegar a ser reconocidos como personas. El que paga, manda.

Guillermo Juan Morado.

sábado, 16 de mayo de 2015

Evangelio Domingo VII de Pascua – Ciclo B La Ascensión del Señor


Lectura del santo Evangelio según San Marcos 16, 15-20

En aquel tiempo se apareció Jesús a los once, y les dijo:

–Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado.
A los que crean, les acompañaran estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos.
El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba la Palabra con los signos que los acompañaban.

Palabra del Señor

El Obispo de Córdoba pide que las Primeras Comuniones se centren en Jesucristo


Demetrio Fernández ha dedicado su última carta pastoral a esta fiesta cristiana que se celebra durante los fines de semana del mes de mayo.

Los niños y niñas de primera comunión tienen siempre la misma edad, los que vamos pasando somos nosotros, sobre los que va recayendo el peso de los años. Pero los niños de primera comunión representan esa eterna infancia llena de inocencia, de ternura, de alegría, presente en el rostro de tantos niños y niñas, que vemos estos días vestidos de primera comunión.

Se trata de un momento feliz en la vida de cada uno de los cristianos, por otra parte inolvidable, como otras experiencias fuertes que vivimos en la infancia. El momento de la primera comunión, con sus antecedentes y consiguientes, es un momento de gracia especial por parte de Dios en la edad temprana de nuestra vida. Podemos decir que Dios se vuelca sobre cada uno de estos niños y niñas para hacerles entender que Él siempre nos ama, que es bueno con nosotros, que está siempre dispuesto a perdonarnos, que nos quiere hacer felices en la vida terrena y en el cielo para siempre.

Los niños lo viven y lo creen sin especiales dificultades. Es de mayores cuando surgen las dificultades y cuando incluso pueden oscurecerse estas vivencias. Pero la referencia a aquella experiencia feliz de la primera comunión ha redimido a muchas personas a lo largo de su vida de adultos. De ahí la importancia de vivir bien esa experiencia de la primera comunión.


Adjuntamos aqui la Carta:

Los niños y niñas de primera comunión tienen siempre la misma edad, los que vamos pasando somos nosotros, sobre los que va recayendo el peso de los años. Pero los niños de primera comunión representan esa eterna infancia llena de inocencia, de ternura, de alegría, presente en el rostro de tantos niños y niñas, que vemos estos días vestidos de primera comunión.

Se trata de un momento feliz en la vida de cada uno de los cristianos, por otra parte inolvidable, como otras experiencias fuertes que vivimos en la infancia. El momento de la primera comunión, con sus antecedentes y consiguientes, es un momento de gracia especial por parte de Dios en la edad temprana de nuestra vida. Podemos decir que Dios se vuelca sobre cada uno de estos niños y niñas para hacerles entender que Él siempre nos ama, que es bueno con nosotros, que está siempre dispuesto a perdonarnos, que nos quiere hacer felices en la vida terrena y en el cielo para siempre.

Los niños lo viven y lo creen sin especiales dificultades. Es de mayores cuando surgen las dificultades y cuando incluso pueden  oscurecerse estas vivencias. Pero la referencia a aquella experiencia feliz de la primera comunión ha redimido a muchas personas a lo largo de su vida de adultos. De ahí la importancia de vivir bien esa experiencia de la primera comunión.

A lo largo de mi vida pastoral me he encontrado con casos muy llamativos de personas que habían dejado casi totalmente toda práctica religiosa a lo largo de su vida y que incluso habían mostrado su actitud contraria a lo religioso, y ante una enfermedad inesperada o ante una desgracia de cualquier tipo, han reaccionado conectando con aquella experiencia de la primera comunión, reseteando su vida y centrándola en lo verdaderamente importante. Fueron felices con Dios, conocieron a Jesús, se sintieron hijos de su buena Madre, y, llegada la hora de la verdad, quieren conectar  con aquella felicidad vivida en la primera comunión, que nadie pudo darles nunca.

Por eso es importante que los mayores, sobre todo los padres, los catequistas, los sacerdotes y todos los que rodeamos a los niños de primera comunión les ayudemos a vivir una experiencia feliz centrada en Jesucristo, como el mejor de los amigos, que nos introduce en la vida de Dios para siempre. En primer lugar, dejándonos evangelizar por estos niños y niñas. Es verdad lo que ellos sienten, es verdad que Dios es amigo, es verdad que Jesús me quiere, es verdad que María nuestra madre cuida de nosotros. No hemos de vivir en el entorno de estos niños “como si” todo eso fuera verdad, sino vivirlo de verdad, como lo viven ellos. Sin prejuicios, sin ideologías que matan nuestra inocencia, sin pretextos que retardan nuestra respuesta.

Por otra parte, no hemos de convertir la primera comunión en una simple fiesta social o de familia. Es bueno encontrarse, compartir esa alegría entre toda la familia. Pero la mejor manera de ayudar a estos niños es entrar en la verdad de lo que celebramos. Es decir, el mejor regalo para estos niños es que sus padres y todos los que acuden a la primera comunión comulguen el Cuerpo del Señor, habiendo hecho una sincera confesión fruto de una sincera conversión. Los adultos hemos de evitar atiborrar a los niños con regalos, que incluso a ellos no les interesan. El mejor regalo, el único insustituible es Jesús y ninguna otra cosa debiera distraer en este día la atención de los niños. Vendrán otras ocasiones en que podremos tener algún detalle, pero no hagamos víctimas a estos niños de una sociedad de consumo que nos asfixia y puede asfixiar en ellos la preciosa experiencia de la primera comunión. Y, por último, enseñemos a estos niños a compartir: a compartir su fe en Jesús con otros niños, de manera que se hagan misioneros (no proselitistas) ya desde la infancia; a compartir su alegría con otros niños que viven en condiciones de pobreza extrema, y a veces no lejos de nosotros. A los niños no se les hace difícil todo esto, hagamos un esfuerzo los mayores para entrar en la órbita feliz de los niños de primera comunión. Dios quiere que la primera comunión de un niño o niña sea una ocasión de gracia para todos los que le rodean.

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba.

La carta del sacerdote Jesús Muñoz antes de morir aún «hace mucho bien», evocan sus compañeros



(Religión en libertad)
Tu es sacerdos in aeternum [Eres sacerdote para toda la eternidad], dicen los Salmos (110 [109], 4) y recoge la liturgia de la Iglesia. Así que cuando el pasado jueves se celebró en el seminario de Toledo la festividad de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español (se adelantó la festividad al coincidir el 10 de mayo en domingo), al recordar a quienes celebraban las bodas de plata sacerdotales se hizo mención de Jesús Muñoz, fallecido en 1998, quien en 2015 habría cumplido 25 años como alter Christus [otro Cristo], pues fue ordenado en 1990.

Jesús Muñoz fue un cura de la diócesis de Toledo que murió en Coria el 7 de septiembre de 1998, con sólo 32 años, a consecuencia de un cáncer. Poco antes de ese momento escribió una carta que circuló mucho y que todavía hoy "hace mucho bien", recuerda uno de sus compañeros de seminario, José María Alsina Casanova, quien evoca sus últimos instantes: "Cuando enfermó pude visitarle en una ocasión en la casa que les habían dejado a su familia en Pamplona para su tratamiento médico. Me lo encontré muy deteriorado por la enfermedad y a la vez vi en él a un sacerdote lleno de caridad y ´transformado´ por Cristo".

Fue una percepción común en cuantos le vieron en esas fechas. "Tuve la suerte de conocerle los dos últimos años de su vida", cuenta Gabriel, un amigo personal de su hermano Javier: "La muerte de Jesús, su sufrimiento y sus dolores fueron y son, para los que le conocimos, una gran esperanza y un gran apoyo. Su testimonio nos ha marcado para el resto de nuestras vidas y jamás podremos olvidarle".


El mensaje postrero de Jesús Muñoz sigue produciendo grandes beneficios espirituales: "Ayer en la oración la volví a leer", explica el padre Alsina, "y di gracias a Dios por el sacerdocio de Jesús Muñoz y le pedí para que desde el cielo nos ayude a ser de verdad ´sacerdotes´ y y para que por su intercesión muchos jóvenes sigan respondiendo a la llamada de Cristo al sacerdocio".

Carta del sacerdote Jesús Muñoz poco antes de morir
En primer lugar, permitidme que me presente: me llamo Jesús Muñoz 32 años y soy sacerdote católico de la diócesis de Toledo, España. En el año 1996 estuve de misionero en Bolivia como catequista itinerante de la Comunidades Neocatecumenales.

Al volver a España para descansar y tener unas vacaciones me diagnosticaron un cáncer colo-rectal con metástasis hepática.

He sido sometido a varias operaciones: me extirparon el ano, el recto y 30 cm del colon, y me hicieron un ano artificial. Posteriormente me quitaron una cuarta parte del hígado. También he sido sometido a otras operaciones de menor consideración. He sido sometido a tratamiento de radioterapia y actualmente estoy en tratamiento con quimioterapia.

Llevo ya tanto tiempo que el cuerpo se deteriora y por esta razón no puedo viajar, ni muchas veces salir de casa. Bueno, aunque es aceptable mi calidad de vida, varía mucho de mes en mes e incluso de día a día. Nunca es igual, es imprevisible cómo me voy a encontrar a la mañana siguiente. Es un misterio.

El sufrimiento es un misterio que solamente desde la fe se ilumina.

El tiempo pasado en Bolivia fue fantástico. De niño siempre quise ir a las misiones y el Señor me lo ha concedido. Fue un tiempo de renovación sacerdotal, pues yo era un "burgués". No me preocupaba de nada, salvo de mí mismo. Sin santidad, sin intimidad con el Señor ni con su Palabra, sin oración asidua. Muy despreocupado por la liturgia y por quien me tocaba pastorear. No era capaz de morir por nadie. Pero aparecía ante los feligreses como muy trabajador, preocupado por las cosas, buen cura, humilde... Mentira todo. Pues soy un egoísta y un orgulloso, que sólo me busco a mí en lo que hago. Un cura de pueblo que sólo hace cosas; pero no lleva el Evangelio a su pueblo. Y apegado al dinero, pues lo último que hice antes de salir para Bolivia fue dar clases en un instituto de enseñanza secundaria y tener una nómina abultada. Pues el mayor peligro para un cura es el dinero -también para cualquier cristiano-. "Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero" (1 Tm 6,10)

Pero los milagros que he visto en la evangelización y sobre todo mi equipo de evangelización me ayudaron mucho. Me corrigieron a tiempo. Siempre con cariño o, mejor aún, con amor evangélico. No siempre recibía las correcciones con agrado: mi egoísmo y el ser educado para ser el primero en todo, y un líder como cura, se manifestaba con toda claridad.

Ciertamente que les estoy muy agradecido, ha sido un segundo seminario de formación. Una regeneración sacerdotal.

En definitiva tener que pasar por la puerta de la humildad, la cual yo rehusaba. Ver mis pecados con una claridad que antes me estaba velada. Y rezaba al Señor que si yo era un lastre para la evangelización, que si iba a añadir problemas a los que ya había en la misión que me retirase de ella. ¡Y cómo lo hizo! El Señor también me lo concedió.

El Señor siempre me ha concedido lo que le he pedido de todo corazón. El siempre se abaja para escuchar al afligido y al atribulado, y a la oveja perdida siempre la trata con mayores entrañas de misericordia.

Dios siempre provee, no deja solo al desvalido, siempre abre puertas allí donde parece que se cierran.

La experiencia del sufrimiento es un misterio. En el postoperatorio, aunque estaba sedado con morfina, recuerdo que en una ocasión desperté y miré el crucifijo que tenía delante, miré a Jesucristo y le decía que estábamos iguales: con el cuerpo abierto, con los huesos doloridos, solos ante el sufrimiento, abandonados, en la cruz... Yo me fijé en mí y me rebelé. No lo entendía. Dios me había abandonado. No me quería. Y de pronto recordé las palabras que desde el cielo Dios-Padre pronuncia refiriéndose a Jesucristo el día del bautismo y posteriormente en el Tabor: "Este es mi Hijo amado", "mi Predilecto". Y el Hijo amado de Dios estaba colgado frente a mí en la cruz. El amor de Dios, crucificado. El Hijo en medio de un sufrimiento inhumano.

Entonces reflexioné: si me encuentro en la misma situación que Él, entonces yo también soy el hijo amado y predilecto de Dios. Y dejé de rebelarme. Y entré en el descanso. Y vi el Amor de Dios.

La razón humana no encuentra sentido al sufrimiento, no tiene lógica. Solo mirando al Crucificado el hombre entra en la paz que el sufrimiento le ha robado. Pues con el dolor y el sufrimiento el hombre pierde la capacidad de razonar y la voluntad. Y ya está perdido, le han vencido. Ha dejado de ser hombre; pero el sufrimiento y la resurrección de Cristo nos ha hecho hombres nuevos.

Y, también, ¡cuánto me han consolado las palabras del Siervo de Yahvé: "Varón de dolores, conocedor de todos los quebrantos". ¡NO! No estoy solo en la cruz. Doy gracias a la Iglesia por el don tan inmenso de la fe. Sólo la fe tiene respuestas a los interrogantes del hombre.

Recuerdo igualmente algunas frases de los salmos que he meditado y qué bien me han hecho: "Me estuvo bien el sufrir", "hasta que no sufrí estuve perdido".

Aunque también es cierto que, ¡cuántas veces he llorado en el silencio de la cama cuando llegan los dolores y el sufrimiento, y al ver que llega el final de los días! Y aparece como una desesperanza; aunque yo rápidamente digo "todo sea por la evangelización". ¡Por la evangelización! Aunque, a veces, ese "todo" resulta una carga dura y pesada.

Al igual que en la clínica, he colocado un icono de la Virgen enfrente de mi cama, pues quiero morir mirándola a ella. Y quiero morir sin agonía, sin lucha, sino entregándome como ella me ha entregado a su Hijo.

Actualmente mi enfermedad se agrava: tengo tumores en el hígado y en el hueso sacro. Es decir, la metástasis comienza a extenderse; aunque con la quimioterapia parece que la retienen un poco. De todos modos los médicos me han pronosticado que no viviré más de un año, dos a lo sumo. Pido a Dios tener una calidad de vida lo suficientemente aceptable como para evangelizar desde mi situación.

Me siento como una barca varada en la orilla del lago de Tiberiades. Ya no saldrá más a pescar; pero tengo la esperanza de que Cristo también suba a ella para proclamar desde allí la Buena Nueva a la muchedumbre. Esta es ahora mi misión: ser barca varada, púlpito de Jesucristo.

Veo que este tiempo es un Adviento particular que el Señor me regala para prepararme al encuentro con el "novio" y tener las lámparas preparadas con un aceite nuevo, y así poder entrar al banquete de bodas. Es un don el poseer el aceite de Jesucristo, que fortifica mis miembros para la dura lucha de la fe en el sufrimiento, me ilumina la historia que está haciendo conmigo, y me asegura poseer el Espíritu Santo, como arras del Reino de los Cielos.

Ciertamente nadie sabe ni el día ni la hora de la muerte. Es vivir de la esperanza. De esto se reflexionará en toda la Iglesia: sobre la virtud de la esperanza. Y sobre el espíritu que nos hace decir ¡Abba! [¡Padre!].

Pero, a veces, creo que pierdo el tiempo, que podría hacer más cosas, orar más, tener más intimidad con el Señor, y otras veces la enfermedad no me deja hacer más. ¿Será que sólo tengo que sufrir: purificarme, convertirme, evangelizar desde el silencio? A esto me está ayudando la lectura de las obras de Santa Teresita del Niño Jesús y he vuelto a releer la Salvifici Doloris del Papa Juan Pablo II.

Lo más importante es esta fe, vidida en régimen de pequeñas comunidades, en donde la lectura de la Palabra de Dios ilumina el sentido de mi vida, en donde se dan signos de unidad y amor.

jueves, 14 de mayo de 2015

Carta Semanal del Sr. Arzobispo


Haciendo una Iglesia por la cara

Vamos caminando de tramo en tramo en las distintas etapas que la vida nos brinda, según las estaciones que llenan de frío invernal, de brotes primaverales, de estíos agostadores o de otoñales nostalgias. En cada circunstancia nos encontramos con los retos que desafían nuestra identidad cristiana. Y siempre nos puede acontecer que la dureza del camino termine endureciéndonos el alma. Son tantas las escenas inhumanas que a diario hemos de ver, o escuchar, tanto en el gran escenario del mundo como en el pequeño patio de nuestra casa particular, que acaso nos protegemos parapetándonos en nuestro refugio o trinchera: la indiferencia, la huida, la inhibición, llegan a veces a ser una coraza impenetrable para sacudirnos el reclamo que se nos hace desde heridas y gritos de una humanidad demasiado dolida, confusa y abusada.

Los cristianos estamos llamados a ser en un mundo así el recordatorio viviente de la ternura de Dios, que se nos manifestó en su Hijo como la más bella parábola de misericordia. No es el Dios justiciero y vengativo, el gran gendarme que nos vigila para multarnos y detenernos, sino quien viene a nuestro encuentro esperándonos cada mañana que volvamos de nuestro penúltimo devaneo que nos enfrenta y nos desangra.

El Papa Francisco acaba de convocar un año santo de la misericordia para dentro de unos meses, y en él nos invita a ser ese rostro misericordioso como Iglesia. Ser signo de esa entraña que dibuja el corazón del mismo Dios. Dice el Santo Padre que “la Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona… Es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre... Por tanto, donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia” (Misericordiae vultus, 12).

Es un texto precioso que nos emplaza precisamente a manifestar ese rostro lleno de la bondad paciente con el que nos contempla Dios. No en vano este año se nos ha dado como lema para celebrar la Jornada de la Iglesia Diocesana esta misma impronta que nos debe hacer pensar y revisarnos sobre el testimonio que, de hecho, estamos dando hacia dentro y hacia fuera la comunidad cristiana: “Construyamos una Iglesia signo de la misericordia de Dios”.

No significa esto que podamos descuidar o transgredir lo que somos como hijos de Dios e hijos de la Iglesia, y que la larga tradición de una historia a la que pertenecemos nos viene siempre a recordar y comprometer. Pero acaso estemos expresando y exigiéndonos esa misma identidad, de un modo duro e implacable que al final se torna rígido e impecable traicionando la imagen de ese divino rostro que en el nuestro se debería transparentar.

Nuestra Diócesis busca en las cosas concretas esa cercanía solidaria de quien quiere estar al lado de los más necesitados sea cual sea su carencia, sus heridas o su menesterosidad. La lista es inmensa, como es larga la fila de quienes necesitan en su vida una palabra, un gesto y un mensaje que les posibilite la esperanza y les devuelva la alegría. Esta es la encomienda y a esto se nos llama.


+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

Trincheras eclesiales


La semana pasada una mujer de una parroquia de Cartagena incendió las redes sociales con una carta en la que, indignada por la actitud de su párroco, se mostraba desencantada y señalaba que, puesto que, como persona divorciada y vuelta a casar, no podía comulgar en la celebración de la primera comunión de su hija, tampoco pensaba hacer ningún donativo a la Iglesia. Su carta era la respuesta a una circular con indicaciones relacionadas con la celebración que el párroco había entregado a las familias. En ella se incluía el recordatorio de dicha prohibición junto a una invitación a hacer un donativo en la medida de las posibilidades de las personas. La noticia voló. Al día siguiente, como suele ocurrir, el veredicto de la opinión pública aparecía escindido en dos tipos de discursos.

Discurso a. Quienes apoyaban a la mujer, y criticaban a esta iglesia anclada en formas, modos, normas y reglas que no se corresponden con la realidad. De paso se aprovechaba para lanzar perlas contra el clericalismo, y por supuesto, contra el afán recaudatorio de la Iglesia.

Discurso b. Quienes se alinearon con el párroco porque consideran que lo único que hace es cumplir la doctrina tal y como está. Aprovechaban para lanzar pullas contra esos otros curas que, por comodidad o por 'buenismo' (una palabra que se utiliza para descalificar la bondad ajena sin cuestionarse la dureza propia) permiten en las celebraciones prácticas ajenas a la doctrina oficial de la Iglesia. Había discursos y comentarios en artículos en los que se descalificaba a la mujer como 'adúltera', y se hablaba de la salvación o condenación del que comulga sin estar en situación regular y otras perlas.

Así que aquí va un intento de aportación (o discurso c), que normalmente, en esta sociedad de polaridades y veredictos cerrados, cuesta más, porque supone bandearse en el terreno de lo inseguro. El discurso c debería señalar que estamos en un momento en el que la misma iglesia está pensando sobre qué respuesta dar a las personas divorciadas que se han vuelto a casar, precisamente porque se sabe que cada historia es diferente, y el fracaso en un proyecto de amor de pareja puede ser consecuencia de situaciones muy diversas. De esto, entre otras cosas, trata el sínodo de la familia. Y ahí hay una interesante reflexión, iniciada por el cardenal Kasper, sobre la posibilidad de un proceso de reconciliación personal de personas que hayan fracasado en un primer proyecto matrimonial. También debería señalarse que probablemente cada caso debería poder tratarse en un contexto de acompañamiento pastoral, más aún si va a implicar decisiones tan tajantes como comulgar o no comulgar. Es verdad que todo esto se mezcla, en el contexto pastoral de mayo, con el circo en que se terminan convirtiendo las primeras comuniones, y con la exigencia de personas que, muchas veces ajenas a la práctica y la vida cotidiana de las comunidades, sin embargo consideran, en el momento que ponen un pie en la iglesia, que tienen en el letra a poner sus propios requisitos, que para eso estamos.

Probablemente, el que haya gente más apegada a la letra de la doctrina y gente que, desde un talante pastoral intenta otras aproximaciones no debería ser motivo para que unos carguen contra otros, sino para que cada uno intente comprender qué valor tiene lo que hace el otro y por qué. Y la propia iglesia, plural, como siempre ha sido, que siga creciendo en esos contrastes. Desde luego, al final de lo que no se debería tratar es de convertir estas dificultades –reales y necesitadas de clarificación– en excusa para convertirnos en la iglesia de Pablo contra la iglesia de Cefas, contra la iglesia de Apolo. Que bastante turbulento está este mundo como para seguir llenándolo de muros y trincheras.

José María R. Olaizola sj

martes, 12 de mayo de 2015

Triduo a Nuestra Señora de Fátima en la Parroquia



ORACIÓN A LA VIRGEN DE FÁTIMA


Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria

Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Donativo a la parroquia por una boda. Algunos criterios


Empecemos por hacer distinciones. Si alguien decide casarse en una iglesia de las denominadas vulgarmente “de campanillas” y se encuentra con que le piden ya una señal por fijar la fecha y una pasta por la ceremonia, pues miren, sarna con gusto no pica.

Pero bueno, dejando eso a un lado, vamos a centrarnos en algo más normalito, una boda en la propia parroquia o en la de al lado. En esos casos no suele haber tasa fija, sino que simplemente se suele indicar a los novios que ofrezcan el donativo que consideren conveniente, aunque también se den casos en los que se pida una cantidad fija y por adelantado. ¿La razón? Pues la cantidad de veces que sucede que tras una boda los novios consideran adecuado un donativo de diez o veinte euros, o incluso ninguno…

Es que no deberían ni siquiera pedir el donativo… El problema es que las compañías de agua, gas y electricidad pasan los recibos igual, que la señora de la limpieza tiene su nómina y que de vez en cuando hay que reponer luces, pintar o quitar una gotera.

Dicho esto, algunos criterios para fijar el donativo a la parroquia que alguna vez he utilizado con parejas de novios:

- Pregunta en cualquier lugar que alquilen salones para eventos cuánto piden por una sala con capacidad para doscientas personas dos horas, con todos los servicios: luz, climatización, baños, limpieza y una persona de la empresa siempre presente. Pues la mitad.

- Otro criterio podría ser el 50 % de lo que cueste la coral

- Una tercera parte del gasto en fotos y video

- Tanto como el gasto en flores

- El precio de dos cubiertos en el cóctel y la cena posteriores

- Una cantidad equivalente al gasto en esos recuerdos de la boda que se reparten al final de la cena

- La mitad del precio del traje de la novia…

Oiga, oiga… ¿Y si una pareja no tiene dinero? Me siguen valiendo los criterios de antes. Si unos novios no pueden hacer ni siquiera una comida con los amigos, renuncian a fotos, música y flores, no hacen recuerditos y tanto el traje de la novia como el del novio con prestados, pues no tienen que aportar nada. Pero no suele ser el caso.

Jorge Glez. Guadalix

Nueva Iluminación de nuestro Templo Parroquial


Debido a lo emblemático de nuestro Templo Parroquial para los lugoninos, y por ser un edificio de “Especial Interés”, hemos realizado un acuerdo con el Ayuntamiento de Siero para su iluminación exterior durante la noche (excepto la torre, que ya viene siendo iluminada por la propia Parroquia desde 2011) lo cual redundará en su particular distinción y realce así como en la seguridad su entorno, en especial del parque anexo, de titularidad parroquial y cedido “en uso” al Ayuntamiento para disfrute de feligreses y vecinos.

sábado, 9 de mayo de 2015

Evangelio del Domingo VI de Pascua



Lectura del santo Evangelio según San Juan 15, 9-17

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:

–Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.

Palabra del Señor

viernes, 8 de mayo de 2015

Confirmación de 16 jóvenes


SÁBADO 9 DE MAYO 

A LAS 19.30 

CONFIRMACIONES EN NUESTRA PARROQUIA 



Itziar Quintana Barreiro

María Suarez Fernández

Cristina Feito Rada

Raquel Llames Parrondo

Mª Esther Suarez García

Rubén Díaz Alonso

Miguel Pérez Martínez

Celia Delgado Durán

Celia Barros García

Irene Pérez Díaz

Jorge López Menéndez

Samuel Alonso Miyares

Adriana Mallada Cancio

Cristina Pachenko Pachenko

Daniela Eraso Casas

Sofía Beuto da Silva


                                               

Intenciones de Misa Mayo 2015



Viernes, 01, Fiesta de San José Obrero-:
                                              Aniversario de Juan Jesús García Izquierdo

Sábado, 02: 09´00h. MARCHA DE JÓVENES A COVADONGA
               Misa 19´30h.: Por Pilar Manchado y Santiago Álvarez Manchado
                                       Por Ángeles González García
                                       Por Benigna Cuesta Cabal (en su 16º Aniversario) y Familia
                                       Por Dolores Menéndez Martínez
                                      EN EL CARBAYU: Por Juan Carlos García y Enedina González
           
Domingo, 03, 10´30h.: Por Familiares Difuntos de Martínez Manso
                        12´00h.: Por María Angelina González Gutiérrez
                                       Por Amparo Menéndez Amago y Alicia García Menéndez
                                       Por Graciana Romero Arés e Isabel Pereila Martín
                                       Por Angelina Pérez Rodríguez
                         13´15h.: PRIMERAS COMUNIONES PRIMER TURNO
       
Martes, 05: Por Pepe Barreiro
                    
Miércoles, 06: Por David, Valeriano y Aquilino, Sacerdotes

Jueves, 07: Por Pepe Barreiro
                 
Viernes, 08: Por José Manuel Pérez Alonso (en su 7º Aniversario)

Sábado, 09: A la Virgen de Covadonga en Acción de Gracias por “Bodas de Oro”
                     CONFIRMACIONES (Preside el Vicario Episcopal de Oviedo-Centro)
                     EN EL CARBAYU: Por Natividad Álvarez Infiesta y su esposo

Domingo, 10, 10´30h.: Por Evangelina Álvarez
                        12´00h.: Por Pepe Barreiro
                        13´15h.: PRIMERAS COMUNIONES SEGUNDO TURNO

Martes, 12: Por Pepe Luis, Isolina, Moraima, Toña y Lola

Miércoles, 13, NTRA. SRA. DE FÁTIMA: Por Chelín

Jueves, 14: Por Pepe Barreiro

Viernes, 15: Por Madre Mª Paz, Religosa

Sábado, 16: Por Santiago Pérez García, Sacerdote
                     EN EL CARBAYU: Por Pepita Fernández
                                                    Por Jesús Cuesta Río y su esposa

Domingo, 17, 10´30h.: Por Pepe Barreiro
                        12´00h.: Por Cecilio, Pablo y Basilio, Sacerdotes
                        13´15h.: PRIMERAS COMUNIONES TERCER TURNO

Martes, 19: Por Mercedes García

Miércoles, 20: Libre

Jueves, 21: Por Pepe Barreiro

Viernes, 22: Aniversario de José Manuel Iglesias Somohano
                  
Sábado, 23: Aniversario de Engracia
                     EN EL CARBAYU: Libre

Domingo, 24, 10´30h.: Libre
                        12´00h.: Libre
                        13´15h.: PRIMERAS COMUNIONES CUARTO y ULTIMO TURNO

Martes, 26: Por Pepe Barreiro

Miércoles, 27: Libre

Jueves, 28: Por Pepe Barreiro

Viernes, 29: Serafín y Jesusa García Álvarez

Sábado, 30: Libre
EN EL CARBAYU: Libre

Domingo, 31, 10´30h.: Libre

                        12´00h.: Por José Luis y José Pedrayes, Sacerdotes

Oramos por nuestros Curas que este año están de jubileo


Bodas de Oro (50 años de sacerdocio). Ordenados en 1965:

Rvdo. Sr. D. Jose Luis Alonso Tuñón, Delegado Episcopal de Religiosidad Popular y Párroco de San Isidoro el Real (Oviedo).

Monseñor José Garcia Canto, Misionero del IEME en Nicaragua

Monseñor Jesús Porfirio Álvarez Gonzalez , Párroco de la Sagrada Familia de Ventanielles (Oviedo)

M.I. Sr. D. Benito Gallego Casado, Deán de la Santa Iglesia Catedral Basilica Metropolitana de San Salvador de Oviedo.

M. I. Sr. D. Leoncio Dieguez Marcos, Maestro de Capilla de la Santa  Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de San Salvador de Oviedo.

Rvdo. Sr. D. Julio Antonio Díaz Fernandez, Sacerdote en la enseñanza

Rvdo. Sr. D. Pedro Fernandez Gonzalo, Párroco de la UPAP de Cabrales

Rvdo. Sr. D. José Manuel Garcia Rodriguez, Párroco de San Felix de Candás y Santa María la Antigua de Piedeloro. Consejero de Presbiterio.

Rvdo. Sr. D. Silverio Rodriguez Zapico , Delegado Episcopal de Ecumenismo y Párroco de la Resurección (Gijón)

Rvdo. Sr. D. Eladio Rivero Obaya, sacerdote Jubilado

Rvdo. P. Moisés Valentín Llamera Fernández, O.P., Parroquia de Sto. Domingo de Guzmán (Oviedo)

Rvdo. P. Santiago de la Fuente Carro S.J., Vicario Parroquial de la Inmaculada (Gijón)

Rvdo. P. Policarpo Sedano Gutierrez, Sch. P. , Párroco de Nuestra Señora de la Merced (Oviedo)

Rvdo. P. Cándido Viñas Vuelta S.J., Párroco in solidum, Párroco moderador de San Juan de Tremañes

Faltan del curso: José Benito Fernández Álvarez, Jesús Fernández Fernández, óscar Méndez Fernandez, Eladio Rivero Obaya, Alfonso Rodriguez Garcia, Isidro Sanchez Gonzalez, Miguel Angel Villar Garcia y Miguel Angel Villar Vidal.


Bodas de Plata (25 años de sacerdocio). Ordenados en 1990:

Rvdo Sr. D. Juan Carrio Laria, Párroco de Santiago Apóstol de Pruvia

Rvdo Sr. D. Alejandro Díaz Noval, Administrador Parroquial de Aramil, Marcenado, Hevia, Tiñana y Santa Marina (Siero).

Rvdo Sr. D. José Julio Velasco Bolaño, Párroco de la UPAP de Posada de Llanera y Arcipreste de Siero

Rvdo Sr. D. Iván Gonzalez Collado, Párroco de la UPAP de Salas

 Rvdo Sr. D. José Antonio López Gonzalez, Capellán del Asilo de las Hermanitas, capellán del Tanatorio y Adscrito a la Parroquia de San Julián de Somió (Gijón).

Rvdo Sr. D. Cristobal Samaniego Sagasti, Párroco de San Esteban de Ciaño , San Luis Gonzaga de la Nueva y Capellán del Asilo Virgen del Carbayu.

Rvdo Sr. D. José Eduardo Zulaiba Cordero, Párroco de San Martín de Moreda y Nuestra Señora de las Nieves de Caborana.

Rvdo P. Ricardo Rafael Aguadí Rodriguez O.P., Comunidad de Sto. Domingo de Oviedo.

Falta del curso: Joaquín Menendez Bango

jueves, 7 de mayo de 2015

Más actualidad de la Iglesia en España


Mons. Esteban Escudero Torres ha sido nombrado obispo auxiliar de Valencia

La Nunciatura Apostólica en España comunica a la Conferencia Episcopal Española (CEE) que a las 12.00 h. de hoy, jueves 7 de mayo, la Santa Sede ha hecho público que el papa Francisco ha trasferido al encargo de obispo auxiliar de Valencia al hasta ahora  obispo de Palencia, Mons. Esteban Escudero Torres, asignándole la sede titular de Diano, Dianen(is).

Mons. Escudero Torres, obispo de Palencia desde 2010

Mons. Esteban Escudero Torres nació en Valencia el 4 de febrero de 1946. En 1963 entró en el Seminario valenciano donde inició los estudios de Filosofía, que luego continuó en la Universidad civil de esta ciudad. Obtuvo la Licenciatura en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y perfeccionó sus estudios en Roma con el Doctorado en Filosofía por la Universidad Pontificia Gregoriana.

Fue ordenado sacerdote en Valencia el 12 de enero de 1975, sede en la que desempeñó los siguientes cargos: vicario parroquial de "La Asunción", en Carlet (1975-1978); coordinador de enseñanza religiosa escolar y universitaria (1986-1990) y director del Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas (1994-2010). Además, fue profesor de Filosofía en la Facultad de Teología "San Vicente Ferrer" (1992-2000) y profesor de la sección de Valencia del Pontificio Instituto "Juan Pablo II" para Estudios sobre Matrimonio y Familia. Fue canónigo de la Catedral de 1999 a 2000, año en que fue nombrado obispo auxiliar de Valencia. Recibió la ordenación episcopal el 13 de enero de 2001. El de 9 de julio de 2010 se hacía público su nombramiento como obispo de Palencia, sede de la que tomó posesión el 29 de agosto de 2010.

En la Conferencia Episcopal Española es miembro de la Comisión Episcopal del Clero desde 2014. Ha sido miembro de las Comisiones Episcopales de Relaciones Interconfesionales (2000-2005), de Seminarios y Universidades (2000-2002/2008-2011), de Pastoral (2005-2011), y de Apostolado Seglar (2011-2014).